En búsqueda del balance:
7 ideas para armonizar los debates en torno a los datos abiertos y la privacidad
por Renato Berrino Malaccorto, Research Manager, Open Data Charter (ODC)
Los datos son una parte clave del tejido de las sociedades y economías actuales. Cómo accedemos a ellos, los usamos y los regulamos es más importante que nunca. Usados de manera efectiva, los datos abiertos hacen que los gobiernos sean más eficientes y transparentes y empoderan a los ciudadanos para la participación y para ser parte de la rendición de cuentas, principios fundamentales de un gobierno abierto para lograr una sociedad más justa. Sin embargo, esta producción y disponibilidad de datos e información, pone sobre la mesa la necesidad de discutir el manejo responsable de los mismos y la protección de datos personales y/o sensibles.
Es importante entender que tanto cuando hablamos de transparencia y de datos abiertos, como cuando hablamos de protección de datos personales y privacidad, estamos hablando de temas vinculados directamente con los derechos humanos, es decir, que hacen a la dignidad de las personas. En este caso, al hablar de datos, podemos circunscribir en el universo de los derechos digitales: el entendimiento de los derechos humanos, aplicados al ámbito digital, que es parte de nuestra vida cotidiana actual.
La importancia de la transparencia y la privacidad
Como mencionamos anteriormente, la transparencia es un principio fundamental del gobierno abierto, catalizador de prácticas de buen gobierno y del incremento de la confianza de la ciudadanía en las instituciones. Dentro de este pilar, podemos decir que el acceso a la información pública es entendido internacionalmente como un derecho humano fundamental (por ejemplo, El Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas lo reconoce en sus observaciones generales al artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos del Hombre al analizar la libertad de expresión).
Dentro de la esfera de la transparencia y el acceso a la información, encontramos a los Datos Abiertos como una instancia superadora en la era digital, entendiéndose como datos digitales que son puestos a disposición con las características técnicas y jurídicas necesarias para que puedan ser usados, reutilizados y redistribuidos libremente por cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar. Uno de los principios que proponemos desde Open Data Charter es que deben ser abiertos por default. El acceso a la información está incorporando a los datos abiertos como la forma adecuada de ejercer el derecho, en el marco de una concepción de transparencia proactiva, en la cual los gobiernos activamente publican datos sin estos haber sido requeridos. Asimismo, desde la organización, y en el marco de la Carta, hablamos de la necesidad de que los datos sean abiertos con un propósito. Necesitamos entender cuál es el problema público a resolver usando datos, comprendiendo que los mismos son un medio y no un fin en sí mismo. La apertura fortalece la participación ciudadana, las políticas públicas, la gestión pública y por ende la gobernabilidad democrática apuntalando el eje de transparencia. Contribuyen a la innovación y a afrontar los desafíos públicos más grandes de este siglo.
A partir de lo expuesto podemos decir, entonces, que la transparencia y los datos abiertos colaboran a lograr una buena gobernanza, fomentan la confianza de la ciudadanía, y son una llave al ejercicio y acceso a otros derechos humanos fundamentales. A través de la apertura de datos podemos acceder a mejoras en el funcionamiento del Estado, en la provisión de servicios públicos, e incluso a abordar un desafío específico del contexto actual, como puede ser el cambio climático. En relación a acción climática, por ejemplo, los datos abiertos colaboran con el reporte internacional estipulado en las Convenciones, permite a distintos organismos y a la sociedad civil llevar adelante acciones coordinadas tomando decisiones de política pública basada en evidencia, y facilita el seguimiento y la rendición de cuentas, contribuyendo al monitoreo ciudadano.
Un buen ejemplo de apertura de datos para abordar desafíos temáticos globales es el caso de Uruguay, que implementando la Guía de Apertura de Datos de Cambio Climático, logró abrir más de 30 conjuntos de datos y se encuentra trabajando en procesos de reutilización.
Por otro lado, encontramos entonces también al ya mencionado derecho a la privacidad. El mismo está contemplado en diversos instrumentos internacionales y en las Constituciones de diversos países del mundo. Es un derecho humano fundamental, y en la era digital y con la producción y manejo de datos, cobra nuevas dimensiones. Es en este contexto de producción y circulación de datos de manera masiva que ha habido en los últimos años, han sido necesarios grandes avances en materia de protección de datos personales, entendidos estos como cualquier información relativa a una persona física identificada o identificable. La protección de datos personales resguarda a las personas de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, familia, domicilio o correspondencia. Diversos países tienen legislación en este sentido desde hace años, y muchas normativas se encuentran en proceso de actualización para adaptarse a las realidades de los entornos digitales. Desde el 2018, ha tomado mucha relevancia debido al Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la UE. Una particularidad de este reglamento es que incorpora el derecho que otorga a los sujetos la posibilidad de acceder a todos los datos almacenados sobre ellos dentro de las entidades del sector público, similar a la acción de garantía “Habeas Data”, incorporada en diversos ordenamientos jurídicos.
La importancia del derecho de acceso a la información y del derecho a la protección de datos personales, ambos derechos humanos fundamentales, plantea la necesidad de buscar un balance para poder ejercer ambos de manera complementaria, y que uno no ponga en peligro las garantías consagradas por el otro. Existen distintas propuestas y técnicas que nos permiten seguir trabajando en datos abiertos por una sociedad más democrática y justa, respetando el derecho a la privacidad. Exploramos algunas ideas a continuación.
7 ideas para alcanzar el balance y la coherencia
- Comprender la legislación vigente en materia de transparencia, datos abiertos y protección de datos personales. Es importante entender la normativa vigente y cómo dialoga entre sí, tanto a nivel local, nacional, como internacional, para poder efectivizar y balancear los derechos sin que haya detrimento de ninguno de ellos. El ordenamiento jurídico debe ser coherente y armonioso.
- Familizarizarse y respetar las bases éticas en materia de datos. Hay diversos organismos internacionales, organizaciones y gobiernos que trabajan estas temáticas y que tienen propuestas y documentos de consulta. Algunos de ellos son el Data Ethics Canvas del Open Data Institute (ODI); los principios de Data Ethics en el Sector Público de la OECD; y el data ethics framework de UK. Asimismo, los principios de la Carta Internacional de Datos Abiertos nos ayudan a alcanzar las mejores prácticas. El Canvas de ODI, por ejemplo, es una valiosa herramienta que nos va guiando en procesos de recolección, uso y publicación de datos, proponiendonos una serie de ítems para pensar en el desarrollo de los proyectos: identificar las fuentes de datos, sus limitaciones, las posibilidades de compartir o no esos datos, el contexto ético y legislativo, identificar los derechos vinculados a esas fuentes de datos, los efectos positivos y negativos que puede tener sobre la ciudadanía, la comunicación, entre otros puntos.
- Definir objetivos claros en las políticas de transparencia y datos abiertos. Resulta clave realizar planes de apertura, tomando en cuenta la normativa vigente, la demanda, los recursos, etc. De esta manera, al planificar, se pueden identificar riesgos y si existiera información personal o reservada, tratarla para evitar publicar los datos que no corresponden, y poder publicar el resto de la información con los recaudos necesarios. Es importante esta planificación para identificar los riesgos, prevenirlos, y mitigarlos.
- Aplicar técnicas de protección de datos. En relación a datos personales, existen guías de anonimización para poder publicar protegiendo los datos de carácter privado y/o sensible. Algunos buenos ejemplos son la guía del Open Data Institute, o las guías que propone la Agencia de Protección de Datos de España.
- Las leyes de Protección de Datos y las leyes de Acceso a la Información (o políticas de Datos Abiertos) deben dialogar entre sí. Especifican qué información es personal y confidencial, y brindan alternativas para su publicación con diferentes técnicas. Un buen ejemplo es la Ley Modelo de Acceso a la Información 2.0 de la Organización de los Estados Americanos, que establece la información reservada y los datos personales, y de qué manera se puede tratar o compartir la información de manera parcial o con consentimiento. El GDPR, en sintonía, destaca que se debe conciliar el acceso público a los documentos oficiales con el derecho a la protección de los datos personales.
- A nivel de estructuras de gobernanza pública, es importante que los Órganos de control de aplicación de las leyes de acceso a la información pública y protección de datos personales, tanto si están bajo la misma órbita como si no, trabajen en sinergias en la salvaguarda de ambos derechos interconectados para garantizarlos.
- El contexto es importante. El balance entre estos derechos varía y dialoga de diferentes maneras de acuerdo a los tipos de datos con los que estemos trabajando y el eje temático que se aborde. Es probable, por ejemplo, que en materia de datos contra la acción climática la información sensible y/o personal sea menor que si trabajamos en otro eje como el anti corrupción, dónde puede haber información personal de funcionarios, de dueños de empresas, etc., que deberá ser tratada de otra manera. Es algo que desde Open Data Charter estaremos investigando.
El camino a seguir
Los datos abiertos y el derecho a la privacidad no sólo son compatibles, sino que deben ser entendidos en armonía para la correcta aplicación de ambos y para el resguardo de los derechos humanos. Hay distintas normativas, guías y principios que nos ayudan a balancear esta situación y nos empujan a lograr coherencia en el desarrollo de las políticas públicas. Desde Open Data Charter estaremos investigando buenas prácticas y avances normativos, y generando recursos para acompañar a la comunidad. Impulsaremos investigaciones para entender el balance de estos derechos en ejes temáticos concretos, y ver cómo dialogan en los casos específicos. A su vez, analizaremos buenas prácticas y lecciones de distintas formas de regulación en la protección de datos, con foco específico en cómo esto afecta a los datos abiertos, para generar recomendaciones de política pública. Estudiaremos distintos modelos de gobernanza de datos y generaremos espacios de debate e intercambio con distintos actores y redes. Seguiremos impulsando iniciativas en las que los datos abiertos tienen un impacto positivo para profundizar y garantizar diversos derechos fundamentales. Sigamos conectados para explorar estas líneas de acción y muchas más.
Renato Berrino Malaccorto es el Gerente de Investigación de The Open Data Charter. Puedes encontrarlo en Twitter: @Renatombm.
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