Combatiendo los trastornos de alimentación

Carmen Alemany Panadero
8 min readSep 19, 2018

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Imagen: Google imágenes, autor sin referenciar

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son cada vez más comunes, y cada vez aparecen a edades más tempranas. Muchos jóvenes los padecen, mayoritariamente chicas. También muchas personas adultas sufren estos trastornos, arrastrando el problema incluso durante décadas.

¿Por qué se producen los Trastornos de la Conducta Alimentaria?

Aunque estos trastornos se manifiestan en los patrones de alimentación, en realidad son tremendamente complejos, ya que en ellos influyen factores biológicos, psicológicos, familiares, sociales y culturales. La percepción distorsionada de la imagen corporal, los valores sociales y culturales que ensalzan determinados cánones estéticos, factores psicológicos (baja autoestima, autoexigencia elevada, necesidad de control, perfeccionismo), factores familiares (alta exigencia, familias desestructuradas o sobreprotectoras), son factores que aumentan el riesgo de padecer un TCA.

Vivimos en una sociedad de la imagen. El modelo de belleza actual ensalza la delgadez excesiva. La mayoría de las modelos y actrices lucen una extrema delgadez, y encarnan personajes en series o películas que se convierten en iconos o referentes para muchas chicas. La presión del grupo también influye, las burlas o comentarios sobre personas con sobrepeso va causando mella, generando complejos e inseguridades. El sistema de tallaje empleado en las tiendas de ropa de moda agrava el problema. Un informe de la Fundación Imagen y Autoestima titulado No encontrar tu talla promueve la anorexia denuncia las graves consecuencias que esto tiene en la salud de muchas personas. Este estudio señala que el 58% de las mujeres se siente deprimida, preocupada, molesta o culpable cuando las tallas son más pequeñas de lo esperado y un 44% dice que se ha planteado hacer dieta después de ir de compras. Entre las personas que se plantearon hacer dieta, el 95% eran mujeres. El estudio destaca que un 65% de los jóvenes españoles se sienten a disgusto con su cuerpo, y desearían estar más delgados. Según esta Fundación, el modelo estético actual es la causa fundamental de la insatisfacción con el propio cuerpo y de la aparición de TCA.

En un artículo anterior ya escribí sobre las páginas web que hacen apología de la anorexia y de la bulimia (páginas pro Ana y pro Mía). Estas páginas sostienen que la anorexia y la bulimia son “estilos de vida”, recomiendan dietas extremas, laxantes, formas de vomitar sin que se note, trucos para ocultar la enfermedad, y se refuerzan y alientan unas a otras para perder peso. Algunas webs fomentan prácticas de autolesión como castigo por las “infracciones” dietéticas o para aumentar la disciplina y el autocontrol. Estas páginas son muy peligrosas, ya que contribuyen a agravar el trastorno en las que ya lo padecen, y pueden ser el detonante de su aparición en chicas vulnerables. La anorexia es una enfermedad peligrosa. Diversos estudios muestran que entre un 5 y un 10% de los afectados fallecen como consecuencia de la enfermedad. Estas páginas deben denunciarse, ya que ponen en peligro la salud y la vida de muchas jóvenes. Se pueden denunciar a través de entidades como la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia — ACAB o de Protégeles. El problema es que las páginas pro Ana y pro Mía no están prohibidas por ley en España. En ocasiones consiguen cerrarlas denunciando el grave perjuicio para la salud que causan, pero cuando las autoridades cierran una, las creadoras abren otra.

La anorexia y la bulimia son los trastornos de la conducta alimentaria más conocidos, pero no son los únicos. ACAB recoge en su web los siguientes trastornos que conviene conocer:

  • Anorexia nerviosa: Las afectadas presentan miedo intenso a engordar, dieta muy restrictiva y alteración de la percepción del peso y de la silueta corporal. Suelen tener un peso corporal muy por debajo de lo recomendado.
  • Bulimia nerviosa: Episodios de atracones a escondidas, seguidos de purgas (vómitos, laxantes, ejercicio), con sensación de pérdida de control (no poder parar de comer).
  • Trastorno por atracón: Episodios de atracones recurrentes, se diferencia de la bulimia en que no existen conductas de purga.
  • Trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE): Cuando no cumple todos los criterios para considerarse anorexia o bulimia (esto no significa que no sea igualmente grave, y requiere tratamiento).
  • Otros trastornos de la conducta alimentaria: Existen otros trastornos, como como la pica (ingerir sustancias no alimenticias, como yeso), la rumiación (regurgitaciones del estómago a la boca para volver a masticar) y la evitación/restricción de alimentos (rechazo a la alimentación, dificultad para comer sin que exista otra patología que lo justifique).

Otra idea muy extendida socialmente es que son trastornos “de adolescentes”. Es cierto que suelen debutar en la adolescencia, pero existen muchas personas adultas con trastornos de alimentación, especialmente mujeres. Los TCA pueden acompañar a la persona durante años, hasta que ésta decide pedir ayuda y recibe un tratamiento especializado.

Tratamiento y recuperación

El tratamiento de estos trastornos ha de ser multidisciplinar, en él habrán de intervenir psiquiatras, psicólogos, nutricionistas, médicos internistas y de otras especialidades. Existen distintos tipos de tratamiento en función de las características de la paciente. Puede ser ambulatorio, en hospital de día o requerir hospitalización (Hernando, 2000). Se ingresa a la paciente cuando falla el tratamiento ambulatorio, el trastorno está cronificado, su estado físico es grave, o existen graves disfunciones familiares que pueden complicar el cuadro, cuando tiene otros patologías psiquiátricas, o cuando es la única forma de garantizar el cumplimiento del tratamiento. La terapia tratará de normalizar su estado nutricional y su peso, establecer pautas racionales de alimentación, tratar las complicaciones orgánicas y las dificultades psicológicas y emocionales. El tratamiento es largo y complejo, requiere terapia psicológica, farmacológica y médica. El apoyo familiar es esencial para el éxito del tratamiento. En el caso de los TCA crónicos, el tratamiento buscará paliar los síntomas más graves, las complicaciones más severas y evitar el riesgo para la vida de la afectada.

Según la Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria del Ministerio de Sanidad, un 50–60% de los casos se recupera totalmente, un 20–30% logra una recuperación parcial, y un 10–20% de los casos se cronifican.

Esas cifras nos muestran que la curación es posible. Este post del blog Cómete el Mundo TCA nos muestra el testimonio de la joven Irene tras su recuperación.

“El motivo de mi post es daros mi testimonio para que veáis que SÍ SE PUEDE salir de un TCA. No es que yo ya esté curada, ni mucho menos, aún me queda mucho camino por recorrer. Hago las 5–6 comidas, como de todo, variado y bien, sé hacer extras de vez en cuando (…) .
Comía, reía y quería curarme. Recuerdo la primera vez que me reí y me emociono al recordarlo… porque Liz, una chica de las que estaba conmigo, me dijo: “¿te has dado cuenta? te has reído” (…). Yo sólo quiero daros ánimos, deciros que todos, TODOS absolutamente, podemos salir de esto. Y, al contrario de lo que muchos piensan, salir sin heridas. Salir solamente con cicatrices que te recuerden lo fuerte que fuiste y lo mucho que luchaste para salir de una enfermedad como la anorexia o la bulimia, y lo que aprendiste por el camino. Os animo a que lo intentéis, a que penséis que la salud es lo primero. Yo tuve que ingresar a 200 kilómetros de mi casa. Hay que hacer LO QUE SEA que esté en nuestras manos para curarse. Porque todo lo que hay en el mundo es mucho más bonito que la extrema delgadez. Porque cuando empiezas a comer bien, el mundo tiene más luz, más colores… Y tú también brillas con luz propia”.

También María Cuesta, autora del libro La meva anorèxia narra en él el difícil camino hacia la curación. María padeció anorexia desde los 12 hasta los 16 años, y llegó a temer por su vida, tras semanas sin levantarse de la cama, sin comer ni beber. Perdió el conocimiento y tuvo que ser trasladada a urgencias. El tratamiento fue largo, tardó dos años en recuperarse, con temor a recaídas y constante seguimiento, pero lo logró. Cinco años después, publicó su libro, para aportar esperanza a otras personas afectadas por estos trastornos. Estos testimonios transmiten la esperanza de que es posible salir de un TCA.

Las asociaciones son un apoyo esencial en este camino, tanto para las afectadas/os como para las familias. Asociaciones como ACAB, Adaner, Acabe, Avalcab, Adetaex o Antares cuentan con grupos de apoyo a las afectadas o a las familias, talleres y grupos terapéuticos, servicios de información y orientación, descuentos y ayudas en asistencia psicológica,

La importancia de la prevención

La prevención es esencial para evitar la aparición de estas enfermedades. Los profesionales y las entidades especializadas dan una serie de recomendaciones para favorecer la prevención.

  • ACAB recomienda a las familias, potenciar la autoestima, favorecer una autoimagen positiva, promover hábitos de vida saludables, hacer al menos una comida al día en familia, ayudar a desarrollar el sentido crítico hacia los estereotipos de belleza, fomentar la comunicación y compartir tiempo de ocio con los hijos, no hacer dietas restrictivas sin control médico (los padres) ni comer algo diferente para adelgazar.
  • Desde la escuela, también se puede actuar para prevenir estos trastornos. En Madrid, el Instituto de Nutrición y Trastornos Alimentarios de la Consejería de Sanidad, ha publicado un manual para profesores, con el fin de ofrecer herramientas para actuar ante los TCA.
  • Desde el Gobierno, es preciso elaborar una Ley que regulara el tallaje de las prendas de forma racional y ajustada a la realidad de las mujeres,
    Desde la industria del cine, la publicidad y los medios de comunicación, es fundamental que estos tomen conciencia de que las series, películas, programas, etc son vistos por muchos/as jóvenes, y sus protagonistas suelen convertirse en iconos o referentes para ellos/as. Es importante no elegir siempre actrices y modelos extremadamente delgadas, no asignar siempre los papeles protagonistas a chicas delgadas, no asociar siempre belleza con delgadez, y fomentar unos modelos más ajustados a las personas reales.
  • Desde la industria de la moda, es preciso que se cumpla el acuerdo suscrito en 2007 con el Gobierno para homogeneizar las tallas. También es esencial que éstas se ajusten a las medidas reales de las mujeres españolas.
  • Desde la sociedad, se debe denunciar la irregularidad de las tallas, el poco ajuste de estas a las medidas reales de las personas y las limitaciones de tallaje poco razonables (tiendas que no dispongan de tallas hasta la 48).

Por su parte, las organizaciones especializadas ofrecen sus propios programas de prevención. Adaner proporciona un programa de prevención, en conjunto con la Mesa de Prevención del Hospital Niño Jesús de Madrid y talleres impartidos por una psicóloga especializada en TCA. ACAB, junto con la Fundación Imagen y Autoestima, realizan talleres de prevención en centros educativos, formación para profesionales, charlas y conferencias. Muchas entidades especializadas ofrecen estos talleres.

Los servicios de salud de Cantabria ofrecen una interesante guía para diseñar e impartir talleres preventivos. Esta guía puede ser de utilidad para organizaciones y profesionales.

Infografía: Elaboración propia

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Carmen Alemany Panadero

Trabajadora social en Servicios Sociales. Graduada en Trabajo Social. Licenciada en Periodismo. Opiniones propias.