Cómo facilitar la experiencia de personas neurodivergentes
Buenas prácticas en UX para diseñar interfaces accesibles
Me gustaría comenzar con una pequeña definición para entender el contexto del tema central:
“La neurodivergencia (también conocida como neurodiversidad) se refiere a las personas que tienen condiciones como dislexia, dispraxia, déficit atencional con hiperactividad (TDAH) o que pertenecen al espectro autista.”
BBC News Mundo
Me llama la atención que todavía se clasifique a la neurodiversidad como una discapacidad, por lo que decidí informarme un poco más. A raíz de esto, me pregunté cómo será la relación de las personas neurodivergentes con las aplicaciones o la tecnología en general.
Desde mi lado como diseñadora, quería conocer las voces en primera persona acerca de los puntos que generan dolor y que, a su vez, son puntos de mejora, como también la valoración de ciertas funcionalidades.
Hablé con Lucas Slevin, activista neurodivergente y me contó su experiencia con el uso de aplicaciones:
Cuando los textos son muy largos, no los leo. Entonces, trato de averiguar yo cómo se usa, termina siendo muy difícil y termino no haciendo nada. Lo que aconsejo con las aplicaciones es: que pongan instrucciones de una palabra/palabras claves, o que el texto esté bien balanceado con la imagen, o un video que me explique. Eso en relación a la dislexia.
En base a la conversación con Lucas, destaco algunas buenas prácticas que nos pueden ayudar a crear experiencias más accesibles:
- Diseño claro y estructurado: para empezar, pensemos las interfaces con una estructura clara y consistente, evitando elementos innecesarios o distracciones visuales que puedan dificultar la comprensión de la información.
Esto ayuda a personas neurodivergentes, como aquellos con TDAH, a concentrarse en la información relevante.
- Uso de lenguaje claro y sencillo: utilicemos un lenguaje simple en etiquetas, instrucciones y mensajes de error para facilitar la comprensión y evitar confusiones. Evitemos los textos demasiado largos y optemos por jerarquías visuales claras, para reducir la carga cognitiva.
Esto facilita que la personas disléxicas tengan mayor precisión sobre las acciones a ejecutar.
- Indicadores de progreso: es importante visibilizar el uso de indicadores de progreso que sean claros durante las tareas o procesos que requieren tiempo para que los usuarios tengan una comprensión clara de dónde se encuentran en el flujo.
Esto beneficia a personas con trastorno de ansiedad, ya que les permite saber cuánto tiempo falta para completar la tarea.
- Uso de íconos e imágenes intuitivas: acompañar con recursos visuales fáciles de entender puede reducir la abstracción y complejidad de un texto. Menos es más.
Esto permite que las personas autistas puedan procesar la información más rápidamente, en vez pensarlo varias veces o abandonar la tarea.
- Retroalimentación visual y auditiva: podemos acompañar las acciones y eventos de una interfaz con recursos visuales y auditivos que clarifiquen un proceso.
Esto puede ayudar a las personas neurodivergentes a comprender y confirmar sus acciones dentro de un flujo complejo.
- Moderar el uso de animaciones: evitemos el uso de animaciones excesivas o rápidas, ya que pueden distraer o abrumar a las personas usuarias. Todos los elementos visuales que implementamos en una pantalla deben aportar valor a la experiencia, no restar.
En el ejemplo muestro una animación que puede ayudar a las personas a entender que el archivo se está cargando.
Y lo más importante:
- Pruebas con usuarios: realicemos testeos de usabilidad y recopilemos comentarios de usuarios para comprobar si la experiencia funciona realmente. Así podremos identificar barreras y mejorar la accesibilidad de la interfaz desde su perspectiva única.
Esto garantiza flujos accesibles para todas las personas.
Conclusiones
Es importante diseñar de forma inclusiva porque las personas neurodivergentes procesan e interpretan la información de una manera diferente. Tener en cuenta este tipo de buenas prácticas facilita la experiencia y potencia la autonomía diaria de un gran número de personas.
¿Cómo logramos todo eso?
Existen muchos recursos a la hora de iniciar un proyecto, lo ideal es conocer a nuestros usuarios y recopilar todos los datos necesarios en la etapa de discovery. También se pueden generar dinámicas de ideación y de entendimiento del proyecto, armar un brief de contenido, un benchmark o user-flow, etc.
Y podría seguir, pero como sabemos, cada proyecto es diferente y único. Así que pedí feedback a tus pares y a las personas usuarias, y después iterá la experiencia tantas veces sea necesario.
¿Conocés otras buenas prácticas? ¿Qué te pareció el artículo? ¡Contame!
Si leíste hasta acá, te agradezco y espero que algo de todo esto te sirva.
Micaela Rossi