Pantanos de innovación

Geraldina Silveyra
Observatorio de Emprendimiento
3 min readSep 7, 2022

Por Geraldina Silveyra, Laura Segarra, Alejandro Morales y Edgar Muñiz

El mundo ha cambiado de forma drástica y la manera en la que se hacían negocios no necesariamente sigue vigente en esta nueva realidad que enfrentamos hoy en día desde la llegada de la pandemia. Pese a que esta nueva realidad ha afectado en diferentes proporciones y magnitudes a las industrias, muchas de ellas se están reinventando ya sea para sobrevivir o para transformarse por completo. Una de las maneras que las organizaciones pueden hacerlo, es a través de las personas que la integran, es decir, del capital humano. Hoy más que nunca, las organizaciones necesitan agentes de cambio que detonen mediante sus acciones una transformación en el comportamiento de otras personas, así como, un impacto positivo en su comunidad y en diferentes latitudes alrededor del mundo.

Se requiere de individuos que al estar insatisfechos con la realidad actual, asuman el riesgo de proponer nuevas formas de hacer las cosas, al visualizar posibilidades que aún no existen pese a la incertidumbre que les rodea. Es decir, las organizaciones que salgan avante a la situación actual requieren de líderes emprendedores que inviten a los demás a soñar en grande, inspirando con su visión de cómo podrían mejorar su entorno, a través de sus ideas, energías, recursos y capacidades con las que cuentan.

El contar con agentes de cambio, le abre a los corporativos la posibilidad de anticipar el futuro y generar las innovaciones que nuestro país y el mundo necesitan. Sin duda los corporativos han comprendido que una de las maneras para cambiar su realidad y reinventarse, es ampliar el mindset de sus equipos de trabajo, lo cual implica reformular la concepción del futuro. Dejar de verlo como un fin y concebirlo como un medio para explorar escenarios diversos y probables. De esta manera, el reto de los equipos de trabajo dentro de los corporativos es imaginar posibles escenarios futuros para explorarlos, y a partir de ellos traer al presente acciones que permitan adaptarse y reinventarse ante esta nueva realidad.

Sin embargo, generar dichas alternativas de futuro y habilitar a los agentes de cambio resulta un reto de innovación en sí mismo, ya que algunas organizaciones tienen procesos sumamente burocráticos y estructuras complejas que impiden o alientan el surgimiento de nuevas iniciativas. Ante la necesidad de un mayor dinamismo para hacer frente a los retos del entorno, los nuevos liderazgos dentro de los corporativos pueden cultivar tribus, es decir, personas con quienes comparten intereses, inquietudes pero sobretodo este ímpetu transformador. Por ello, las tribus conformadas por agentes de cambio juegan un rol protagónico especialmente en las crisis ya que su estructura mental les permite plantear futuros probables así como posibles, lo cual implica contar con una amplia gama de proyectos: desde los más convencionales hasta los más disruptivos. Lo anterior obliga a la organización a romper paradigmas de su quehacer actual y la prepara con nuevas capacidades para superar las restricciones y por lo tanto cambiar su realidad. Es así que al llevar a cabo una exploración de posibilidades y re-conexión con la realidad le permite a los corporativos generar innovación.

Finalmente, las organizaciones pueden fomentar las tribus como una estrategia para detonar innovación. Esto se debe a que las tribus son comunidades propicias para la generación e intercambio de conocimiento ya que se han cultivado a través de narrativas y experiencias que las personas intercambian entre sí. Esto abre la posibilidad al surgimiento de pantanos de innovación los cuales pueden ser entendidos como redes complejas de personas y comunidades creativas que interactúan y conectan significativamente provocando un ambiente propicio que atrae a agentes de cambio extremadamente diversos capaces de provocar innovaciones. Lo cual ocurre a través de un proceso extremo de democratización para el desarrollo de lenguajes comunes. Por lo tanto, los pantanos son espacios de flujos en forma de personas, capital, información, tecnología, imágenes, sonidos, símbolos y realidades. Gracias a estos procesos orgánicos de cambio que se provocan debido a los pantanos, las organizaciones podrán asumir los retos de transformación que les depara el futuro.

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