Los mejores libros que leí en 2019

25 títulos para todos los gustos. Mis favoritos de una lista de 60 leídos (que no publicados) en 2019.

No ficción

• 21 Lessons for the 21st Century, de Yuval Noah Harari

Después de que en Sapiens explorara nuestro pasado, en esta obra Harari expone los retos a los que la raza humana se enfrenta en el siglo XXI. Desde el calentamiento global, pasando por el fenómeno de las fake news, hasta la relevancia de las ideologías y las religiones. Insiste mucho en recordarnos que casi todo lo que sostiene a la sociedad actual es un constructo social. También advierte de los peligros de la biotecnología, de la IA y de la creciente influencia de las grandes empresas.

“Panic is a form of hubris. It comes from the smug feeling that I know exactly where the world is heading — down. Bewilderment is more humble, and therefore more clear-sighted. If you feel like running down the street crying ‘The apocalypse is upon us!’, try telling yourself ‘No, it’s not that. Truth is, I just don’t understand what’s going on in the world.”

• Sonríe o muere, de Barbara Ehrenreich

Un recuento de cómo el pensamiento positivo impregna la sociedad occidental, y cuánto influye en las relaciones laborales, sociales y amorosas. La autora descubre cuáles son los libros y personajes que lo han llevado a la hegemonía ideológica, y qué cantidad de dinero e intereses hay detrás de él. La conclusión es que el pensamiento positivo impone un régimen coercitivo y limitante, y que obviar las cosas negativas de la vida no las hará desaparecer.

“Vaya a donde vaya, recibe el mismo mensaje: puedes tener todo lo que ves en el centro comercial, y también la casa estupenda y el coche; basta con que creas que puedes. Pero siempre, en un susurro, le llega también el mensaje ominoso de que, si no tienes lo que deseas, si te encuentras mal, desanimado, o derrotado, la culpa es solo tuya.”

• Digital Minimalism, de Cal Newport

Un libro de cabecera para navegar en la confusa era de las mil distracciones. Contiene una buena cantidad de consejos prácticos sobre cómo aplicar esta filosofía en el mundo digital. Bueno para recordar que las redes sociales no son regalos de los dioses de Sillicon Valley sino maquinas de hacer dinero, cuyo objetivo primordial es que pasemos la mayor cantidad de tiempo en sus plataformas.

“You’re more likely to succeed in reducing the role of digital tools in your life if you cultivate high-quality alternatives to the easy distraction they provide. For many people, their compulsive phone use papers over a void created by a lack of a well-developed leisure life.”

• Arden las redes, de Juan Soto Ivars

Necesario para conocer en detalle el modus operandi de la poscensura, esa que no necesita de un Estado centralizado para ejercer su coerción, a través del escarnio público y la autocensura. Aunque el autor no propone alternativas para enfrentar a este fenómeno, hace un muy buen trabajo describiéndolo y explicando sus consecuencias.

“Es curioso: utilizamos una tecnología que nos permite aprenderlo todo para comportarnos como pueblerinos. No perdemos la ocasión de malmeter contra alguien, cotilleamos sin filtro, mostramos nuestra preferencia por las noticias de sucesos y aparecemos temprano para llorar en todos los velatorios.”

• El catolicismo explicado a las ovejas, de Juan Eslava Galán

Genial libro para conocer a fondo la historia del cristianismo y los entresijos de la Biblia, con la particularidad de que Galán lo escribe desde la perspectiva de un supuesto cristiano aficionado a la teología, que, sin embargo, conoce todos los puntos de vista de los “hipercriticos”, que cita con ingenuidad monacal. Con mordaz ironía el autor descubre el absurdo de la religión más popular del planeta.

“La fe mueve montañas, como es sabido, y ellos, los positivistas, nunca podrán arrebatárnosla porque nuestra fe, al no basarse en la inteligencia ni en el raciocinio, ni en la arqueología ni en la historia, ni en la investigación sobre los textos sagrados (las armas más aviesas de los positivistas), queda a salvo, más allá de su alcance.”

• 12 reglas para vivir, de Jordan Peterson

Las 12 reglas con las que Jordan Peterson recomienda regir nuestra vida. Aunque los preceptos son bastante sencillos, cada capítulo va acompañado de una extensa exégesis en la que el autor despliega sus teorías sobre casi todo. Por un lado sus inagotables referencias literarias, de biología evolutiva y de neurociencia. Por otro su obsesión con la Biblia y con las teorías arquetípicas de Jung. Creo que revela lo mejor y lo peor de Peterson. Aunque no comparta muchas cosas de lo que dice, es innegable que el libro es muy interesante.

“¿Quién se dará cuenta de la diferencia dentro de un millón de años? La respuesta adecuada a semejante declaración no es: «Bueno, pues entonces nada tiene sentido». Es: «Cualquier idiota puede fijarse en un periodo de tiempo en el que nada importa». Convencerte de que todo es irrelevante no es una crítica profunda del Ser, sino un truco barato de la mente racional.”

• The Problem of Political Authority, de Michael Huemer

Completo libro de teoría política que no requiere de conocimientos previos para entenderlo. En la primera parte el autor desmonta el argumento de que el Estado tiene alguna autoridad sobre el individuo. En la segunda, examina exhaustivamente cada uno de los argumentos en contra de una sociedad anarco-capitalista y se encarga de desmentirlos, a veces con datos, a veces con deducciones e inferencias. No hace falta ser antiestatista para sacarle provecho.

“Political authority is the hypothesized moral property in virtue of which governments may coerce people in certain ways not permitted to anyone else and in virtue of which citizens must obey governments in situations in which they would not be obligated to obey anyone else.”

• Super Thinking, de Gabriel Weinberg y Lauren McCann

Este libro es una caja de herramientas para la vida: clasifica y explica sistemáticamente los modelos mentales más importantes de las principales disciplinas del saber. Me sirvió para refrescar algunos y presentarme otros que desconocía por completo. Si nunca habías oído sobre modelos mentales y quieres tomar mejores decisiones en cualquier ámbito, ya sea profesional o personal, no se me ocurre un mejor libro por el que empezar.

“You want to have a broad base of mental models at your fingertips, or else you risk using suboptimal models for a given situation. It’s like the expression “If all you have is a hammer, everything looks like a nail.”

• Waking Up, de Sam Harris

Una guía sobre la meditación y sus efectos sobre el bienestar mental. Harris explica por qué se puede ser espiritual sin ser religioso, cuenta la historia de cómo se introdujo en el mundo de la meditación, sus numerosos viajes a Asia para conocer a maestros budistas y su experiencia con drogas psicotrópicas como el LSD. También desmonta las formas de algunos charlatanes que se aprovechan de su supuesta condición de iluminados para engañar a incrédulos.

“As every meditator soon discovers, distraction is the normal condition of our minds: Most of us topple from the wire every second — whether gliding happily into reverie or plunging into fear, anger, self-hatred, and other negative states of mind. Meditation is a technique for waking up.”

• Diccionario de la estupidez, de Piergiorgio Odifreddi

Un diccionario en el que Piergiorgi Odifreddi le da rienda suelta a su misantropía, un soplo de aire fresco ante tanto buenismo y humildad impostada. Ateo beligerante, el autor no deja pasar ninguna superchería sin demostrar lo ridículo que resulta creer en ella. Su blanco principal es todo lo relacionado con las religiones, haciendo especial hincapié en la cristiana, arremetiendo contra la Iglesia, el Papa e ideas estúpidas como la transustanciación. Cierto es que peca de intransigente, pero ahí reside su encanto.

“A partir de los testimonios reales de los fieles, la religión más popular y difundida con diferencia, por muy estúpido que pueda antojársenos, parece ser el algunismo, fe basada en la vaga y dudosa idea de que «algo hay», «algo debe de haber» o «algo habrá».”

• Comportate, de Robert Sapolski

Extenso libro que habla sobre biología, endocrinología, neurociencia, sociología, psicología y demás áreas de la ciencia. Explica por qué nos comportamos cómo lo hacemos, yendo desde las influencias ambientales y hormonales que preceden de manera casi inmediata a una acción, hasta los mecanismos biológicos, genéticos y evolutivos que le dieron forma a nuestro ADN a lo largo de los millones de años de historia del Homo Sapiens.

“Estamos siendo moldeados constantemente por estímulos aparentemente irrelevantes, información subliminal y fuerzas internas de las que no sabemos nada. Nuestros peores comportamientos, que condenamos y castigamos, son producto de nuestra biología. Pero no hay que olvidar que lo mismo se puede decir de nuestros mejores comportamientos.”

• Steal Like an Artist, de Austin Kleon

Un libro que se lee en una sentada con el que quedarás convencido de que no hay nada de malo en buscar inspiración en otros autores para crear tus propias obras. Se citan diversos pensadores y artistas de renombre para resaltar la importancia de reutilizar, transformar, remixear y adaptar lo ya creado. Un llamado de atención para empezar a crear y dejar de consumir pasivamente.

“If I’d waited to know who I was or what I was about before I started “being creative,” well, I’d still be sitting around trying to figure myself out instead of making things. In my experience, it’s in the act of making things and doing our work that we figure out who we are.”

• Humanos, de Tom Phillips

Un recuento de las diferentes formas en las que la humanidad ha fallado estrepitosamente. Cada capítulo se centra en una historia en particular, en la que alguien la pifió a lo grande. El hecho de no saber anticipar los efectos de segundo y tercer grado de ciertas decisiones ha llevado a la humanidad a perder millones de dólares, millones de horas, y en algunos casos, millones de vidas.

“La historia de los avances humanos empieza con nuestra capacidad para el pensamiento y la creatividad. Eso es lo que distingue al hombre de otros animales, pero es también lo que nos lleva a ponernos en evidencia de forma habitual.”

• The Madness of Crowds, de Douglas Murray

Cuatro capítulos sobre los temas más controversiales para el progresismo occidental: la homosexualidad, el feminismo, la raza y la transexualidad. El autor relata cómo se ha instaurado un clima de pensamiento único en la izquierda, en la que cualquier intento de cuestionar el dogma ortodoxo te convierte en el enemigo. Se tiende al victimismo y al catastrofismo, y se vive en la contradicción de clamar que no debería importar ni la raza ni la sexualidad, blandiéndolas al mismo tiempo como estandartes para la vida.

“…minimizing difference is not the same as pretending difference does not exist. To assume that sex, sexuality and skin colour mean nothing would be ridiculous. But to assume that they mean everything will be fatal.”

• La tabla rasa, de Steven Pinker

Uno de los libros más completos e interesantes que he leído. Pinker trata de desmontar tres mitos entrelazados: la «tabla rasa» (la mente no tiene características innatas), el «buen salvaje» (la persona es naturalmente buena y la sociedad la corrompe) y el «fantasma en la máquina» (o el libre albedrío, la idea de que nuestra alma es la que toma decisiones). Su conclusión es que entender y aceptar los orígenes biológicos de nuestros comportamientos y personalidades no es una amenaza para los valores de las sociedades actuales, a diferencia de su negación, que sí acarrea muchos problemas.

“¿Es que todavía hay alguien que piense que la mente es una tabla rasa? … ¿no es evidente que las personas nacemos con ciertas aptitudes y una cierta forma de ser? ¿Es que no hemos superado ya la simplista dicotomía entre herencia y entorno y no nos hemos percatado de que toda conducta procede de la interacción de ambas?”

Ficción

• Fahrenheit 451, de Ray Bradbury

Guy Montag es un bombero, pero uno que solo quema libros. Los bomberos de este mundo alternativo provocan incendios en lugar de apagarlos. Su objetivo es la dichosa literatura, esa que le inculca ideas trastornantes a unos ciudadanos que viven en un eterno sopor inducido por un entretenimiento sensacionalista. Hay quien ve en la historia alguna metáfora sobre la sociedad actual, pero yo no lo termino de ver.

“Lo que importa que recuerdes, Montag, es que tú, yo y los demás somos los Guardianes de la Felicidad. Nos enfrentamos con la pequeña marea de quienes desean que todos se sientan desdichados con teorías y pensamientos contradictorios.”

• Statio orbis, de Juan Eslava Galán

Una sátira volteriana sobre un simple párroco que vive una odisea al viajar con su congregación para asistir a la visita papal. Su particular viacrucis empieza cuando le encomiendan mantener a salvo unas hostias. Para aprender un poco más sobre el modelo de la Iglesia moderna, con el omnipresente sarcasmo de Galán para amenizar la historia.

“— ¡Ay, virgencita de mi alma, madre mía! — dijo — . ¿Qué hago yo ahora? A ver adónde voy yo con las hostias que son pedazos sacratísimos de tu Hijo. ¿Qué digo pedazos? ¡Tu Hijo entero! Dos bolsas llenas de ejemplares clónicos de tu Hijo, de larvitas blancas de Cristos…”

• El barrio, de Vasco Pratolini

Ambientada en Florencia, narra la historia de un grupo de jóvenes que crecen en el mismo barrio. Las experiencias compartidas los mantienen cercanos aún cuando tienen que separarse al estallar la Segunda Guerra Mundial. Un libro nostálgico sobre la búsqueda del tiempo perdido, la influencia de las primeras amistades y lo determinante que resulta el sitio en donde nacemos para el resto de nuestras vidas.

“— Ocurre que, en un momento dado, uno piensa en mejorar su propia condición. — ¿Y quién te impide que lo hagas aquí? Aquí, en Milán, en Nápoles, es lo mismo. Piensa en cuantos napolitanos creían que iban a hacerse una posición por el solo hecho de haberse trasladado a Milán. ¿En qué terminaron? Eso les ha pasado porque no tuvieron tenacidad suficiente para resistir en su propia ciudad.”

• Catedral, de Raymond Carver

Antología de relatos variados de Raymond Carver, en donde el hilo conductor es la sensación de peligro inminente que el autor introduce en situaciones cotidianas. La soledad, el aislamiento, el alcoholismo, el matrimonio y la falta de comunicación son algunos de los temas recurrentes en sus relatos, historias minimalistas que encierran temas mucho mas complejos de lo que podría parecer a primera vista.

“Recordó con gran claridad el rostro de su hijo y se sintió invadido por una oleada de rencor. Aquel chico había devorado la juventud de Myers, había convertido a la muchacha que cortejó y con la que se casó en una mujer neurótica y alcohólica a quien el muchacho consolaba y maltrataba de manera alternativa. ¿Por qué diantre, se preguntó Myers, había venido de tan lejos para ver a alguien que detestaba?”

• Ana Karenina, de León Tolstói

Clásico que vale la pena leer al menos una vez en la vida, a pesar de su extensión. Tolstói tenía una visión privilegiada de la naturaleza humana. La forma tan precisa con la que descontruye pensamientos y describe los estados de ánimo de sus personajes es algo que solo le había visto a su congénere Dostoyevski. Su clarividencia le permitió ser un psicólogo social de primer nivel antes de que dicho título existiera.

“Vronski, a pesar de la plena realización de lo que había deseado tanto tiempo, no se sentía totalmente feliz. No tardó en darse cuenta de que el cumplimiento de su deseo sólo le había proporcionado un grano de la montaña de felicidad que había esperado. Esta constatación le demostró la eterna equivocación de quienes esperan encontrar la felicidad en el cumplimiento de todos sus deseos.”

• Misery, de Stephen King

Tenía un par de años sin leer nada del maestro del terror. Misery me parecía la mejor para reencontrarme con el autor, y no me decepcionó. Atrapante de principio a fin, con momentos de autentico terror, una tensión constante y mucho humor negro. Por si fuera poco, Stephen King se dio el lujo de crear una novela dentro de su novela, que además resultó ser muy entretenida.

“Todas tus brillantes ideas se reducen a una cosa — pensó — : tú quieres matarla por control remoto. No te apetece manchar de sangre tus manos. Eres un tipo al que nada le gusta más que un buen filete, pero no aguantarías una hora en un matadero. Amigo, piénsalo bien. Tienes que enfrentarte a la realidad en este momento de tu vida. Nada elaborado. Nada de retorcimientos. ¿De acuerdo?”

• Serotonina, de Michel Houellebecq

Nihilismo y humor negro, marca de la casa de Houellebecq. No creo que esté al nivel de Sumisión, pero es una historia interesante que describe muy bien la depresión y el desasosiego que sufre el que la padece. Más importante que la trama son las reflexiones del protagonista, en donde analiza y despotrica contra todo, reflejando el propio pesimismo del autor, que sigue obsesionado con la decadencia de Europa y la cultura occidental.

“Solo la literatura permite entrar en contacto con el espíritu de un muerto, de manera más directa, más completa y más profunda que lo haría la conversación con un amigo, pues por profunda, por duradera que sea una amistad, uno nunca se entrega en una conversación tan completamente como lo hace frente a una hoja en blanco, dirigiéndose a un destinatario desconocido.”

• El arte de no decir la verdad, de Adam Soboczynski

Un libro que descubrí por casualidad y que resultó ser una grata sorpresa. Es una suerte de ensayo en tono humorístico sobre las relaciones amorosas y sociales en el siglo XXI, aderezado con situaciones hipotéticas para ilustrar las conceptos que busca desarrollar el autor. Trata sobre la necesidad de aparentar, de fingir buenas virtudes, de parecer ecuánime, culto, atractivo, comedido, interesante y despreocupado, todo al mismo tiempo, para tener éxito en la sociedad moderna.

“Afortunado, pues, usted si pertenece al grupo de los misteriosos; de los misteriosos, naturalmente, que no vinieron al mundo como tales, sino que han forjado su aura mediante un persistente entrenamiento. Los misteriosos dan en muy pequeñas dosis: su número de teléfono, su sonrisa, una prenda de ropa… Son perfectamente conscientes de que el erotismo se basa en la economía del saber.”

• Guía del autoestopista galáctico, de Douglas Adams

Arthur es un humano que un día descubre que es el único superviviente de la tierra, destruida súbitamente para hacer una autopista intergaláctica. Con esta premisa disparatada comienza esta ingeniosisíma y metaconsciente novela de culto, que lamentablemente pierde algo de fuerza a medida que avanza la trama. Las descripciones satíricas escritas en la Guía sobre la tierra y los humanos no tienen desperdicio.

“Una de las mayores dificultades que Trillian experimentaba en sus relaciones con Zaphod consistía en saber cuándo fingía ser estúpido para pillar desprevenida a la gente, cuándo pretendía serlo porque no quería molestarse en pensar y deseaba que otro lo hiciera por él, cuándo simulaba ser atrozmente estúpido para ocultar el hecho de que en realidad no entendía lo que pasaba, y cuándo era verdadera y auténticamente estúpido.”

• La luna es una cruel amante, de Robert A. Heinlein

Finalizo con la que es posiblemente mi novela de ciencia ficción favorita. Por su convincente retrato del despertar de una IA (escrito en 1966), por la visión extremadamente realista y detallada de una sociedad en la luna, por la fabulación de una organización política y familiar inédita, por el despliegue filosófico del personaje del profesor y su “anarquismo racional”. Y por conceptos tan memorables como el que esconde la frase “no hay almuerzo gratis”.

“Envíennos a sus pobres, sus desposeídos, envíennoslos a miles, a centenares de miles; nosotros les enseñaremos rápidos y eficientes métodos de cultivo en túnel y les devolveremos una cantidad inimaginable de toneladas. Caballeros, la Luna es una enorme granja en barbecho, cuatro mil millones de hectáreas que están esperando quien las cultive.”