La balada de la novia de 13 años

Myra Lewis Williams —eternamente conocida como la joven novia de Jerry Lee Lewis— habla con franqueza sobre su famoso romance en plena época del Rock & Roll.

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Por Alan Light. Traducido por Laura García.

Fue el romance más importante de todos los tiempos del Rock & Roll, el Big Bang del escándalo de la música pop. Antes de Kurt y Courtney, Sid y Nancy o John y Yoko, estuvo Jerry Lee Lewis y su novia de trece años, Myra Gale Brown.

En 1958, cuando Elvis Presley fue reclutado para el ejército, Lewis estaba totalmente preparado para convertirse en la mayor estrella del rock. Con la salida de «Whole Lotta Shakin Goin’ On» y «Great Balls of Fire», se embarcó en una gira por Inglaterra con la que ganaría su fama en todo el mundo. Pero cuando el equipo Lewis aterrizó en Londres, todo lo que la prensa quiso saber fue quién era la adolescente que iba a su lado.

«El problema fue que nadie me dijo nada», dice Myra —ahora Myra Williams, agente inmobiliaria en Atlanta—. «Así que cuando el periodista me preguntó, ¿quién eres tú? Fui yo la que descubrió el pastel. Fue la tormenta perfecta, que no podía haber ocurrido en peor momento ni en peor lugar. Todo se vino encima y explotó».

Las publicaciones británicas fueron agresivas, y tras algunos encuentros, la gira fue cancelada. Jerry Lee dio una rueda de prensa con actitud desafiante en el aeropuerto de Londres, alardeando de sus casas y coches y acusando a los británicos de «estar celosos», y los Lewis regresaron a Memphis. Para cuando llegaron a casa, se había descubierto que Myra era la hija de un primo bajista de Jerry Lee, J.W. Brown, y que el cantante, de 22 años, todavía estaba técnicamente casado con su anterior esposa, Jane Mitchman.

Myra sentada en el regazo de su marido, Jerry Lee Lewis, durante la rueda de prensa que desencadenó el escándalo en Londres el 23 de mayo de 1958. | Cinco días después, Jerry Lee y Myra llegan a Nueva York tras cancelar su gira en Inglaterra.

«Estaba en Inglaterra cuando salieron corriendo del país», había dicho Kris Kristofferson, «y realmente me pareció injusto, porque él no tenía ni idea de lo que estaba haciendo mal. Pasó de ser un tipo que hacía 10.000 dólares la noche a alguien que no podía hacer ni 100 dólares».

Hace unos años, la revista Rolling Stone me envió al Rancho de Lewis en Nesbit, Mississippi. El plan era hacer unas fotografías de Jerry Lee y Myra juntos, para luego escribir la experiencia. Entre el calor abrasador y nueve perros correteando a nuestros pies, me encontré con que Myra era una mujer brillante y divertida, con una perspectiva muy clara de su escandaloso pasado y me dio una visión diferente de este momento crucial en la historia del Rock & Roll.

La mayoría de las personas no quieren recordar ese momento en el que, como ella dijo, «su carrera se fue a pique» pero me enseñó su estudio junto a los premios de oro, recuerdos familiares, teclados y biblias de fotos de The Killer con su esposa adolescente. Aunque Lewis ha estado casado otras cinco veces, parece ser que Myra permaneció en su corazón.

Después de trece años de matrimonio, se divorciaron en 1970, cuando Myra denunció que «había sido maltratada física y mentalmente de una forma inimaginable»; Jerry Lee diría más tarde «todo fue culpa mía, ella me pilló engañándola». Cuando nos conocimos, ella me dijo que definía su relación como un «divorcio exitoso», aunque últimamente, han chocado con su séptima y actual esposa.

Ambos se mostraron juguetones y cariñosos durante la sesión de fotos, bromeando y riendo, empujándose el uno al otro. Incluso Jerry Lee le dio en un momento dado un beso furtivo. Pero cuando las fotos llegaron, los editores se enamoraron de una en la que el salía sentado frente a su piano de la infancia y la pieza se difundió como un tipo honrado. La voz de Myra fue relegada a una frase o dos.

Esta semana, Jerry Lee lanzará Rock & Roll Time, un álbum de estudio de dúos, y una memoria, Jerry Lee Lewis: His Own Story, escrita con Rick Bragg. Y todavía el mundo sigue fascinado por el matrimonio — cuando hace poco, el Wall Street Journal le preguntó sobre ello, dijo: «Probablemente haría las cosas un poco diferentes, pero nunca quise esconder nada de la gente... Los periódicos en Inglaterra fueron estruendosos, pero no me molestaron, de verdad. Simplemente seguí con mi vida como de costumbre».

Desde entonces Myra Lewis Williams, que ahora tiene 70 años, nunca fue capaz de seguir adelante o incluso de comenzar su vida «con normalidad», pareció un buen momento para, finalmente, dejarla contar la historia con sus propias palabras.

Myra con un monedero, una Biblia y una bolsa de compras en la pista del aeropuerto de Londres el 9 de mayo de 1962. Esa fue la primera vez que la pareja volvió a Reino Unido después de que la indignación por su matrimonio les obligara a cancelar la gira cuatro años antes.

Myra Lewis Williams: Es una historia que nunca se ha ido de mi cabeza. Todavía soy la novia de 13 años. A veces digo algo sobre Jerry y la gente dice, «¿No es ese el que se casó con aquella niña?» y digo, «espera un momento, estás hablando con esa niña ahora, cuidado con lo que dices».

Hubo tantas historias que no eran reales o que lo eran pero estaban disfrazadas. Cuando todo esto explotó en Londres en 1958, cogió al mundo por sorpresa. Sacó a De Gaulle de la portada del periódico. Dijeron que Jerry tocó en una casa medio vacía, lo abuchearon y ese tipo de cosas, y eso no era cierto. Los fans de entonces estaban excitados por ver a Jerry y el mayor problema era su seguridad. Scotland Yard dijo: «No sabemos como protegerte». La gente estaba amontonándose en el edificio, mirando a través de las ventanas e intentando llegar hasta nosotros. No podíamos salir.

En ese mismo momento, Elvis había entrado en el ejército y Jerry estaba preparado para ser el rey. Todos los managers de Jerry le dijeron, «no lleves a Myra a Inglaterra», porque la prensa británica era conocida por atacar americanos aparte de que todo eso del periodismo sensacionalista acababa de comenzar. Él dijo: «si Myra no va, yo tampoco». Todos me estaban subestimando, creyendo que no era consciente o que no sabía lo que había que hacer. Fácilmente podría haber dicho: «soy la hija de J.W. Brown. Ese es el hermano pequeño de mi madre». ¡Porque esa era la verdad! Si alguien me hubiera dicho algo, lo podía haber prevenido. Pero ellos no lo hicieron, y yo tampoco y el resto es historia, supongo.

En mi cabeza de niña, no podía creer que no pudieran ver que era una mujer adulta. Sólo tenía 13 años, pero la gente decía que era más madura que Jerry. Era bastante seria, era como «Nos vamos a hacer cargo de esto y a hacer esto otro», y él era como, «¿dónde está el piano?». Así es como era él, lo que le interesaba. Y, realmente, yo no era como la típica adolescente. A mi generación le enseñaron a esconderse debajo de la mesa cuando la bomba explotaba, por lo que siempre estaba en mi cabeza que en cualquier momento la vida podría llegar a su fin. Lo que quería era un bebé en mis manos, un hogar, un marido, una cocina y un jardín dónde plantar rosas. Mi hermano pequeño nació porque se lo supliqué a mis padres cuando tenía diez años. Me llamaron su madre sustituta; simplemente me hice cargo de él. Así es cómo era, y Jerry estaba ocupado pasándolo bien, él era la verdadera diversión.

No era asunto de nadie — bueno, sí que lo era, pero no de todo el mundo—. Era el asunto de mi familia, mío y de Jerry. Y está bien, si tú me dices ahora, «hay una niña de 13 años por aquí que quiere casarse», yo diría: «Dios, no hagas eso niña. Ve a la universidad, consigue una educación, luego ya verás lo que haces». Pero era un mundo diferente, las cosas han cambiado drásticamente. Este mundo ha cambiado tan rápido en los últimos 50 años que no puedes mantener la misma mentalidad.

Myra (L) repasando fotos del álbum de recuerdos con su hija Phoebe en 1989.

Cuando volvimos a casa, el país entero estaba en modo «avergüénzate, chico mal». Otra cosa que teníamos en aquel entonces era una sociedad hipócrita. Era como: «Haz lo que digo, no lo que hago — y si te pillan ni siquiera te conocemos». También, mucha gente tomó nota de lo que sucedió. ¿No se casó Elvis con una niña de 16 años? Priscilla vivió con su abuela por, ¿cuánto, siete u ocho años?

Fue algo que marcó a Jerry de por vida. Todavía seguimos pensando cada año, cada seis meses, que iban a dejar la historia pasar, que iban a dejar de hablar de ella, pero nunca sucedió. Pero eso nos mantuvo a Jerry y a mí muy cerca, y tuvimos diez años increíbles y maravillosos juntos después de eso. Estábamos como en un pequeño campamento que había sido atacado por el enemigo y teníamos que mantenernos fuertes el uno con el otro, y dijimos que pasara lo que pasara, continuaríamos luchando. La fama y el dinero de Jerry se agotaron en casi nada, fueron unos años muy turbulentos, pero también los diez más felices de nuestro matrimonio.

Nunca perdí la etiqueta de «Myra, la novia de 13 años». ¡Creo que eso es lo que aparece ahora en mi certificado de nacimiento! No creo que eso me molestara, aunque sí que lo hacía lo que le hicieron a Jerry. No me estaba haciendo daño, estaban dañando a alguien a quién amé, eso fue lo que me dolió. Estaba viendo a alguien ser castigado por mi edad, mi existencia, y siempre quise simplemente poder ponerme en pie y defenderlo.

Fue el hacha de guerra que se usó para atacar al Rock & Roll.

Sacamos un montón de hits para la música en sí. Cada día te preguntabas que era lo que iba a pasar a continuación. Todo llegó a la vez, y aquí estaban Elvis y su Rock & Roll y Dick Clark y Ed Sullivan —una nueva generación, una nueva música, había nacido—. Los predicadores predicaron en contra, era la música del diablo. Para los profesores, era maléfica y estaba embrujada. Era diferente, era como el chico nuevo que llega al barrio y lo revuelve todo. Y no estaban preparados para ello. El cambio no siempre le gusta a todo el mundo — «toca algo de Fran Sinatra, ¿qué tiene de malo Sing Along with Mitch?» Fue una época y un lugar que no volverán.

Solo estaban buscando un lugar donde clavarle un cuchillo al Rock & Roll. Y Jerry se los dio; bueno, fui yo, abrí la boca. Eso fue exactamente lo que pasó.

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