Concepción, capital del rock y la innovación chilena
La construcción del Parque de Ciencia y Tecnología (Pacyt) es el primer paso para posicionar a la ciudad de Concepción como una de las capitales más importantes de la innovación latinoamericana
Luz verde para el Pacyt
En mayo de este año, se aprobó la ejecución de la primera etapa de las obras del Parque de Ciencia y Tecnología de la Región del Bíobío, que se ubicará en un terreno contiguo a la Universidad de Concepción. Esta iniciativa pretende convertir a Concepción en un referente internacional de ciencia y tecnología, centrado en la innovación, el emprendimiento y la generación de conocimientos.
El proyecto fue licitado el año 2017 y ha debido someterse a las rigurosas exigencias de la Contraloría para la aprobación de un presupuesto de 12 mil millones de pesos otorgados por el FNDR (Fondo Nacional de Desarrollo Regional). Las obras estarán a cargo de la empresa Valko, que desde el 14 de mayo cuenta con 720 días (corridos) de plazo para urbanizar el terreno.
El Pacyt se materializará en 90 hectáreas situadas en un espacio contiguo al Campus Central de la Universidad de Concepción, donde se instalará una Aceleradora de Empresas, se plantarán 20 mil árboles nativos y se construirán más de 40 lotes urbanizables, contemplados para albergar la infraestructura que tendrá fines científico-tecnológicos.
Una de las misiones de este centro de innovación es convertir a la ciudad de Concepción en un importante polo de encuentro para el desarrollo científico y tecnológico, con la intención de dinamizar el tejido productivo y social de la región, hoy dominado por la exportación proveniente de la actividad forestal, pesquera e industrial.
Siguiendo el ejemplo de Silicon Valley
Al igual que el Pacyt (proyecto impulsado por la Universidad de Concepción), una universidad fue uno de los actores principales que convirtieron un gran terreno ubicado en el Valle de Santa Clara en lo que hoy conocemos como Silicon Valley.
A fines de los años 30, la Universidad de Stanford contaba con un gran terreno sin utilizar cerca de sus inmediaciones en California, donde se estableció un programa para incentivar a los estudiantes egresados a quedarse allí con la posibilidad de acceder a un capital de riesgo enfocado en proyectos e industrias innovadoras. Esta iniciativa fue liderada por el profesor Frederick Terman, quien creía que el lugar era perfecto para un nuevo programa de desarrollo inmobiliario e intelectual.
El primer éxito de este lugar llegó con la creación de Hewlett Packard, que se convirtió en una de las primeras grandes firmas tecnológicas de Estados Unidos y fue fundada por los ex alumnos de la Universidad de Stanford William Hewlett y David Packard. Luego, en 1951, comenzó el gran auge de esta zona, principalmente debido al Stanford Industrial Park, que consistía en una serie de pequeños edificios industriales alquilables a muy bajo costo.
A comienzos de 1970, el valle ya se había llenado de compañías de semiconductores (el semiconductor más usado es el silicio, he ahí el origen del nombre Silicon Valley, Valle del Silicio). En las décadas siguientes, el número de empresas tecnológicas aumentó y con la llegada de compañías como Apple, Google y Facebook, el boom fue tal, que actualmente California es el estado más rico de Estados Unidos y Silicon Valley uno de los lugares donde hay más concentración de dinero a nivel mundial (con todos los problemas que eso conlleva).
Silicon Valley’s alrededor del mundo
Siguiendo esta misma línea, hay numerosos ejemplos provenientes de distintas partes, que con el impulso de importantes universidades o por medio de fuertes inversiones privadas o estatales, han intentado emular lo sucedido en California.
En Reino Unido se ha creado Silicon Fen, que impulsado por la Universidad de Cambridge ha atraído importantes talentos y recursos para desarrollar innovación y emprendimientos de biotecnología, software y electrónica, convirtiéndose en uno de los centros de alta tecnología más importantes de Europa. En Israel existe Silicon Wadi, donde se han abierto centros de investigación de las compañías tecnológicas más importantes de todo el mundo. En Dubai se está invirtiendo fuertemente en startups desde el año 2002, con el fin de crear un oasis tecnológico al centro de la ciudad, que algún día sea capaz de competir mano a mano con Silicon Valley.
Las iniciativas son muchas y los resultados son muy variados, pero si se logra construir un ecosistema de innovación potente, capaz de atraer talento e inversión, los efectos pueden ser muy positivos para potenciar las economías locales.
Pero, ¿cómo lograrlo sin morir en el intento?
Hay ciertos factores que son clave para que el Pacyt tenga éxito y no sea un megaproyecto que fracase a medio camino.
Al igual que como lo hizo la Universidad de Stanford en los inicios de Silicon Valley, será fundamental que el Pacyt establezca estímulos e incentivos para acercar talento, emprendimientos y empresas innovadoras de diversas escalas a instalarse en las inmediaciones del parque. Este punto es fundamental para generar una comunidad articulada, que sea capaz de atraer y vincular actores clave en materias de innovación, emprendimiento y generación de investigación y conocimientos, sentando las bases de un nuevo ecosistema.
De la misma manera, será vital contar con una poderosa estrategia de comunicación y difusión, que permita posicionar al Pacyt como un proyecto de interés público y privado, capaz de convocar inversión y talento de nivel mundial a sus inmediaciones.
El trabajo en conjunto con los fondos estatales de Corfo y Start-Up Chile, también será primordial para potenciar y guiar iniciativas prometedoras en sus primeros pasos, así como la participación de distintas universidades que apoyen con investigaciones, fondos y proyectos, para sostener y confirmar la posición del Pacyt y de Concepción como la capital nacional de la innovación.
De la misma manera, el apoyo de los capitales de riesgo y de los grandes grupos económicos que están a la cabeza de nuestra economía, deben aportar y jugársela (de una vez por todas) por la innovación y los emprendimientos locales, sin ellos es muy difícil crear un ecosistema de I+D verdaderamente poderoso.
Concepción, nueva cuna de la innovación chilena
Esta iniciativa tiene el potencial de convertir a Concepción en una ciudad pionera en I+D, que no solo sea la “cuna del rock chileno”, sino también de la innovación chilena.
La ciudad del Bío Bío está dando los primeros pasos en la dirección correcta para albergar el desarrollo de una nueva industria, que con el apoyo de los actores correctos, puede transformar la matriz productiva de la región completa (y por qué no, de todo el país).
Para lograr esto, no basta simplemente con la construcción del Pacyt. Este proceso debe ir acompañado de la creación y difusión de una cultura de la innovación, que se tome la ciudad como lo hizo el rock en su momento, que hoy, además de ser parte fundamental de la identidad de la ciudad, ha formado una industria prolífica y rentable.