Las 10 mejores películas de 2019

Culture Junkie
Omnicultura
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8 min readDec 23, 2019

El año de la reforma scorsesiana.

2019 ha sido un año de reflexión para el cine. Tras varios años de hegemonía absoluta por parte de las películas basadas en cómics, algunas voces empezaban a mostrarse recelosas del carácter monolítico de las nuevas producciones hollywoodenses, caracterizadas por intentar apelar al mínimo común denominador a través de películas de superhéroes, remakes y reboots.

Fue Scorsese el que metió la mano en el fuego e incendió la opinión pública al señalar abiertamente lo que muchos veníamos advirtiendo: el dominio de Marvel en la industria estaba dejando muy poco espacio para el cine independiente, los guiones originales y las historias que se adentran en la naturaleza humana. Por suerte, y a pesar de que la industria ha seguido produciendo en cantidades astronómicas lo que suele ser el equivalente a la comida rápida para las películas, ha sido un buen año para lo que el bueno de Martin y yo llamamos cine de verdad.

No solo marcó el regreso del propio director neoyorquino, también el de otro gran realizador en activo y adepto al gore, así como el de viejos conocidos como Noah Baumbach y algunos jóvenes prometedores como Robert Eggers y Ari Aster. Esta es una lista personal, aunque al armarla intenté ser lo más objetivo posible. La variedad está asegurada: hay terror y comedia, representación femenina y oriental, y las tramas se desarrollan en escenarios que van desde California hasta los suburbios de Seúl, pasando por un rinconcito más bien espeluznante al norte de Suecia.

Menciones honoríficas

Antes de comenzar no puedo dejar de mencionar algunas películas que sin duda vale la pena ver aunque no hayan entrado en el top 10. Klaus es una película de animación que podría ser candidata para clásico moderno de Navidad; en Uncut Gems Adam Sandler demuestra que puede actuar muy bien cuando se aleja de las comedias; The Farewell retrata el choque cultural entre inmigrantes e hijos de segunda generación y los propios nacidos en China; El Camino es el cierre con broche de oro que no sabíamos que necesitábamos para una de las mejores series de la historia, y Toy Story 4 viene a desmentir esa ley no escrita que dice que cada secuela de una franquicia es de menor calidad que la anterior.

Las 10 mejores películas de 2019

10. Booksmart

El genero de películas coming-of-age es uno de los que más se reinventa a sí mismo. Cada cierto tiempo aparece una nueva joya que retrata desde una nueva perspectiva la misma sufrida etapa entre el colegio y la universidad. La que había conseguido esto más recientemente era Lady Bird, pero Booksmart, ópera prima de la directora Olivia Wilde, es lo que suele denominarse un ‘instant classic’. Es como la Superbad femenina y actualizada para la Generación Z.

9. Marriage Story

En la tradición de Kramer vs Kramer, la nueva película de Noah Baumbach se centra en el proceso de divorcio de una pareja con un niño pequeño. Lo mejor de la película son las actuaciones y la posición neutra que adopta el director al retratar los dos lados de la historia. Para destacar la ya inolvidable escena en la que Johansson y Driver dejan salir todo lo que habían estado reteniendo durante años en una airada discusión. Es la versión moderna de Scenes from a Marriage, algo que el propio Baumbach se encarga de recordarnos con algunos Easter Eggs.

8. The Art of Self-Defense

En un universo paralelo en donde las calles están escasamente transitadas y el minimalismo recuerda a los cuadros de Edward Hopper, se sitúa un personaje que solo podía interpretar Jesse Eisenberg, un tipo que sufre para socializar con la gente de su oficina y siente un gran alivio al regresar a casa con su también tímido perro salchicha. Todo cambia cuando encuentra una escuela de karate. Una comedia negra y un thriller de lenta cocción, que juega con los clichés de las películas de artes marciales para darle una vuelta de tuerca algo siniestra. También una crítica a la figura del sensei o su equivalente moderno, el coach, y a esa presión de grupo que desencadena en lo que el feminismo ama llamar ‘masculinidad toxica’.

7. Midsommar

Un mal viaje hecho película. El gran logro de Midsommar es transmitir una atmósfera profundamente inquietante y cargada de tensión cuando la mayoría del tiempo sólo nos muestra rituales inofensivos a pleno sol. En lugar de inducir la típica sensación de claustrofobia que abunda en el género de terror, Ari Aster consigue generar una innovadora ansiedad agorafóbica en respuesta a tanta claridad y espacios abiertos; aquí no hay sitio donde esconderse. Como dice el propio director, el suyo es un “horror existencial”, lo que confirma el mal sabor de boca que se resiste a desaparecer incluso horas después de haber terminado de verla.

6. The Lighthouse

Nada bueno puede pasar cuando se unen dos escoceses con problemas de ira en una isla remota y desierta para mantener un faro. Por si la premisa no fuera ya suficientemente desoladora, la película está grabada en blanco y negro, y la atmósfera es de recelo, paranoia y encantamiento. Los tonos sombríos que acompañan a las imágenes acentúan el carácter espectral, como si un peligro inminente acechara en todo momento. Salen a la luz los temores más profundos del ser humano, se juega con la mitología lovecraftiana y el desasosiego que infunde lo desconocido. Nos muestra como un entorno supersticioso unido a un escenario naturalmente tétrico puede llevar a cualquier individuo al borde de la locura.

5. Parasite

Bong Joon-ho acostumbra disfrazar su visión sobre la lucha de clases y la desigualdad en tramas repletas de acción. Así lo hizo en Snowpiercer y Okja, y así lo volvió a hacer en su film más maduro, más autóctono y más entretenido. En Parasite no hay un momento para relajarse porque las vueltas de tuerca se suceden en intervalos cada vez más cortos, y lo que comienza como una comedia negra termina en un thriller que nos muestra las entrañas de lo que el director considera un sistema perverso pero también las de una clase social oprimida que estima cada vez más parasitaria.

4. Joker

Las tres mejores películas basadas en cómics de los últimos años, The Dark Knight, Logan y ahora Joker, se alejan radicalmente de la propuesta habitual del cine de superhéroes, enfocada en las huecas batallas centrales, y se meten en cambio en la piel de los personajes. Por eso este nuevo recuento del nacimiento del villano burlón por parte de Todd Philips superó contra todo pronostico mis expectativas, y no solo porque la última película del director había sido The Hangover Part III. Joker es como una mezcla entre Taxi Driver y King of Comedy. Es evidente la influencia de Scorsese, y no es coincidencia que De Niro esté presente. La clave: es antes que nada un character study que funciona por sí solo. La influencia del cómic queda muy en segundo plano, afortunadamente.

3. The Irishman

La última reunión de la pandilla del cine de mafiosos por antonomasia prometía mucho y no decepcionó. La película, que es muy larga y más reflexiva de los que nos tiene acostumbrado Scorsese (excepto en su faceta religiosa), está en la linea de Goodfellas y Casino, pero también es diferente. En más de 3 horas pasamos por una odisea llena de vínculos entre el crimen organizado y la política, el ascenso de Castro en Cuba y los intentos de derrocarlo por parte de la CIA, el asesinato de John F. Kennedy y las guerras de la mafia de los 70. Por momentos parece como si el personaje de De Niro fuera el Forrest Gump de los gángsters. Pero más allá del contexto, es una historia sobre el paso del tiempo. Sobre la vejez, la pérdida y el arrepentimiento. Es además el canto de cisne de un director y un grupo de actores que marcaron una época, así que solo queda disfrutarla como se debe y no intentar verla por pedazos como si fueran capítulos de una serie, por amor a Cristo.

2. Ad Astra

Ad Astra es clickbait. Si nos hubiéramos dejado guiar por su trailer esperaríamos una película de ritmo incesante y trepidantes secuencias de acción ambientadas en todo el sistema solar. En su lugar nos encontramos con una película sombría y meditativa, que ni siquiera necesitaba del espacio para exponer sus ideas principales. La cinematografía es impresionante, alternando primeros planos extremos con panorámicas de la inmensidad del espacio. En el fondo es una historia introspectiva, sobre un astronauta que se embarca en un viaje que, antes que para explorar nuevos mundos, le sirve para descifrar quién es realmente. Habla de la obsesión del ser humano por buscar siempre más allá de sí mismo en lugar de conformarse con lo que tiene. Al final, el espacio no es más que una metáfora para la revelación personal de su protagonista, que se puede trasladar a toda la humanidad.

  1. Once Upon a Time… in Hollywood

Once Upon a Time in Hollywood no es exactamente lo que uno esperaría del Tarantino de los últimos años, pero sigue siendo una joya que, como la espada de Hanzo, solo puede compararse con otras de su misma procedencia. Hasta la escena final, otro satisfactorio desenlace alternativo de un evento histórico (Inglourious Basterds), me recordó a Jackie Brown, la película “menos tarantiniana” de Tarantino, que el propio director definió alguna vez como una ‘hang-out movie’. Explicaba que Jackie Brown es mejor la segunda vez, y aún mejor la tercera y la cuarta, porque ya no te estás preguntando hacia dónde va la trama, sino que empiezas a disfrutar las escenas en donde los personajes simplemente están pasando el rato. Para mí, es justamente esto lo que volvió a conseguir con Once Upon a Time. Es de las que mejoran con cada visionado, y eso ya es mucho decir si la primera vez resulta en una experiencia tan inmersiva y apasionante.

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Escribo sobre sociedad, tecnología y cultura. + Intereses: Escepticismo | Metacognición | Evopsych | Cine | Productividad | Suscríbete a medium.com/omnicultura