Alex Gregory

Siri, enfoca mi atención

· Daniel Armas ·
7 min readDec 26, 2014

Una atención completa es el mejor cumplido que puedes ofrecer a alguien

—David Sacks

Hace unas semanas, David Sacks captó mi atención con este tuit. Para ser justos con quien sea, David estaba escuchando a alguien decirlo, así que espero que él comparta el crédito por la idea que siguió a ese tuit.

Actualización: según David, esto fue dicho por Christopher Buckley (autor de Gracias por fumar), quien ha sido galardonado con el crédito completo post-hoc.

Tengo tendencia a que me distraigan—o más exactamente, a distraerme— con la gente que estoy, y no soy el único en este sentido.

Hay una colección en expansión de distracciones en la vida de la mayoría de la gente. También estamos mejorando en la construcción de herramientas de distracción que hacen que sea muy fácil escalar nuestra propia dosis de «morfina virtual» con goteo de mensajes entrantes, likes, favoritos y retuits. También hay un montón de presión cultural para ser distraído. El New York Times publicó un gran artículo de opinión llamado «La trampa de estar “ocupado”», aproximadamente hace un año.

Los negocios sirven como una especie de tranquilidad existencial, una cobertura contra lo superficial; obviamente, su vida no puede ser tonta o trivial o sin sentido si usted está tan ocupado, completamente reservado, en la demanda de todas las horas del día.

— Tim Kreider, NY Times

Olvídate de cada hora diaria, nos hemos movido a estar demasiado ocupados para estarlo incluso por las cosas que realmente nos ocupan. Es estresante, insostenible, recursivo, y, sobre todo, es una locura. La mentalidad de “La trampa de estar ocupado” me frustra porque es muchas veces ficticia. Una vez más, desde el New York Times:

Una vez conocí a una mujer a la que no le permitían tomar sus horas de almuerzo, ella leía una revista de forma concentrada y no sentía ninguna urgencia por alguna razón. Esta era una revista de entretenimiento cuya razón de ser fue obviada cuando los botones «menú» aparecieron en los mandos a distancia, por lo que es difícil ver esta pretensión de indispensabilidad como otra cosa que no sea una forma de auto-engaño.

Hay pocas cosas en la vida de la mayoría de las personas, la mía incluida —tal vez la mía en particular— que son incluso ligeramente urgentes.

Reconociendo que hay cosas que has tratado como urgentes y en realidad han sido en su mayoría ignorables, o al menos ignorables por un momento, lleva a una inquietud inicial. Los problemas urgentes significan que eres necesario, y es reconfortante que te hagan sentir necesario. Sacrificar esa incomodidad que puede dar una sensación como «Oh dios, estoy desnudo frente a un auditorio».

La mayor parte de mi atención va hacia la escritura de código, mantenerme en contacto con amigos, y decidir qué comer. Yo no apago incendios o salvo vidas de personas, y no puedo recordar la última vez que cuidé a alguien que estuviese en un peligro razonable, el cual pudiese yo ayudar a evitar. Mis amistades, relaciones, y el trabajo son válidos aún sin la necesidad de urgencia de que me necesiten. Y las cosas que son urgentes casi siempre vienen en forma de notificaciones en las redes sociales.

Con esto en mente, decidí hacer un experimento: ignorar todas las distracciones de mi teléfono cuando estoy con otras personas.

Necesitaba apoyo. Cada vez que estaba a punto de unirme a un grupo de personas —amigos en un bar, colegas en una reunión, lo que sea— yo encendía el modo No molestar de iOS. Lo anterior provocó que perdiese vibraciones en la pelvis y ganara ansiedad por creer que estaba perdiéndome algo importante, o como mínimo algo que debería ser importante.

Era una sensación similar a la que tuve el año pasado cuando eliminé mis cuentas de correo electrónico de mi teléfono después de leer la publicación de Tristán Walker sobre ello. El sentimiento es algo así como estar en un apagón cuando todos a tu alrededor tienen energía. Puedes no querer hacer nada con la energía (o quizás eres más feliz leyendo un libro) pero es inquietante que estar en ese apagón.

Me pareció que las cosas que me estaban bloqueando cayeron casi en su totalidad en tres grupos:

  1. Completamente sin importancia
  2. Importante pero nunca debería interrumpirme
  3. Suficientemente importante para interrumpirme algunas veces

Completamente sin importancia

En su mayoría notificaciones: alguien comentó en un blog o me retuiteó o me dio un toque. Esos avisos no hacen ninguna diferencia en mí, si su información la sé de inmediato o una semana más tarde —en muchos casos, en realidad no importa si nunca me entero de ellos en absoluto—. Estos tienden a ocupar la mayoría del volumen de las notificaciones.

Importante pero nunca debería interrumpirme

Sobre todo la lista de correo del trabajo: un cambio de ingeniería en un producto, informes de errores, revisiones de código. Tengo que leerlos, pero si viniesen una vez al día bien podrían perderse. Estos mensajes son la razón de que tanta gente compruebe su correo electrónico dos veces por día.

Suficientemente importante para interrumpirme algunas veces

En su mayoría comunicación directa de los amigos: mensajes SMS y correos uno a uno. Estos son los más difíciles. Son importantes e incluso sensibles al tiempo. Si yo estaba trabajando o viendo un programa de televisión a menudo hacía una pausa para responder. Pero son casi siempre el tipo de cosas que se requieren ignorar por el momento. Si se establece la previsión de que a veces no siempre se es capaz de responder de inmediato, me he dado cuenta que la gente tiende a respetarlo.

Durante la primera semana, me dio inquietud después de unos 30 minutos, y esperaba con ansiedad la próxima oportunidad que tendría para poder revisar mi teléfono.

Entonces, de repente, todo se desvaneció. Me tomó cerca de una semana de práctica antes de que pudiera realmente preocuparme más por escuchar a la gente con la que estaba que pensar en cualquier otra cosa que podría estar haciendo. No pensé en ello como práctica, pero en retrospectiva, eso fue exactamente lo que era. Estaba practicando romper un hábito, hasta que un día tuve un nuevo hábito.

No me perdía las alertas una vez que me di cuenta de cómo centrarme realmente en la gente con la que estaba pasando el tiempo. Ni siquiera echaba de menos las alertas. No me sentía como si estuviese perdiendo algo y me di cuenta de lo mucho que estaba ya ignorando deliberadamente a las personas que me rodeaban.

Me sentí como si estuviera en control de una adicción. Dejé de usar el modo No molestar. Las vibraciones volvieron, pero mi ansiedad no lo hizo. Incluso empecé a disfrutar haciendo caso omiso de las alertas. Cada vez que mi teléfono sonaba mientras estaba con otras personas me acercaba más de donde estaban hablando y sonreía un poco para comunicar que realmente me enfocaba con la gente que estaba. Creo que me di cuenta de cómo estar en la comodidad de sentirme urgente con la confianza de estar en control de mi atención y prioridades.

Ignorando activamente todo lo que no pensé que era lo suficientemente importante como para distraerme me sentí (y siento) grandioso. Mark Zuckerberg dijo algo en la Escuela de Startup en 2009 que siempre me quedó grabado. No pude encontrar la línea exacta, así que probablemente halla un error en ella, pero la clave está a lo largo de estas líneas.

Tus valores sólo importan según lo que estés dispuesto a sacrificar por ellos.

En el momento estaba estaba hablando de la actitud «Muévete rápido y rompe cosas» de Facebook, pero creo que puede aplicarse a casi cualquier cosa que importa.

Mis amigos son importantes para mí y mi tiempo también. Este experimento me hizo pensar tanto en lo que debería estar sacrificando por ellos. Decidí que debería darles prioridad sobre casi todo lo que me quita la atención. Hasta ahora, esa decisión está funcionando muy bien para mí.

No me he perdido nada de lo que realmente importa. Ni una sola cosa. Nadie se ha quejado; dudo que nadie siquiera se haya dado cuenta, y esa es la idea. Tu situación puede variar por mucho, pero a menos que usted sea un médico de guardia y decida silenciar su busca personas en la cena, apuesto que tus resultados serán similares a los míos.

Estoy muy lejos de la primera persona que se molestaba por estas distracciones. He visto un montón de gente que trata el enfoque de la pila del teléfono, el cual siempre me ha molestado. Creo que establece la idea de que uno sólo puede centrarse en sus amigos por ser físicamente y financieramente obligado a hacerlo. Como persona, espero más dominio de mí mismo. Como amigo, no me quiero sentir como si lo estuviera bloqueando de algo que realmente prefiere estar haciendo. También me siento como si hiciera un esfuerzo más real por hacerlo, no como un espectáculo público. Prestar atención a la gente no debería ser un evento.

Esto comenzó como un experimento, pero ahora pienso en ello como la manera en que soy. Me siento un poco más feliz. Me siento mucho más relajado. Creo que he sido un mejor amigo y colega, o por lo menos uno más presente y atento.

--

--

· Daniel Armas ·

Sarcástico por nacimiento. Escritor por afición. Fotógrafo por pasión. Irreverente por diversión. Crítico por necesidad.