Regreso al futuro

Jose Manuel Gallego
Open Source Weekends (OSW)
5 min readJan 24, 2018

El otro día en el curro, un compañero me felicitó por todo lo que estamos consiguiendo en Open Source Weekends y le conté en petit comité algunas de las ideas que se nos han ocurrido para la siguiente temporada.

Como muchos sabéis, estamos un poco locos, y cuando alguno se le ocurre una idea un tanto descabellada, se valora que sea afín a todos y cada uno de nuestros principios (Moralidad, legalidad, community friendly y open source), si es afín, SE INTENTA.

¿Que es lo que pasa con estas ideas que enseguida materializamos?:

  • No funcionan, se desinflan, pierden fuerza y desaparecen con el tiempo.
  • Funcionan a la perfección.
  • La comunidad, las entiende, mejora y transforma (99,9%).

Esto no solo nutre a la comunidad, convirtiéndola en una de las más activas, sino que lleva consigo un grandísimo esfuerzo y trabajo detrás por parte de la organización.

Así que mi compañero me hizo una pregunta que más adelante me daría mucho, muchísimo que pensar. ”¿Porqué lo haces Jose?

La verdad que le dí un par de vueltas antes de contestar, pero vaya, que estaba claro que en realidad ni yo mismo sabía porque hacía todo esto.

Dejé la pregunta ahí esperando a ser recordada para cuando mi futuro yo encontrara un momento de reflexión (a sabiendas que es algo que cada vez pasa con menos y menos frecuencia).

El viaje

Casualidades de la vida, día siguiente toca viajar de vuelta al pueblo, a ver a mi abuela que no hace mucho que está de vuelta desde Madrid.

Hacía mucho que no volvía a esa tierra donde me “Enseñaron a ser un hombre” a base de golpes y cerveza.

Y aunque no guardo recuerdos especialmente buenos de aquella época, si que es cierto que me guste o no, ese sitio me ha ayudado a forjar el carácter, a ver de que pasta estoy hecho y a conocer en definitiva “Otra España”.

El viaje de ida sin mucho tiempo para nada que no sea charlar con la familia, mis padres y mi hijo me acompañan en el coche y en este tramo mi padre conduce casi todo el trayecto.

Las tres horas y media transcurren bastante rápido y cuando me quiero dar cuenta estoy llegando a esa tierra que conoció mi adolescencia.

El Destino

Al llegar, rápidamente mi mente se pone a trabajar, reconociendo por donde vamos pasando, me guste a mi o no.

Recuerdo aquella vez que pasé por aquí de vuelta de una fiesta, o dirigiéndome hacia ella.

Recuerdo pasar por esta esquina a diario y por alguna razón, recuerdo haber saludado a una persona un día sin importancia… la mente es así, evoca recuerdos sin ton ni son.

Por fin llegamos a visitar a la abuela, esperaba encontrármela más activa y tan vivaracha como siempre y aunque muy en el fondo sabía que eso era poco probable, me llevo un chasco al ver que poco a poco la energía que siempre ha tenido la está abandonando.

Después y tras comer llevamos al peligrojo a correr un rato al parque, una vez más, paso por un parque, en el que he vivido incontables momentos, mi hijo corre por donde yo corrí, o patiné, o pasé a toda velocidad con la bici.

Es curioso como la mente me lleva, y como toda la situación vivida a lo largo de hoy me invita a dejarme llevar, a aceptar tanto los buenos pensamientos como los más melancólicos.

Hoy no voy a resistirme, voy a dejar que fluya, a ver donde me lleva.

Antes de coger el camino de vuelta, volvemos a visitar a la abuela, y vuelta al coche para recorrer el camino de vuelta, esta vez sí, un poco apesadumbrado, echo de menos parte de la chispa de la que fuera “La Bonita”.

Viaje de vuelta

En el viaje de vuelta, me toca a mi coger el coche, que no en válde mi padre ha conducido el camino de ida.

Es un viaje con bastante menos conversación, el cansancio hace mella y la situación un poco también.

Conduzco mientras pienso, intento hacer acopio de las cosas buenas de mi vida, ya he tenido bastante negatividad, no puedo dejarme llevar más por la pena.

Pienso mientras conduzco en mis alegrías, miro el retrovisor y veo al peligrojo dormido (como casi nunca hace el muy…) recuerdo su expresión cuando le doy chocolate.

Recuerdo cuando me abraza, o cuando me dice “I love you”, no puedo evitar sonreír al pensar que soy el único que le habla en Inglés y sin embargo es el idioma que mejor comprende por ahora.

Me asalta a la cabeza mi mujer, casi puedo oírla decir “¿Y de mi no te acuerdas o que?”, no ha podido venir pues el embarazo la agota, y sin embargo ahí la tienes.

Estudiando un master en fictizia, colaborando como la que más en la casa, a mi solo me deja las tareas de peso, el niño que ya pesa lo suyo, mover un mueble, subir la compra, tareas de agacharse mucho…

En serio… no se de donde saca la energía, y luego tiene el valor de decirme que me admira, ¡Ella si que es admirable!

La verdad, no puede saber lo que la quiero ni lo orgulloso que estoy de ella.

Si hasta se ha apuntado a ¡Open Source Weekends!

¿ Y porque lo haces Jose ?

Y aquí esta de vuelta la pregunta del principio, pero esta vez no dudo, ya he visto porque lo hago.

Cuando he tenido que hacer acopio de lo bueno de mi vida, a mi cabeza ha venido:

  • Mi Familia
  • Open Source Weekends

Me viene a la mente una frase que dijimos en la última reunión:

No somos una empresa, somos una comunidad. TENEMOS que ayudar a la peña.

Y es así, no sabía porque pero TENEMOS que hacerlo.

Es una sensación indescriptible, es el poder de cambiar el mundo.

Antes de Open Source Weekends siempre que tenía una idea, algo que pudiera cambiar las cosas, encontraba escusas, millones de escusas.

Ahora, cuando tengo una idea, me encuentro a unos locos que lo único que saben hacer es remar para que salga adelante, unos locos que encuentran tiempo entre trabajo y familia para dedicarlo a los demás.

Al final creo que lo hago simplemente porque me hace feliz, porque al fin y al cabo solo soy uno de esos locos.

Uno de esos locos de Open Source Weekends jodídamente felices.

--

--

Jose Manuel Gallego
Open Source Weekends (OSW)

Python, Node Developer, proud Open Source Weekends co-founder. Programming teacher. {“peace love and open source”}