Las ventajas y los peligros de la big data

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Opinión con Foro
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9 min readJul 23, 2016
Mexico city: Copernicus Sentinel data (2015)/ESA.

El viraje a la sociedad y a la economía de la información

Casi todas nuestras acciones cotidianas producen información, casi toda ella recopilada en un proceso tan natural como desapercibido. Esto no es nuevo: las grandes compañías y gobiernos se han valido de la recolección de información para fines comerciales o sociales –para bien o para mal– desde hace siglos. Sin embargo, sólo desde hace unas décadas existen dispositivos diseñados, en gran medida, para convertir nuestros hábitos al usarlos en información recopilada en tiempo real y con alta precisión. La información se extrae de casi cualquier aparato digital: teléfonos celulares, computadores, tabletas, GPS. Todo lo que hacemos con ellos, desde iniciar una conversación hasta ponerlos a cargar en la corriente eléctrica, deja un rastro que, unido a otros, configuran el mundo casi como un sistema nervioso. La big data es el resultado: una gran cantidad de información almacenada que puede ser analizada para obtener modelos y patrones de comportamiento. Patrones que pueden ser usados con muchos –y no siempre buenos– fines.

¿Qué es big data?

Actualmente estamos expuestos a más información en un solo día de lo que nuestros ancestros del siglo XV podían estar expuestos en toda su vida. El procesamiento de información que el ser humano ha hecho en los últimos dos años es más grande al procesamiento de información que se hizo en los últimos 3 mil. Durante las últimas décadas medimos las cosas mucho más de lo que lo hemos hecho durante el resto de la historia de la humanidad.

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Ya desde 1923 György Lukács, el filósofo húngaro, expresó la situación claramente: «Lo principal para nosotros es el principio que así se impone: el principio del cálculo, de la racionalización basada en la calculabilidad». Estamos en una época en la que el cálculo, la producción y la obtención de información junto al análisis de la misma se han vuelto indispensables para el funcionamiento social de nuestras vidas. Antes veíamos las cosas, las escribíamos y luego las intentábamos comprender para producir conocimiento. La big data es el proceso contrario: almacenamos una extraordinaria cantidad de información totalmente inútil… hasta que se interpreta. Pero, ¿qué es y de dónde proviene esa información que se produce, se almacena y que puede ser analizada? La respuesta es tan amplia como la misma información: de todos lados, desde los estudios científicos sobre la naturaleza, hasta el uso de nuestras redes sociales.

Los grandes descubrimientos científicos e invenciones tecnológicas han hecho posible la fabricación de instrumentos que nos permiten medir y calcular los fenómenos naturales de nuestro planeta recopilando una cantidad enorme de información. Por ejemplo, la misión Sentinel es un proyecto que desarrolla satélites que envían a la Tierra información sobre la vegetación, el suelo, la distribución de agua, la superficie y la actividad oceánica, las temperaturas, la atmósfera, entre otras cosas. Es un programa científico para observar el planeta, obtener información y poder entender sus fenómenos naturales, así como dar cuenta de los efectos del hombre en la Tierra.

En esta imagen se ven los puntos de cultivo por irrigación en el desierto de Arabia Saudita. Desert fields: Copernicus Sentinel data (2015)/ESA.

Sin embargo nosotros, personas comunes y corrientes, también somos fuentes de información. Por ejemplo, cada vez que vamos a un supermercado con tecnología para recopilar data, como el caso de Wal-Mart, nuestras compras entran a bases de datos que pueden ofrecer nuestro perfil personal. Cuando buscamos información en internet no sólo la buscamos, sino que nosotros mismos informamos a los administradores de los buscadores nuestros hábitos de búsqueda, nuestros intereses y nuestra interacción con los resultados. El uso de las redes sociales no es gratis, sino que pagamos con información: Facebook, por ejemplo, obtiene datos sobre los dispositivos que se usan para ingresar a la plataforma y extrae documentos de servicios de internet, locación, el tipo de explorador o las páginas que se visitan. Cada vez que se envía un mensaje o se hace un llamada desde un celular, las compañías telefónicas se registran el lugar de salida, entre otros muchos datos. Estas compañías pueden saber dónde despertamos, a dónde fuimos a trabajar, qué camino tomamos y hasta con quién fuimos a tomar un café un día como hoy, pero hace tres años. Owen Mundy incluso puede hacer público dónde viven los gatos a partir de las fotografías subidas a Instagram. El anonimato es algo del pasado y parece que nuestra sociedad está comenzando a entender las implicaciones de esta situación. La información que nosotros mismos producimos en tiempo real habla de nuestras actividades y rutinas, pero no sólo eso, sino también de nuestra personalidad. Quienes hacen uso de esta información, por su parte, afinan técnicas de mercado y comunicación y, con ello, determinan gran parte de nuestro comportamiento. El sistema de información afecta al individuo, quien, a su vez, afecta al sistema a través de la información que emite y recibe.

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¿Cómo se usa la big data?

El gran problema no es cómo almacenar, sino cómo interpretar y analizar la información obtenida. Ésta puede usarse según la selección de la misma y los análisis respectivos muestran los resultados que confirman o niegan una hipótesis. Hoy, la big data se usa principalmente en el mercado. La información recopilada es analizada para poder investigar los comportamientos y las preferencias de los clientes. De tal manera, las empresas pueden crear modelos predictivos para ofrecer a cada cliente las mercancías de las cuales gusta y así poder vender más y de manera casi personalizada. Si los datos se analizan bien, los resultados pueden tener precisión quirúrgica. En 2012 se hizo famoso el caso de Target, la tienda de autoservicio que predijo el embarazo de una joven a través del análisis de los comportamientos y preferencias del cliente.

Lo anterior lleva a intentar entender mejor y a optimizar los procesos financieros y de negocios. Los gobiernos también tienen acceso a la información y a profesionales que pueden analizarla para estar enterados de cuáles son los comportamientos de las personas. Con la big data no existe la diferencia entre cliente, usuario y ciudadano, sino que toda la información está allí para poder seleccionarla con filtros específicos. Las redes sociales ofrecen un gran potencial de datos que pueden ser usados por empresas o gobiernos, pues tienen un contenido específico, como las fotografías publicadas o el texto.

(AP Photo/Ross D. Franklin)

Las ventajas de la big data

La gran cantidad de información disponible y la que potencialmente se puede recoger ofrece una gran gama de posibilidades para obtener una mejor comprensión de los procesos naturales y sociales. La misión Sentinel es un ejemplo. Otro caso es el proyecto de Conservation International, una organización que recolecta información a través de cámaras ocultas, particularmente en los bosques tropicales, el hogar de la mitad de la biodiversidad vegetal y animal de la Tierra. Su objetivo es monitorear los signos vitales del planeta a través de la comprensión de los efectos del cambio climático y del cambio del uso de la tierra en tales ecosistemas. Pero el almacenamiento de información y su análisis no termina ahí, también socialmente ha habido investigación fructífera. En la Universidad de Ontario se logró encontrar infecciones incipientes en los bebés nacidos prematuros aún antes de que los síntomas aparecieran. A través de la recopilación de información, se encontraron mínimas fluctuaciones en el latido del corazón que señalan el peligro de infecciones en algunos recién nacidos. Asimismo, no estamos muy lejos de poder digitalizar nuestra biología para entender el genoma. De este modo, podría haber un crecimiento exponencial de la medicina preventiva personalizada.

(AP Photo/Sunday Alamba, File)

Se hizo también un estudio en las cárceles de Nueva York cuyo objetivo era saber de dónde provenían los presos y dónde vivían luego de cumplir sus condenas. Los resultados eran ya conocidos, pero no tan a detalle. Es bien sabido que una gran cantidad de presos provienen de Brooklyn, pero el estudió mostró que la mayoría de ellos provienen de las zonas de Brooklyn donde más pobreza y carencia de recursos hay. Se encontró también que se gastaba más dinero procesando a los presos que lo que se podría gastar si la zona recibiera los recursos de los que carecían.

(AP Photo/Mary Altaffer)

Estos casos muestran que la big data puede ofrecer una perspectiva holista si se hacen las preguntas adecuadas y se analiza la fracción de data que pueda responder satisfactoriamente a esas preguntas. La conservación de la biodiversidad y el cuidado climático pueden fortalecerse si se comprenden mejor los procesos sociales que afectan el planeta; la mejor comprensión de la salud ayudará a llevar una mejor vida; la atención a los problemas de la sociedad pueden llevar a una mejor administración de los recursos. Pero no todas son ventajas cuando se trata de la big data; también hay peligros.

Los peligros de la big data

La sociedad de la información en la que estamos inmersos apenas experimenta los primeros pasos de la big data y, por lo tanto, experimenta también los primeros errores y cobra conciencia de los peligros del exceso de información. Hemos comenzado un momento histórico en el que la economía está centrada en la información. La crisis económica del 2008 fue, en parte, causada por la certeza de los bancos en modelos de información que no contempló otros riesgos reales fuera de los financieros. Esta fue la primera crisis económica disparada por la big data y seguramente no será la última.

(AP Photo/Remy de la Mauviniere)

La big data se ha usado principalmente por los sectores financieros, por empresas interesadas en tener la información necesaria en cualquier momento para adecuarse a las fluctuaciones del mercado. Lo anterior supone que las actividades y los comportamientos sociales están siendo registrados en todo momento y que la información es usada para ampliar la riqueza de tales empresas. No es baladí entonces señalar que existen dueños de la información, aquella que se extrae de nuestras vidas. Aún cuando las empresas o los gobiernos no sepan empíricamente nuestro nombre ni tengan pistas sobre nuestro aspecto, gustos, orientación sexual o postura política, saben mucho más de los que podemos imaginar. Los empleados de empresas como Amazon o Target, por ejemplo, son monitoreados y sus acciones son medidas durante toda la jornada laboral. ¿No suena esto a vigilancia intensiva?

Cada rastro digital que dejamos atrás puede ser utilizado para recrear nuestra vida cotidiana y nuestros comportamientos, tanto individual como colectivamente. Mientras más rastros digitales dejamos, perdemos más espacios de privacidad (desde el uso de teléfonos celulares, pagos con tarjeta, búsquedas en internet, etc.). Los créditos pueden ser concedidos o negados de acuerdo a la información que publica en las redes sociales el solicitante. En Estados Unidos, la relación entre el comportamiento, la salud y la aseguración sanitaria es estrechísima. Es posible negar la aseguración médica a alguien que tenga un comportamiento que pueda representar gastos para la compañía. La big data ha sido también un gran aliado de las políticas de seguridad, ya que a partir del comportamiento de las personas se pueden identificar amenazas, aunque muchas veces pueden ser falsas.

CC0.

Hay casos en los que no hay una buena seguridad de la información por parte de los dueños de la misma y ésta podría sea robada. El mercado de datos personales es cada vez más grande y crece sin que nos demos cuenta, lo que afecta en gran medida la privacidad de las personas. ¿Será que se tiende a violar los derechos fundamentales de las personas con la intromisión en la información que, voluntaria o involuntariamente, genera?

¿Estamos preparados para la big data?

La big data ofrece solamente datos cuantitativos. Lo realmente importante es decidir cómo se va a usar la información. Hasta ahora, aun cuando pueda haber beneficios por primera vez vistos por la la humanidad, la big data ha sido usada principalmente por las empresas y las especulaciones financieras. Estamos experimentando realmente un cambio en la forma de relacionarnos socialmente y la forma en la que la síntesis social se compone y se forma, produce y reproduce. La big data no sólo es poderosa, sino que representa una gran herramienta para volver a cuestionarse las formas de relación social y nuestro metabolismo con el planeta.

Por Pablo Cruz.

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