Cómo Stevie Wonder ayudó a crear el día de Martin Luther King

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9 min readFeb 3, 2015

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Por Marcus Baram. Traducido por María Casuso.

La noche del 4 de abril de 1968, la sensación de la música adolescente Stevie Wonder se quedaba dormido en la parte trasera del coche de camino a su casa de Detroit desde la Escuela para Ciegos de Michigan, cuando la noticia resonó en la radio: Martin Luther King Jr. acababa de ser asesinado en Memphis. Su conductor rápidamente apagó la radio y condujeron en silencio y conmocionados, mientras las lágrimas recorrían el rostro de Wonder.

Cinco días después, Wonder viajó a Atlanta para asistir al funeral del héroe de los derechos civiles asesinado, mientras los disturbios estallaban en varias ciudades, con el país aún tambaleándose. Se unió a Harry Belafonte, Aretha Franklin, Mahalia Jackson, Eartha Kitt, Diana Ross y una larga lista de políticos y pastores que lloraban a King, rezando por una nación en la que todos los hombres son creados iguales y prometiendo continuar la lucha por la libertad.

Wonder, aún en estado de shock, recordaba cómo, cuando tenía cinco años, escuchó por primera vez sobre King mientras oía el reportaje del boicot del autobús de Montgomery en la radio. «Le pregunté, “¿Por qué no les gusta la gente de color? ¿Cuál es la diferencia?” Aún no consigo verla». Como un joven adolescente, cuando Wonder estaba actuando en el Motown Revue en Alabama, experimentó de primera mano los males de la segregación —recuerda a alguien disparando a su autobús, que perdió el tanque del gas—. Cuando cumplió los 15, Wonder por fin conoció a King, dándole la mano en un mitin sobre la libertad en Chicago.

Nancy Wilson, Eartha Kitt, Sammy Davis Jr, Sidney Pitier, Berry Gordy Jr y Marlon Brando llegan al funeral del Dr. King

Durante el funeral, Wonder fue acompañado por su representante local, un jóven congresista afroamericano llamado John Conyers, que acababa de introducir un proyecto de ley en honor al legado de King haciendo de su cumpleaños un día de fiesta nacional. Así comenzó una cruzada épica, liderada por Wonder y algunos de los nombres más grandes de la música, desde Bob Marley hasta Michael Jackson, para crear el Día de Martin Luther King.

Para vencer la resistencia de los políticos conservadores, incluido el presidente Reagan y muchos de sus simpatizantes, Wonder suspendió su carrera musical, liderando mítines de costa a costa y galvanizando a millones de americanos con su pasión e integridad.

Pero tuvieron que pasar 15 años.

Inmediatamente después de la muerte de King, la clase política estaba más preocupada por mantener las cosas en calma, apisonando disturbios y arrestando a manifestantes y activistas. Fue un año violento. Ese verano la convención demócrata de Chicago estalló en caos y otro líder inspirador, Robert F. Kennedy, fue asesinado. El país parecía estar al borde de una guerra civil.

El proyecto de ley de Conyers languideció en el Congreso durante más de una década tras años de protestas contra la guerra, el caso Watergate y la corrupción policial, ahogados por la inercia y el malestar social a finales de los setenta. El sueño se mantuvo vivo gracias a los sindicatos, que veían a King como el héroe de la clase obrera, con protestas que lentamente cobraban fuerza. En 1969, en la planta de General Motors de Nueva York, un pequeño grupo de trabajadores se negaron a trabajar durante el día del cumpleaños de King, además de los miles de trabajadores de los hospitales de la ciudad que se declararon en huelga hasta que los administradores acordaron unas vacaciones pagadas durante ese día. La viuda de King, Coretta Scott King, encabezó una asamblea ese mismo año en Atlanta, dónde se le unió Conyers y dirigentes sindicales. En 1973, algunos de los sindicatos más importantes del país, incluyendo la AFSCME y los United Autoworkers, hicieron que las vacaciones pagadas una demanda regular en sus negociaciones contractuales.

Finalmente en 1979, el presidente Jimmy Carter, que había sido elegido con el apoyo de los sindicatos, aprobó el proyecto de ley para crear esta festividad. Carter hizo una emotiva aparición en la antigua iglesia de King, la Iglesia Bautista Ebenezer de Atlanta. No obstante el Congreso se negó a ceder, encabezado por el senador conservador Jesse Helms de Carolina del Norte, que denunció a King como un transgresor manipulado por los comunistas. La situación parecía desoladora.

Para entonces, Wonder había madurado de una jovial sensación armónica a un genio que encabezaba las listas musicales con sus ritmos complejos y letras que hablaban de la concienciación social sobre el racismo, la liberación de la gente de color, el amor y la unidad. Había mantenido el contacto con Coretta Scott King, apareciendo de forma regular en mítines para impulsar el día de King. Se dirigió a la multitud que lo vitoreaba en Atlanta en el verano de 1979, «Si no podemos celebrar el día de un hombre que murió por amor, entonces ¿cómo podemos decir que creemos en él? Depende de ustedes y de mí».

Unos años antes, Wonder compuso «Happy Birthday», una canción que celebra la vida de King, dedicando su canción y su siguiente album a la causa. En un principio, iba a grabarse a sí mismo cantando la canción tradicional para King, pero desconocía la melodía, por lo que «escribió el gancho para un “Happy Birthday” diferente», recuerda el productor Malcom Cecil. Se aferró a él hasta que «el movimiento por el día festivo fue ganando fuerza», y se convirtió en el tema principal de su siguiente album, Hotter Than July. El diseño del registro contó con una gran fotografía de King con un pasaje instando a los fans a apoyar el proyecto de ley de la fiesta: «Aún tenemos un largo camino que recorrer hasta alcanzar el mundo con el que él soñaba. Tampoco debemos olvidar en los Estados Unidos el sacrificio supremo de ese sueño».

Ese verano, Wonder llamó a Coretta Scott King, diciéndole: «Tuve un sueño sobre esta canción. E imaginé que la estaba escribiendo en este sueño. Estábamos marchando, con pancartas, pidiendo hacer que el día del Dr. King se convierta en una fiesta nacional».

King estaba emocionada pero no tenía mucha esperanza diciéndole a Wonder: «Te deseo suerte, ya sabes. Nos encontramos en un momento en el que no creo que eso vaya a suceder».

Stevie Wonder y Coretta Scott King en 1984

Ese agosto, durante una memorable aparición con Barbara Walters en 20/20, Wonder interpretó «Happy Birthday» al teclado, anunciando que pronto iniciaría una gira de 4 meses junto a Bob Marley que daría lugar a una manifestación masiva para apoyar la festividad. La localización estaba llena de simbolismo —el National Mall en Washinton, D.C., donde King pronunció su famoso discurso de «Tengo un sueño»—. Fue tan solo unos meses antes de las elecciones que pusieron a Ronald Reagan en la Casa Blanca, y Wonder estaba al tanto de la «preocupante deriva en el país hacia la guerra, la intolerancia, la pobreza y el odio».

Stevie actuando junto a Bob Marley

Las entradas para los conciertos se agotaron, los rumores se hicieron eco, pero ocurrió el desastre, Marley era ingresado en un hospital de Nueva York por el cáncer que le causaría la muerte tan solo seis meses después. Wonder preguntó al compositor y poeta Gil Scott-Heron, conocido por su polémico tema «The Revolution Will Not Be Televised», que reemplazara a la superestrella del reggae. La gira fue el punto culminante de la carrera de Scott-Heron, que posteriormente escribió en The Last Holiday, su libro dedicado a King y a Wonder por invitarle a unirse a la causa. Al final de cada espectáculo, se uniría a Wonder en el escenario para hacer partícipe a la audiencia en una apasionada interpretación de «Happy Birthday».

La gira era increíblemente intensa. Cuando tocaron en el Madison Square Garden en noviembre, Wonder deleitó a la enorme audiencia con un invitado sorpresa, el Príncipe del Pop. Michael Jackson se deslizó hacia el escenario al ritmo reggae de «Master Blaster» y la multitud gritaba a la vez que el giraba «como un deshuesado patinador sobre hielo», recuerda Scott-Heron. Y una semana más tarde actuando con Carlos Santana en Los Ángeles, Wonder tuvo que anunciar con amargura el asesinato de John Lennon esa noche a un público estupefacto que pronto comenzó a lamentarse y a romper a llorar. En una emotiva elegía, Wonder habló de su amistad y elogió la integridad de Lennon, relacionándolo con King, dibujando «un círculo alrededor de la clase de hombres que se levantan tanto por la paz y el cambio» y haciendo sus siguientes manifestaciones aún más significativas.

El estado anímico estaba ensombrecido a la vez que la gira llegó a Washington a principios de 1981, mientras la ciudad liberal se preparaba para la inaguruación de Reagan. Nadie esperaba demasiado una gran participación por un mitin de MLK en un frío y nevoso día. Pero 100.000 personas de todo el país desafiaron las bajas temperaturas del 15 de enero para escuchar hablar a Scott-Heron, Diana Ross y Jesse Jackson. Cuando Wonder se subió al podio, el público comenzó a cantar, «Happy Birthday!».

Habló elocuentemente: «¿Por qué Stevie Wonder siendo un artista? ¿Por qué debería involucrarme en esta gran causa? … Como artista, mi propósito es comunicar el mensaje que puede mejorar nuestras vidas. Me gustaría pedirles por un momento, si queréis, estar en silencio y tan solo pensar y oír en vuestra mente la voz de nuestro Dr. Martin Luther King».

Stevie Wonder, Gil Scott Heron, Reverend Jesse Jackson, Gladys Knight y Sam Courtney en una rueda de prensa en el Rafu Gallery, Washington DC, 15 de enero de 1981.

A pesar de las muestras de apoyo —y de las millones de firmas reunidas por Wonder y su equipo— el Congreso continuó debatiendo sobre el asunto. El presidente Reagan se opuso a la festividad, citando el costo de poner otro día nacional de descanso y sugiriendo un programa de becas para jóvenes negros. Wonder volvió el siguiente enero por otra asamblea, y finalmente las audiencias se reanudaron en 1982 y 1983. Aunque, tanto Coretta Scott King como Wonder dieron un emotivo testimonio, los conservadores estaban desatados, liderados por Jesse Helms. Durante una intensa maniobra obstruccionista, los republicanos de Carolina del Norte etiquetaron a King de «Marxista-Leninista» cuyo «movimiento incluía a los comunistas», y pidieron al FBI liberar sus grabaciones de King. Su lenguaje estaba tan lleno de odio que llegado a un punto el senador de Nueva York, Daniel Patrick Moynihan, furioso lanzó al suelo un lote de documentos de Helm, llamándolo «paquete de inmundicia».

En ese momento, la retórica creció tan incendiariamente que incluso los moderados de la oposición se vieron obligados a expresar su apoyo a la festividad. El proyecto de ley fue aprobado, 78 contra 22. Reagan firmó el proyecto en noviembre de 1983, pero el día festivo no fue oficialmente observado como tal hasta el tercer lunes de enero de 1986. Durante muchos años después, algunos estados se negaron a honrar este día hasta que en el 2000, Carolina del Sur se convirtió en el último estado en reconocer el Día de Martin Luther King.

Coretta Scott asiste a la firma del Día de Martin Luther King por el presidente Reagan el 2 de noviembre de 1983 | El presidente Obama presenta la Medalla de la Libertad a Stevie Wonder en la Casa Blanca el 24 de noviembre del 2014. La Medalla de la Libertad es la más alta distinción ciudadana de carácter honorífico del país.

Stevie Wonder continúa celebrando el cumpleaños de King con frecuentes actuaciones. El 24 de noviembre del 2014, fue honrado por el presidente Obama con la Medalla del Congreso de la Libertad en la Casa Blanca, diciéndole al cantante que el primer récord que se había comprado en su vida fue el de Wonder.

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