Diseñar en tiempos de inmediatez

El ya como mantra

Andrea Sanz
Open Freakness
4 min readFeb 13, 2023

--

Escrito por Andrea Sanz, Senior Service Designer en Garaje de ideas.

Ilustración por Anaís Fernández , Graphic Designer en Garaje de ideas.

Quick win, a un click, bootcamp, fast food, twit, insta… son términos relacionados con un concepto de base común, la inmediatez.

Esta velocidad ha pasado a formar parte de la naturaleza de nuestro día a día, en un mundo donde la cantidad de áreas, aspectos, problemáticas y sucesos tienen una envergadura inmensa. En este escenario, parece que debemos saber de todo, conocerlo todo, incluso opinar sobre todo.

El problema es, como bien dice el refrán que “el que mucho abarca, poco aprieta“ o lo que es lo mismo , “sabedor de mucho, conocedor de nada”.

Inmediatez y rapidez como forma de vida

Aprende rápido, prototipa rápido, entiende rápido, equivócate rápido, este mantra que nos persigue y nos cala, tiene un impacto brutal en las personas tanto a nivel personal como profesional.

El diseño también vive y se desarrolla en este escenario, debiendo cubrir sus necesidades básicas tales como el entendimiento, la investigación y el conocimiento profundo de un problema, en esta vorágine de fugacidades e informaciones superfluas, siendo en muchas ocasiones estas la base de las decisiones de diseño.

Y aquí viene la pregunta:

¿Dónde queda la reflexión en un contexto donde hay que saber de todo y además hay que saberlo ya?

Hacer un entendimiento de necesidades para poder tomar una decisión de diseño es un proceso largo, que requiere de pararse, pensar y reflexionar, en definitiva, requiere tiempo. José Carlos Ruiz, Escritor, filósofo y profesor, declara que en los tiempos que vivimos “la acción le ha ganado la batalla a la reflexión”, lo cual hace que se pierda el foco en la importancia de profundizar y pensar de manera crítica.

Desde mi punto de vista, el mundo del diseño se ve impactado por esta corriente en diferentes puntos:

1. Cómo se cristaliza la profesión del diseñador en el mercado actual.

En el mercado del diseño, nadie cuestiona un currículum en el que ha habido un cambio de empresa cada dos años. Esta es la estrategia que tienen muchas personas para poder mejorar condiciones, o conseguir cierto “status” como diseñador o diseñadora.

Esta prisa deja “huérfanos” a los productos y servicios diseñados por estos, ya que la alta rotación de las personas de diseño en los equipos, hace que los productos y/o servicios no cuenten con un conocimiento sobre el histórico de las decisiones que se han tomado para favorecer su desarrollo y para mantener su esencia. Por mucho que queramos documentar, el conocimiento profundo, lleva tiempo.

En la profesión del diseño existen muchas fases, se empieza explorando muchas cosas y conociendo diferentes ámbitos, luego se busca algo más pausado, donde puedes ponerle mimo a tu proyecto a largo plazo, y por último, aunque no siempre, llega el momento en el que te planteas el propósito de lo que se diseña.

En estos casos, en los que la reflexión en el proceso de diseño llega después de mucho tiempo, se genera una “deuda de reflexión” en lo que diseñamos antes de llegar ahí.

2. El “agile” y su relación tóxica con el diseño .

Según la RAE, el término ágil se define como: Que tiene facilidad para moverse con soltura y rapidez. Según mi experiencia, el problema viene del intento de convivencia entre el proceso de diseño y el proceso de desarrollo de software (dirigida por metodología Agile en la mayoría de los casos).

Se pretende que sean dos procesos paralelos, que se desarrollan a la vez, siguiendo un mismo camino. Para mí, esto no puede estar más alejado de la realidad. El proceso de diseño tiene una velocidad diferente.

Entendiendo el ciclo de vida de un producto o servicio, el diseño comienza a aportar valor en un punto en el que el proceso de desarrollo aún no ha empezado. El problema viene cuando se pretende que ambos vayan a la misma velocidad.

El trabajo de diseño comienza por conocer el viaje, tener en cuenta la meteorología, a quién nos vamos a encontrar por el camino, dónde vamos a poder comprar comida, dónde podemos dormir, y con esto preparar una ruta con una mochila que le permita a desarrollo decir, el día 1 vas del hito 1 al 2 y tienes esta mochila para conseguirlo. Siguiendo con esta metáfora, preparar la mochila lleva tiempo. Pensar, necesita tiempo y el Agile, presupone que ya está todo pensado.

En la era del ya, todo tiene su versión “fast”, pero un diseño “fast” puede tener consecuencias globales.

Si diseñamos rápido, se dificulta asegurar que cada decisión vaya acompañada de una reflexión sobre la necesidad que cubre, el impacto que va a generar y cómo puede evolucionar en el futuro.

Y como sabemos (casi) todo lo “fast” conlleva un desaprovechamiento de recursos, una menor ecología y sostenibilidad al tener que cambiar con más frecuencia y un menor impacto positivo al no tener en cuenta los sistemas complejos sobre los que impacta.

No obstante, nadar en la superficialidad puede resultar agradable y cómodo. Va mucho más con la supervivencia el quedarse cerca de la superficie que animarte a bucear y alejarte del medio que te asegura respirar.

Es posible que por esto nos quedemos en lo fácil, no profundizamos, nadamos “a perrito” por todas las tendencias, noticias, áreas de estudio, y aunque poco a poco nos animamos a bucear, son muy pocos los que llegan a ser apneistas profesionales. Sin duda, son maneras de ser, de afrontar las cosas.

¿Tú que prefieres, nadar a perrito por todo el océano o descubrir tesoros en el fondo del mar?

--

--