7 consejos para superar con éxito el Camino de Santiago
El Camino de Santiago es una experiencia única que todo el mundo debería disfrutar, al menos, una vez en la vida. En 2017, y a pesar de no ser año Xacobeo, se batió el récord absoluto de peregrinos que recibieron la “Compostela”, superando los 300.000.
Todos los años, miles de españoles y extranjeros recorren alguna de las muchas rutas existentes durante días hasta llegar a la capital gallega. Incluso hay quien camina durante 140 días y casi 4.000 km por una causa solidaria.
Si estás pensando en hacer la Ruta Jacobea, aquí te dejamos algunos consejos que podrían evitarte muchos problemas:
1. Preparación física
No hace falta ser muy deportista, pero sí es conveniente estar acostumbrado a andar largas caminatas. Aunque puedes hacer las etapas a tu gusto, se suelen recorrer unos 25 km diarios, a una media de 4 ó 5 km/h, por lo que si eres de los que coge el coche hasta para comprar el pan, a los dos o tres días estarás exhausto.
Comienza por andar media hora todos los días y ve subiendo el ritmo y el tiempo a medida que llegue el día de partir.
2. Planificar las etapas
En primer lugar deberás decidir qué ruta deseas hacer: el Camino Francés, el del Norte, el Portugués o el Camino Mozárabe, entre otros.
A lo largo del camino podrás disfrutar de preciosos paisajes y pueblecitos. Villanúa, en el Camino Aragonés, por ejemplo, está recuperando un tramo del Camino de Santiago en el entorno de la cueva de las Güixas, un lugar incomparable.
Una vez determinada la ruta, deberás planificar las etapas, teniendo en cuenta tus capacidades.
Es aconsejable que cada tres días intensos planifiques uno más ligero, en el que puedes aprovechar para descansar y lavar la ropa.
Lo más conveniente es ponerse en marcha al amanecer, especialmente si haces el recorrido en agosto, llegando así a destino a la hora de comer para evitar las horas de calor más intenso.
3. Ligero de equipaje
Tendrás que cargar con la mochila durante todo el camino, así que debes llevar solo lo fundamental.
No hace falta llevar una muda para cada día, si llevas jabón podrás lavar la ropa y aligerar el equipaje considerablemente.
Un saco de dormir y una esterilla serán tus mejores aliados, ya que en muchos albergues puede que no consigas una cama.
Habrá duchas, pero tendrás que llevarte toalla, gel, champú, chanclas y, si eres muy pudoroso, un bañador.
Y por supuesto, no olvides la protección solar: crema, gafas y gorro.
4. Hidratado y con energía
En ocasiones caminarás muchas horas sin encontrar sitios para comer o beber, así que llévate una buena cantimplora y barritas energéticas, frutos secos o algo que te pueda aportar energía. [ Saber más… ]
5. Calzado adecuado
Estrenar botas o zapatillas para la ocasión es un grave error.
Debe ser un calzado específico para andar, ligero, transpirable, que proteja los tobillos y que esté usado y acomodado a tu pie.
6. Un bastón de apoyo
El típico bastón de madera es el símbolo de los peregrinos, sin embargo, los bastones telescópicos son más cómodos y prácticos.
Aunque al principio de la marcha puedan parecerte insignificantes, tras unos días de caminata agradecerás tener uno a mano.
7. Botiquín básico
No hace falta sobrecargar la mochila con mil y una medicinas. No obstante, es conveniente llevar un pequeño botiquín con tiritas o apósitos para las ampollas y ciertos medicamentos básicos.
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