Diseña tu forma de aprender.

Snacks para optimizar tu cerebro.

David Morejón
Open Freakness
6 min readMar 13, 2023

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Escrito por David Morejón García, UX & IxD en Garaje de ideas.

Ilustración realizada por Alba Rubio, Graphic Designer en Garaje de ideas.

“Aprende a ver. Date cuenta de que todo se conecta con todo lo demás”.
- Leonardo Da Vinci.

Muchos trabajos cada vez requieren conocimientos más concretos y repetitivos. Una vez aprendidos, nuestra profesión deja de suponernos un esfuerzo cognitivo relevante.

Algo que seguramente hayas escuchado desde muy joven, ha sido la palabra “especialízate” y bien, no seré yo quien te diga que la especialización es negativa, ni mucho menos, pero tampoco es el final de la meta.

Cuando la especialización es el único fin, se dejan de lado una serie de conocimientos que acaban teniendo relevancia y perdemos una visión global de nuestro campo de estudio. Un ejemplo de esta visión integral lo podemos ver en la cocina moderna o “cocina molecular”, donde grandes Chefs hacen uso del conocimiento de la química para darnos experiencias únicas.

En este artículo nos centraremos en la importancia de esta visión holística del conocimiento y en cómo optimizar nuestra manera de aprender. Comencemos.

La diversidad del conocimiento

“el zorro sabe de muchas cosas, el erizo sabe mucho de una cosa importante”.
- Arquíloco

Nuestros antepasados eran expertos en construir herramientas de caza, pero también sabían distinguir entre diferentes tipos de plantas, aprendían qué tipos de frutos o semillas llevarse a la boca y cuando descubrieron el fuego, aprendieron a cocinar los alimentos. Un acontecimiento en nuestra evolución que permitió el desarrollo del cerebro que hoy día tenemos.

Actualmente, hemos desarrollado una sociedad en la que nos hemos repartido los conocimientos para especializarnos en un campo concreto y esto tiene muchos beneficios, pero también handicaps de los que muchas veces no somos conscientes. Y es que la especialización nos impide ver el campo completo y limita nuestras decisiones.

Cuando sólo tienes un martillo tiendes a pensar que todos los problemas son clavos.

David Epstein, en su libro “Range: How Generalists Triumph in a Specialized World” nos enseña cómo los cardiólogos intervencionistas proponen, por ejemplo, usar catéteres con mucha más frecuencia que cardiólogos menos especializados y cómo los pacientes de estos últimos, suelen tener mejores resultados.

También en el campo del emprendimiento vemos que las personas con conocimientos en varias áreas tienen mayores éxitos. Inclusive en los premios Nobel, que se suelen relacionar con una alta especialización, sus ganadores suelen ser personas con hobbies y conocimientos muy variados.

De aprendiz a maestro

“A tus noventa y cinco años ¿porqué sigues practicando? -Por que creo que sigo progresando”.
- Pau Casals

En la Edad Media existían tres niveles jerárquicos en los que se dividía el gremio de trabajadores: aprendiz, oficial y maestro.

El aprendiz acudía al taller todos los días mientras el maestro le enseñaba el oficio y le mantenía económicamente. Tras seis años el aprendiz ascendía a oficial, momento en el que podía cobrar por su trabajo mientras seguía refinando sus habilidades junto al maestro. Y finalmente, debía demostrar su aprendizaje creando algo que lo probase: su obra maestra.

Por supuesto, con esto no quiero decir que haya que volver a la jerarquía y procedimientos de la Edad Media, pero lo que sí quiero destacar es la visión y mentalidad con la que ellos veían su oficio y cómo considero que debemos verlo en la actualidad, nuestro trabajo como un arte y a nosotros como artesanos.

Probablemente, has escuchado alguna vez el concepto de “las diez mil horas”. Este procede de un estudio con violinistas en el que intentaban averiguar los factores que separaban a los violinistas extraordinarios del resto.
Por supuesto, el potencial del aprendizaje tiene una razón multi-factorial, pero se pudo ver que parte de estos factores era la dedicación y, aunque diez mil horas es un número arbitrario, lo único importante visto en este estudio no fue el tiempo dedicado a la práctica, sino la calidad de la misma.
Anders Ericsson acuñó el término de “práctica deliberada”, dependiente de tres factores: la motivación, el diseño de objetivos claros y la retroalimentación.

Para tu motivación, elige un oficio que te guste y, en caso de que deje de gustarte, comprueba que la razón no sea la dificultad y la frustración de conseguir tus objetivos.

En el diseño de objetivos debes tener en cuenta qué quieres conseguir durante tu tiempo de estudio e intentar que la dificultad sea lo suficientemente compleja para aprender sin agobiarte, ni lo suficientemente fácil como para aburrirte o estancarte. Sé consciente del punto de partida en el que te encuentras, de tu conocimiento actual y no gastes energías queriendo ir a temas para los que aún necesitas unas bases. Este punto es el nivel óptimo para desafiar a tu cerebro sin frustrarlo.

En cuanto a la retroalimentación, la conexión entre esfuerzo y resultado, date pequeños premios después de conseguir un avance. También, en este sentido, es aconsejable un profesor que te ayude a ser consciente de tu avance.

Y por último, enseña lo que aprendes, enseñar lo que estás aprendiendo ayuda a la memorización y a la comprensión de lo que estudias. Cuando uno enseña, dos aprenden.

Meditación y plasticidad cerebral

“la mayoría de nosotros pasamos cada momento perdidos en la película de nuestras vidas”.
- Sam Harris

“Vive el momento” es una expresión usada frecuentemente, manida y simplista, además, pocas veces te explica cómo hacerlo.
La meditación nació como una práctica oriental hace unos 2.400 años y, aunque se suele relacionar con creencias espirituales, tiene una base científica muy sólida.

Esta trata de ser consciente del ahora, de tus emociones, estrés, preocupaciones y placeres, no de aferrarse a ellas, sino de vivirlas en el momento, de sentir la experiencia sin juzgarla, sea buena o mala. De aquí nace el concepto mindfulness o “atención plena”.

Mejorar el estado de mindfulness mediante la meditación mejora muchos aspectos de la salud, tanto física como mental:

· Mejora la presión arterial, función inmune y niveles de cortisol.

· Reduce la ansiedad, depresión, angustia, estrés y pensamientos negativos.

· Mejora la función cognitiva, incrementando por ejemplo la concentración y memoria de trabajo.

· Mejora las funciones relacionadas con el metabolismo, la función mitocondrial y reduce las respuestas inflamatorias de nuestro cuerpo.

· Mejora la calidad de sueño.

· Incrementa la actividad basal en el lado izquierdo de la corteza prefrontal, un patrón que se asocia con emociones positivas.

· Reduce el volumen de la amígdala derecha basolateral, cambios que se relacionan con menos estrés.

· Se asocia con un mayor grosor y densidad de materia gris en áreas del cerebro relacionadas con la atención, aprendizaje, memoria y regulación emocional.

Todas estas mejoras, y algunas que me dejo por el camino, se ven expuestas a partir de unas 8 semanas de meditación de 20 min.
De todas formas, no necesariamente debes meditar durante 20 min para obtener algunos de estos beneficios, recuerda que no es lo mismo la mínima dosis efectiva que la dosis óptima.

El alimento es información para nuestro cerebro.

“Si el cerebro fuera tan simple que pudiéramos entenderlo, seríamos tan simples que no lo entenderíamos”.
- Emerson M. Pugh

Está bastante claro que en el mundo moderno la inteligencia es un aspecto humano al que le damos mucha importancia, y esto también se observa en la gran cantidad de oferta de nootrópicos (drogas inteligentes) que vemos.

Aquí os voy a dejar algunas opciones naturales sin efectos secundarios que nos ayudan a tener un rendimiento cerebral óptimo:

· Cafeína: Un psicoactivo asociado a una mejor salud mental.

· Creatina: Nos ayuda a mantener la fosfocreatina del cerebro y así su rendimiento, sobre todo para personas veganas o vegetarianas que suelen tener mayor déficit de esta. También eleva el compuesto SAMe, que nos ayuda a prevenir o reducir los síntomas de la depresión.

· Extracto de arándano: Existen ensayos clínicos donde se ha visto que ingerir arándanos mejora la memoria en personas mayores y niños, a demás de mejorar el estado de ánimo.

· Ejercicio físico: Las personas activas tienen mayor capacidad cerebral que las personas sedentarias, tanto en razonamiento, memoria, capacidad de cálculo, a demás de una reducción de problemas neurodegenerativos.
Sin duda, el snack más básico, funcional y recomendable de todos.

“Solía pensar que mi cerebro era lo más maravilloso de mi cuerpo, hasta que me di cuenta de quién me hacía pensar esto”.
- Emo Phillips

Nuestro cerebro es una pieza de ingeniería increíble, un diseño el cual aún no sabemos al cien por cien cómo funciona ni cómo sus piezas conforman aquello que llamamos mente, así que cuidarlo es una tarea diaria que nos ayudará a tener una vida mucho más funcional y saludable.

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David Morejón
Open Freakness

Hola. Soy David Morejon, Product Designer. Cuento con +5 años de experiencia trabajando en productos digitales: Android, IOS y plataformas SaaS.