El fracaso de Donald Trump en Washington DC es espectacularmente importante. Estuve revisando los resultados estado por estado, y aquí es el único lugar en donde Trump obtuvo un porcentaje tan bajo de votos.
Independientemente de las tonterías que haya dicho en la campaña – y sobre todo de la trayectoria personal y profesional tan cuestionable que tiene – Trump logró algo insólito: tronó el sistema de partidos en la elección más importante del mundo.
Éste sí fue un candidato independiente, pues aunque usó la plataforma de los republicanos para competir, estamos hablando de una persona que no solamente no había ocupado un puesto público antes, sino que no hizo ningún tipo de carrera en los partidos, ni nada del estilo.
¿Y quienes son quienes más se opusieron a él? Al parecer no son ni las personas más preparadas, ni los empresarios, ni las personas con más estudios. Ni siquiera los millennials.
Quienes menos querían que ganara Trump eran los funcionarios. Los que han controlado el sistema por décadas, independientemente del partido. Washington DC. Y ahí está la evidencia.
¿Qué implicaciones tiene este para nosotros? Trump es un candidato más independiente que el Bronco. No pretendo aquí juzgar cómo irá a ser su presidencia, sino resaltar que Trump está demostrando que hay un número inmenso de personas que está dispuesta a votar por locuras, con tal de buscar un cambio. Un cambio real.
Hace rato vi un panorámico de Maderito presumiendo que él sí cumple sus promesas. Irreal. Y un par de kilómetros más adelante, un panorámico del gobernador de Puebla, anunciándose como el “nuevo presidenciable” (ojo que este segundo panorámico está en Monterrey).
Justo más personas, del mismo sistema.
Viendo el resultado de Trump, no me queda la menor duda que los candidatos independientes van a cambiar por completo nuestras propias elecciones. La oportunidad es increíble.
La cosa es quiénes serán esos candidatos. ¿Políticos que simplemente dejan su partido de toda la vida para ahora anunciarse como independientes? ¿Loquitos o personajes exóticos que tengan gran capacidad para conectar con la gente? ¿Qué tal les parecería el doctor Simi? ¿U otro futbolista? ¿Y porqué no una persona que no tenga ninguna trayectoria política, pero que haya liderado equipos de miles de personas, que haya manejado presupuestos, que haya sido “Accountable” por sus resultados, que haya demostrado capacidad para innovar, que tenga experiencia trabajando con personas de otras culturas, que haya encabezado organizaciones de alto crecimiento? Sí hay. ¿Qué les parecería un Francisco Garza Egloff o un Eduardo Padilla?
¿David Noel Ramírez?