El poder de lo que escribes

Por qué debes escribir aunque creas que nadie va a leerte

Israel Torres
6 min readSep 24, 2014

Recientemente he estado recomendando a toda persona con la que me encuentro a que se envuelva en el hábito de escribir. Y no solamente eso, sino también que debe publicar en internet lo que escribe para compartirlo de forma abierta con el mayor número de personas posible.

«Nadie leería lo que yo escribo», es la reacción más común que suelo recibir, seguida de un «no escribo nada bien», o algo parecido. Otras personas se sienten cohibidas, no por su calidad de escritura, sino por razones diferentes: «Nunca tengo la inspiración que necesito» o «no tengo tiempo de escribir».

La buena noticia es que hasta los escritores más talentosos que conozco se sienten así. La parálisis de escritura los afecta a todos, no solo a las personas normales como tú y yo.

Desacreditando las razones para no escribir

1. «Nadie leería lo que escribo»

Para empezar, la audiencia más importante que se debe tener en cuenta es uno mismo:

«Escribe para complacer a una sola persona. Si abres la ventana y te da por complacer a todo el mundo, a tu historia le dará neumonía, por así decirlo». —Kurt Vonnegut

El beneficio más grande de la escritura es que te permite almacenar y organizar tus sentimientos, pensamientos e ideas de una forma coherente, contrario a lo que pasaría si estos permanecen revueltos en tu mente. Por eso las personas más creativas cargan un cuaderno con ellas adondequiera que vayan. Si no quieres compartir tus escritos públicamente, lo que puedes hacer como mínimo es escribir para ti, sea que prefieras usar un cuaderno físico o escribirlo a máquina en forma de un diario digital.

No importa si nadie lee lo que escribes. El objetivo de escribir es la autoexpresión… conseguirse un público debe ser una razón secundaria. No puedes conectarte con otras personas sin conectarte contigo mismo primero.

«No esperes poder influenciar a alguien por la fuerza de tu escritura hasta que lo hayas experimentado tú mismo». —Stephen King

2. «Mi forma de escribir es horrible»

Mi amiga Ailian, quien sucede que también es una de mis blogueras favoritas, señaló que incluso hubo un momento en que el experto en marketing Seth Godin no era tan bueno escribiendo. Le tomó casi media década para llegar adonde está ahora, y eso teniendo en cuenta la gran frecuencia con que publica lo que escribe.

Estoy completamente segura de que toda buena forma de escribir comienza con una escritura bastante mala; dejando de lado que menos del 1 % de la población del país (EE UU) está conformada por genios de la escritura. De hecho, si tienes la oportunidad de leer las biografías de escritores conocidos como Stephen King o Haruki Murakami, un tema persistente es que toda forma de escribir genial se logra mediante una constante repetición. Para empezar, aquel primer borrador debe llegar a existir.

«Casi toda buena forma de escribir comienza con intentos primerizos terribles. Se necesita comenzar en algún lado». —Annete Lamott

En cualquier caso, ¿y qué si lo que uno escribe es malo? Al final lo que de verdad importa es que uno escriba lo que le interesa, en su voz propia y que exprese los pensamientos de uno como un individuo único. No existe nadie que pueda ser tú y mucho menos que escriba como tú.

3. «Nunca consigo la inspiración para escribir»

Una creencia falsa bastante común es que debemos esperar a que algún tipo de iluminación llegue a nosotros antes de empezar a escribir:

«Si esperas inspiración para escribir, no eres un escritor, eres alguien que le gusta esperar.» —Dan Poynter

Por supuesto, hay momentos de inspiración que hacen que uno derrame su alma instintivamente en lo que está escribiendo, pero estos son bastante escasos. Es importante confiar en que, una vez que comienzas a escribir, la historia tomará forma por sí misma.

«No puedes ponerte a pensar en cómo salir de un bloqueo de escritura; debes ponerte a escribir para salir de un bloqueo mental». —John Rogers

Si esto aún no te queda claro, una explicación sencilla es que escribir no debe ser un acto de inspiración, sino de autoexpresión, como ya mencioné. Escribir sólo cuando se está inspirado equivale a afirmar que hablarás únicamente cuando estás inspirado.

4. «No tengo tiempo de escribir»

Creo que la mayoría de nosotros tiene problemas al priorizar actividades y organizar su tiempo. No solemos comprender que en la vida necesitamos ser capaces de sopesar cuidadosamente las compensaciones. Si escribir nos permite ser más conscientes, reflexivos y creativos, ¿por qué no apartamos tiempo deliberadamente para escribir? ¿Por qué no lo vemos como una prioridad?

Apartar tiempo para escribir es apartar tiempo para conectarse con uno mismo. Con excepción de la meditación, piensa en una mejor manera de hacer dicha conexión. De hecho, escribir es una forma de meditar. Comienzas por escribir pensamientos aleatorios y de repente llegas a darte cuenta intensamente de quién eres en realidad y lo que realmente piensas.

Escribir tiene cierta cualidad misteriosa que impulsa a tu auténtico yo a salir a escena.

El verdadero poder detrás de lo que uno escribe

Si has leído hasta este punto y estás dispuesto a considerar —aunque sea remotamente— dejar de lado esa neurosis autoinducida para comenzar a escribir, puede que te preguntes: «¿por qué debería escribir para alguien más aparte de mí mismo?»

Allí radica mi obstinada creencia de que la escritura fortalece el bien mayor.

Cuando escribes y compartes, estás poniendo una parte de ti mismo por ahí; lo cual es una oportunidad para crear una conexión asíncrona entre tú y algún extraño virtual. Cuando escribes sobre tus miedos, le haces saber a alguien más que no está solo sintiéndolos. Cuando escribes que has superado algún obstáculo, le das esperanza a alguien allá afuera de que es posible superarlo. Cuando escribes sobre tus victorias, estás haciendo de ti mismo todo un ejemplo… Oye, el cielo es el límite, y a veces es posible alcanzarlo.

Te honras a ti mismo y a tus experiencias. ¿Qué puede ser mejor que contarlas en algún lugar y compartirlas con el mundo?

¿Tienes una mejor manera de compartir tus ideas o lo que piensas con los demás de una forma más accesible? Un fragmento de lo que escribes puede llevar algo de tiempo en ser creado, pero una vez que es publicado, puede permanecer hasta el final de los tiempos. ¿Cuánto hemos aprendido de la historia de la humanidad solo porque alguien hizo el esfuerzo deliberado de escribir?

Nunca subestimes tus experiencias y conocimientos adquiridos. Puede que lo que tú consideres trivial le saque una sonrisa a alguien que esté teniendo un mal día. Puede que lo que tú supones como algo bien conocido puede ser la información que alguien más precisamente esté buscando. Puede incluso cambiar su vida. Podrías, sin saberlo, inspirar a alguien a cambiar.

Intenta dar el primer paso, que es el más complicado. Prueba escribiendo palabras que después formarán oraciones, que a su vez formen párrafos y que se conviertan estos en la base misma de una historia que reside en tu interior; una cuya existencia muy probablemente ni siquiera tú conocías.

Mediante lo que escribes, puede que descubras que tus experiencias de vida son completamente diferentes a como tú las recuerdas; que inevitablemente todo cobra vida por sí mismo una vez que está escrito y es compartido.

¿Alguna vez te has topado con algún fragmento escrito que resonó tanto en tu cabeza que cambió tu día o que alteró dramáticamente tu destino?

Tú podrías ser el autor se ese fragmento para alguien más. Y eso, para mí, es el poder de lo que uno escribe.

Nota al pie

Gracias a todos —incluyendo la comunidad de helpmewrite— los que se dieron a la tarea de poner sus opiniones en este artículo. La creación de esta publicación es muy importante para mí debido al mensaje que yo espero esté propagando. Por ello el tiempo que le dediqué sobrepasó al que suelo dedicar a otros. Debo obligarme a dejar de sobreelaborarlo y confiar en que cobrará vida por sí mismo, como se supone que debe ser. Espero que ustedes hagan lo mismo. El que dejen para mí algún comentario accesible me es más importante que la calidad de la prosa. Así que adelante, vayan y escriban aquel fragmento que siempre han querido escribir, y háganlo hoy.

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