El diseño de futuros no es humo

Por qué incorporar la prospectiva en nuestras organizaciones (y en nuestra vida)

Celia M. Marco
Open Freakness
6 min readApr 3, 2023

--

Escrito por Celia M. Marco, Service Design Lead en Garaje de Ideas.

Ilustración realizada por Andrea Díaz, Graphic Designer en Garaje de ideas.

Este texto pretende ser una llamada a la acción, casi un manifiesto, para que incorporemos el pensamiento de futuros en nuestras vidas. Para que identifiquemos los mecanismos de anticipación que nos permiten comprender el presente y evitar el shock. Quizás no tengas claro por qué deberías hacerlo, o sencillamente pienses que este tema es humo. Por eso voy a darte 3 razones por las que todos deberíamos convertirnos en futuristas.

“If the present could be different because of the choices we made, then the future can still be different because of the choices that we make. And that gives us hope.” — Jane McGonigall, Institute for the Future

1. El futuro podría matarte

En 2015, Tim Urban acuñó la unidad de medida Die Progress Unit (DPU), que trata de establecer cuánto deberíamos viajar al futuro para que el impacto acabara con nosotros. Según Urban, si viajamos al año 1750, secuestramos a alguien y lo traemos al 2022, la impresión al ver este mundo tan distinto no sólo le provocaría un shock; directamente mataría a esa persona.

Ok, entendido. Pero ya vivimos en el futuro. Para morir del impacto deberíamos viajar cientos de años. ¿No?

La “Ley de Retorno Acelerado” de Ray Kurzweil establece que, cuanto más avanzada la sociedad, mayor y más rápida es su capacidad de progresión. Así, en el año 2000 el ritmo de progreso aumentó cinco veces respecto al siglo anterior, avanzando en todos los ámbitos más que en los 30 años anteriores.

Al ritmo actual, Kurzweil estima que a partir del 2040 viviremos el equivalente al progreso de todo el siglo XX varias veces en el mismo año, e incluso más tarde, en menos de un mes. Según esta ley, el mundo en 2050 (en menos de 30 años) podría ser tan diferente al actual que, de poder viajar en el tiempo y echar un vistazo, seguiríamos la misma suerte que nuestro desafortunado secuestrado.

No sabemos qué va a pasar (ni cómo vamos a morir), pero podemos adquirir las habilidades necesarias para anticiparnos y sobrevivir al futuro. Por si acaso alguien inventa una máquina del tiempo.

2. It’s Señoros all the way round*

*El título hace referencia a la regresión infinita, especialmente a la supuesta anécdota contada por William James.

Pero, ¿por qué dedicar tiempo a estudiar el futuro? ¿Acaso se puede controlar o diseñar?

Vivimos en un sistema complejo y dinámico, con fuerzas y actores que emergen, interactúan y nos lanzan puñetazos a la cara. Lo que desde el ejercito americano se empezó a llamar “entorno VUCA”: volatil, incierto, complejo y ambigüo.

En este entorno impredecible hay algo a lo que se enfrentan por igual una master-mind malévola y cualquiera que tenga propósitos a largo plazo: el “efecto Mike Tyson”; todos tenemos un plan hasta que recibimos un puñetazo en la cara. Incluso cuando una gran corporación o un multimillonario con problemas de ego decide invertir millones en diseñar su futuro ideal — ya sea una ciudad sumergida, flotante, una linea en medio del desierto* o una colonia en Marte — el futuro es, para bien y para mal, impredecible.

Pero aunque el futuro sea incierto, multimillonarios como Musk, Trump, Bezos, Thiel, Zuckerberg, Branson, etc. están trabajando activamente para dirigir a la humanidad hacia un futuro determinado. Todos ellos hombres-blancos-heteros, barones de la tecnología que quieren “colonizar el espacio”, “ocupar marte” y urbanizar nuestros océanos, con una visión del futuro que perpetúa el capitalismo, el antropocentrismo y el individualismo.

Por supuesto que debemos contemplar esos escenarios. Pero hay muchos caminos hacia el futuro -algunos buenos, otros no tan buenos- y es nuestra obligación preguntarnos para qué, por qué y hacia dónde nos lleva cada una de esas posibles vías, para no vernos arrastrados a vivir en el planeta que otra persona ha imaginado.

*The Line es el nombre del último delirio de arrogancia de Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudita. Un gran muro revestido de espejo, que se extiende más de 200 km a través del desierto y que promete albergar hasta 9 millones de habitantes. Ya está en construcción.

3. Lo dice la UNESCO, Europa y España 2050

Todo lo que nos rodea está cambiando: cómo nos comunicamos; cómo trabajamos; cómo estudiamos. Hasta el clima está cambiando. La innovación tecnológica, y con ella la sociedad, evoluciona a hombros de gigantes, progresando a un ritmo exponencial.

Es precisamente en tiempos de cambios y gran incertidumbre, como las actuales circunstancias socio-económicas marcadas por la guerra, la falta de recursos y la polaridad, cuando la práctica de la Prospectiva Estratégica puede arrojar algo de luz: el objetivo no es predecir qué va a pasar, sino utilizar la innovación, la experimentación y la creatividad para imaginar distintas posibilidades que nos ayuden a nivel individual y a empresarial a anticiparnos, evitar el shock y tomar mejores decisiones.

Si no me crees a mí, déjame que cite a Maroš Šefčovič, responsable de la Comisión de Prospectiva Estratégica de la UE:

“The pandemic (…) has also reaffirmed the need to make our policies evidence-based, future-proof and centred on resilience. We cannot expect the future to become less disruptive — new trends and shocks will continue to affect our lives.”

En esta línea, también se ha creado en nuestro país la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia, encargada por ejemplo del informe “España 2050”. Un análisis realizado junto a expertos y expertas de diversas áreas académicas para tratar de comprender mejor el presente y adelantarse al futuro.

Por último, la UNESCO reconoce la habilidad Futures Literacy como “la capacidad que permite a las personas comprender mejor el papel que juega el futuro en lo que ven y hacen”. Lo único que necesitamos para poner en práctica esta habilidad es utilizar nuestra imaginación para visualizar infinitas posibilidades. Y partir de la base de que el futuro no existe, de que es responsabilidad de todos y todas plantearnos qué futuro queremos.

Los primeros cinco minutos del futuro

Estás en casa. Te das cuenta de que no funciona Internet. Tu teléfono móvil está sin servicio. Pones la tele y no se está transmitiendo nada. Tampoco en la radio. Lo compruebas y hay luz, pero es como si todas las telecomunicaciones se hubieran detenido repentinamente.

  • ¿Qué haces durante los primeros cinco minutos tras descubrirlo?
  • ¿Cómo te sientes?
  • ¿Qué posibles explicaciones se te ocurren para lo que está pasando?
  • ¿Qué crees que harán la gente cuando lo descubra?

Tienes sólo cinco minutos para escribir lo que se te ocurra, lo más rápido que puedas, pero siendo lo más específico/a posible. Incluye detalles sobre lo que ves, escuchas y sientes. Describe qué tiempo hace, la luz, la hora del día, la habitación o el espacio donde estás; si hay alguien más contigo, imagina qué os decís… Haz que la escena sea lo más vívida y detallada posible. Escribe sin pararte a juzgar, sólo deja que las ideas fluyan.

Pasados los cinco minutos, responde a una pregunta más:
¿Qué acciones o decisiones podrías tomar hoy para prepararte para los primeros cinco minutos de este escenario, si realmente sucediera?

“In dealing with the future, it is far more important to be imaginative than to be right.” — Alvin Toffler, del libro Future Shock, 1960

Este sencillo ejercicio llamado “The First 5 Minutes of the Future”, creado por Jane McGonigal, Research Director en Institute for the Future, nos ayuda a prepararnos para lo inesperado. Incluso a resolver problemas en situaciones que no hemos vivido o que están por llegar. También aumenta nuestra capacidad de empatizar, a medida que entendemos cómo se pueden ver afectadas otras personas en cada situación. Pero, lo más importante, es que nos permite pasar a la acción; nos ayuda a establecer una dirección e identificar esos pequeños pasos que debemos dar para anticiparnos y evitar el shock.

Power to the people

Como decía John Lennon, “si quieres una revolución, será mejor que nos pongamos en marcha de inmediato.”

No nos engañemos, hay motivos de sobra para ser pesimistas. Y es mucho más fácil imaginar cómo todo podría salir mal. Y sí, el futuro es impredecible, pero esta incertidumbre no puede bloquearnos ni hacernos caer en la distopía: si siempre nos ponemos en lo peor, tenderemos a la inacción.

Porque la incertidumbre también supone una oportunidad para provocar cambios positivos. Por eso te propongo unirte a esta “revolución”, empezar a pensar como un/una futurista e incorporar el estudio de futuros en tu vida y en tu trabajo.

Necesitamos voces diversas, con valores y aspiraciones para crear visiones abiertas, que ayuden a dar forma a futuros democráticos, positivos y enriquecedores. Y necesitamos optimismo, sentir que efectivamente tenemos capacidad para generar impacto. Y convencernos de que, efectivamente, otro futuro es posible.

The First Five Minutes of the Future. CC Attribution-NonCommercial 4.0 International (CC BY-NC 4.0)

--

--

Celia M. Marco
Open Freakness

Service Design Lead @ Garaje de Ideas. Future Thinker. Sci-Fi nerd.