No hagas lo que amas

Óscar Solano
7 min readSep 20, 2014

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No me gustan los consejos como «Haz lo que amas y el dinero vendrá solo». No porque no sea cierto, sino porque es como una pata de mono: Es cierto en las circunstancias adecuadas con las personas adecuadas, y para todos los demás, es solo un mal consejo.

Yo solía hacer cómics para ganarme la vida (estos cómics, aquí), y solía dar consejos similares y profesaba objetivos similares: Si lo intentara lo suficiente, triunfaría haciendo lo que amo, hacer cómics para ganarme la vida. Si alguien era menos exitoso que yo, bueno, seguro no lo intentaron lo suficiente.

¡Hasta cierto punto, funcionó! Gané premios, tuve hordas de fanáticas, un cómic web sindicado semanal por el que me pagaban (muy bien para los estándares de la industria de cómics, además). Pensé que me estaba yendo muy bien haciendo lo que amaba.

Y entonces todo terminó.

Necesitaba una cirugía.

Y no tenía seguro de salud.

Casi de la noche a la mañana la serie se cerró. Mis fans y amigos hicieron un esfuerzo hercúleo de donación para mí, pero no fue suficiente. Dejé los cómics y entré en el desarrollo web, algo que había disfrutado haciendo para mantener presencia en los cómics web, pero no diría que lo amaba. No en ese momento.

La vida después de la cirugía.

Después de cinco años en el desarrollo web estoy en la cima de mi juego. Gente de todo el mundo que me pide que hable en sus conferencias. Vivo en una gran ciudad en la que estoy empezando mi segunda empresa. Incluso si fracasara o tuviera una emergencia médica, puedo tomar fácilmente un buen trabajo pagado, y hacer más en un fin de semana de lo que hice en mis cómics trabajando 60 horas semanales.

Amo lo que hago. Y me ama de vuelta.

La experiencia en el diseño de cómics es muy útil no solo a la hora de diseñar interfaces de usuario, sino también en mostrar cómo triunfaste diseñando esas interfaces.

Pero mi primer amor, los cómics, me da una ventaja en esta industria. Si me hubiera ido directamente al desarrollo web, porque parecía una máquina de hacer dinero, no estaría ni la mitad de emocionada acerca de lo que puedo hacer ni tan interesante para otros en mi campo. Mi comunidad y yo somos mejores por los años que pasé haciendo cómics, aunque no fue una elección de carrera exitosa.

Pero, si yo hubiera seguido «haciendo lo que amo» en una industria que no me amaba de vuelta, nunca me hubiera dado cuenta que hay otras cosas más rentables que me gustan.

Miyazaki, el piloto de aeroplanos

En Starting Point: 1979 ~ 1996, Hayao Miyazaki escribe que muchos jóvenes animadores son grandes fanáticos del arte. Quieren entrar directamente en la animación tan pronto como se gradúan de la escuela secundaria. Es de esperar que dijera algunas perogrulladas sobre hacer lo que amas, empezar pronto, etc. Pero no. Insiste en que hay que ir a la escuela y estudiar y disfrutar de la vida durante cuatro años. ¿Por qué?

Una vez que te involucres en el negocio de crear animación, la verdad es que terminas trabajando en proyecto tras proyecto y raramente tienes tiempo de leer, estudiar o de que se te ocurran grandes ideas. Y la pregunta surge invariablemente: «¿Por qué estoy creando animación? ¿Por qué hago esto? ¿Es solo para ganarme la vida?»

Hayao Miyazaki, Starting Point: 1979~1996, página 24

(Maldición. Desearía que alguien me hubiera dicho eso cuando me decidí a hacer cómics en vez de ir a la universidad. Es mucho más matizado que «solo haz lo que amas y el dinero vendrá solo»).

Las películas de Miyazaki-san están salpicadas con imágenes de aviación, tanto históricas como fantásticas. De hecho, una de sus películas más controversiales, Kaze Tachinu (en España El viento se levanta y en Latinoamérica Se levanta el viento) está dedicada a la aviación. Esto se debe a que se permitía tener estos intereses y amores externos. Uno no puede evitar imaginar el mundo si él hubiera decidido seguir la aviación por encima de la animación, o se hubiera limitado a sacar cómics autoeditados en lugar de apuntar alto y crear su propio estudio. Imagina todas las películas de calidad e historias que nunca hubiéramos compartido: Mi vecino Totoro, Kiki: Entregas a Domicilio (en España Nicky, la aprendiz de bruja), La Princesa Mononoke.

Le gustan mucho las criaturas oceánicas. El planeador de Nausicaä está claramente basado en una mantarraya. Y no olvidemos esa carta de amor al mar Ponyo.

Pero su conocimiento de la aviación, su fascinación por las cosas fuera de la animación y por él mismo, estas lo han ayudado sin duda a convertirse en un dios viviente de la animación. Si el amor fuera suficiente para hacerte grande y exitoso, todos los entusiastas de la animación crearían obras maestras fácilmente. Pero el amor no es suficiente.

Los malos consejos son peligrosos.

Cuando hacía comics, vivía en un bosque. Era pobre. Tenía pocas opciones en la vida. Evitaba el tema de la universidad, porque no sabía lo que quería «hacer con el resto de mi vida», y no tenía el dinero para pagarla. Era mucho más fácil decirme a mí misma que quería «hacer lo que amo, hacer cómics para ganarse la vida». Incluso dice eso en la contraportada de mi primera novela gráfica.

La cubierta de 18 Revoluciones, mi primer novela gráfica. Tenía 19 años cuando yo misma publiqué este libro. Sí, eso es Comic Sans.

Pero los cómics era una estrategia a largo plazo terrible. (En los días previos a Kickstarter y Patreon, llegué demasiado pronto a la fiesta, y fui la primera en irme cuando las cosas empezaron). No podía admitírmelo a mí misma, porque en mi mente era la única y mejor opción. Y sí me hizo salir del bosque a la ciudad. Sí me consiguió amigos alrededor del mundo. Sí cambié vidas con mis cómics, y todavía recibo correos electrónicos diciéndomelo.

Algunos de esos correos me entristecen.

A veces escucho a alguna chica en una situación similar. Está en un mal lugar en la vida, pero está decidida a ganarse la vida escribiendo libros electrónicos o blogs. Y quiero decirle: «Ten cuidado. No hay nadie ahí para atraparte». Pero no lo digo. Yo misma no habría escuchado esas palabras de estar en la misma posición.

Algo que me habría dicho a mí misma.

Escuchamos «haz lo que amas» tan a menudo de las pocas personas para quienes funcionó, para quienes los astros se alinearon, y de ellos suena como un buen consejo. Son exitosos, ¿no es así? Si seguimos sus consejos, ¡vamos a tener éxito también! Y un cuervo se volverá blanco como un cisne si tan solo vive en un estanque y come hierbas.

¿Qué hay de malo con ser un cuervo en primer lugar?

Rara vez escuchamos el consejo de la persona que hacía lo que quería y se quedó pobre o fue horriblemente herida por ello. Los jugadores profesionales, dobles de acción, dibujantes arrojados como yo: no damos discursos en eventos corporativos. A nosotros no nos pagan para ir a la Cumbre de la Dominación Mundial y hacer que las personas se sientan mal. No nos ofrecen contratos de libros ni hablamos en Good Morning America.

Los consejos son solo algo que nos hubiéramos dicho a nosotros mismos más jóvenes. Pero todos somos diferentes, con diferentes expectativas de vida y habilidades. A un trotamundos que va a heredar una gran fortuna le será mucho más fácil encontrar y hacer lo que ama que una joven madre en la zona roja con tres empleos.

Ten en cuenta también que muchos de nosotros crecemos amando cosas de la infancia: jugar juegos, hacer arte, el baile. Rara vez te encuentras con un adolescente que «ame» la plomería o la cría de animales. Pero hay un montón de adultos que lo hacen (al menos les importa lo suficiente como para mantener la sociedad funcionando). Si todos hiciéramos lo que nos gusta sin probar las cosas que no, imagina toda la polinización cruzada que la raza humana se perdería.

Es fácil dar consejitos que suenan genial en citas descontextualizadas o en 140 caracteres con un «¡predícalo, hermana!» por si acaso. Pero la realidad es mucho más compleja.

Cuando la gente lo escucha, asiente con la cabeza como si una gran verdad les hubiera sido presentada, sin darse cuenta de que han sido desviados de encarar un problema mucho más difícil… — Ed Catmull, Creativity, Inc.

Mi consejo

«Los elfos pocas veces dan consejos espontáneos, puesto que los consejos son un regalo peligroso, aún de sabio a sabio, y todos los caminos pueden terminar mal» ― Gildor

En lugar de dar un nuevo consejo que puede no servirte, me gustaría modificar el consejo que di hace mucho tiempo. En lugar de decirte que hagas lo que amas, me gustaría decir lo siguiente:

No hagas algo que odias para ganarte la vida.

No hay gloria en sufrir. Como puedes empezar a odiar algo que amas si te pone en una mala posición, este consejo te da permiso de moverte a pastos más verdes si lo que amas te hace llorar por las noches. Lo que sea que ames, debería amarte de vuelta. Y si no está funcionando, está bien encontrar algo más qué amar.

Creo que todos tenemos más de un llamado en la vida, de la misma manera en que podemos enamorarnos de más de una persona. ¡De hecho, amar a más de una persona antes de casarte usualmente te hace un mejor compañero! ¿No debería ser igual para las profesiones?

Este post fue hecho ante la reflexión de una discusión luego de que Christier Kaitlia retuiteara el tuit de Jack Merridews «Haz lo que amas y el dinero vendrá solo. #gamedev».

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