¿Diseñadores o arquitectos?
La importancia del propósito
Escrito por María Moreno, Senior Product Designer en Garaje de Ideas.
Hace unos meses, en ese laberinto sin salida que a veces es Netflix, me crucé con un documental sobre arquitectura que me hizo reflexionar sobre el papel que nosotros, como diseñadores de interacción, tenemos en el mundo. ¿He conseguido captar tu atención? Bien, sigamos.
Anyway Congress: the city of the cities
En el año 1993, arquitectos de todo el mundo se reunieron en Barcelona para una serie de mesas redondas en las que tratar los temas más preocupantes en torno a su profesión. La diversidad de aquel entonces permitía discursos más o menos dispares y temáticas que, probablemente a día de hoy, sigan siendo el eje central de congresos actuales similares.
Lo que llamó más mi atención fue que una de esas problemáticas planteadas en el Anyway Congress hace 30 años fuera el diseño del ciberespacio: ¿cómo iba a abordar la arquitectura el diseño de este nuevo espacio intangible que empezaba a ser Internet?
¿Por qué la arquitectura?
Si definimos la arquitectura como el arte de diseñar espacios habitables, tiene mucho sentido que fueran los propios arquitectos los que se plantearan cómo iban a manejar esta nueva dimensión que empezaba a hacerse cada vez más grande y en el que, predicción auto-cumplida, los seres humanos cada vez pasaríamos más tiempo.
Un año después de que el congreso tuviera lugar, Nielsen Norman publicaría las heurísticas que sentaron, y sientan en gran parte, los pilares sobre los que basamos la usabilidad desde hace casi 30 años.
Podríamos pensar que fue entonces cuando los diseñadores de interacción, como entes propios, naceríamos finalmente. Estaría feo por mi parte, eso sí, atribuirle el mérito de algo tan trascendental a una única persona. Porque, si algo nos debe quedar claro, es que independientemente de cómo nos hagamos llamar actualmente (“introduce aquí tu rol en Linkedin”), seguimos y seguiremos haciendo lo mismo de siempre. Diseñar, pero con mayúscula.
Diseñar es un verbo sin dueño
Analizando la etimología de la palabra diseño podemos ver que, aunque creamos que nuestra profesión es algo reciente y único, no deja de ser la digievolución de algo que existe básicamente desde que el mundo es mundo. Como gracias al lenguaje podemos viajar en el tiempo, sabemos que:
- Diseñar proviene del italiano disegnare: dibujar, bosquejar o proyectar.
- Disegnare del latín designare: marcar, trazar u ordenar.
- Designare, a su vez, de signa: signar, dar nombre o significado.
Puedes ver, tras este viaje al pasado, que nuestra profesión está compuesta por tareas que siempre han estado ahí. Esta “revelación” nos permite llegar a dos conclusiones: no somos especiales y compartimos un propósito desde tiempos inmemoriales. Crudo y bonito a partes iguales. ¡Lo sé!
Nuestros materiales pueden ser píxeles pero nos sigue importando la función y la forma. Nuestro espacio es intangible pero parte de nuestro esfuerzo recae en generar algo bello a través de lo técnico. Partimos de escenarios dados y los convertimos en más favorables o habitables para las personas que los transitan. ¿Lo ves?
Profesiones que diseñan
Ray Eames, a pesar de formarse como pintora, ha pasado a la historia como diseñadora industrial, arquitecta y directora de cine (por nombrar tres profesiones aunque fueron más). En una entrevista le preguntaron si echaba de menos la pintura a lo que ella contestó:
Nunca he dejado de pintar. Solo he cambiado la paleta.
Si algo nos ha enseñado el tiempo es que, en el camino del Diseño, han surgido multitud de variantes según la humanidad lo ha ido necesitando. No sabemos cuál será la paleta que utilicemos de aquí a unos años pero, lo que sí podemos tener claro es que nuestro propósito seguirá siendo el mismo.
Un regalo
Antes de despedirnos quiero darte algo por haber llegado hasta aquí.
Te habrá pasado, como a todos, que no has sabido explicar a qué te dedicas en alguna ocasión. I feel you!
Ahora que ya nos conocemos más te lo puedo contar: puede que haya dado con la forma definitiva de describir lo que hacemos, ¿no me crees?
- Es corto porque, no nos engañemos, lo de los títulos de dos líneas para Linkedin está bien pero tienes cansadas a todas tus amigas.
- Es a prueba de personas no nativas digitales, por fin habrás dejado atrás lo de “hace cosas con el ordenador”.
- Es cuasi-atemporal, porque con estas cosas no me mojo.
- Y tiene un toque retro que es lo que, definitivamente, le da el punch.
Puede que estuviéramos cerca de haber sido llamados arquitectos pero es que si lo piensas, en realidad, lo acabamos siendo: somos arquitectos del ciberespacio.✨
