Cómo convertirte en una estrella del rock por 290 dólares

Con tan solo una idea y un iPhone, externalicé de forma abierta todo el proceso de grabación (y algo más) en mi búsqueda de la gloria musical.

Cuepoint en español
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10 min readFeb 24, 2015

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Por Brett Goldstein, alias Monty Del Monte. Traducido por María Casuso.

Crecí creyendo que realmente me convertiría en una estrella del rock. Pero entonces en algún momento de mi segundo año de instituto, me volví realista; hice números. Ser un músico era muy, muy caro. Incluso las genuinas estrellas del rock están pasando por un momento duro encontrando la manera de ganar un buen dinero en la industria estos días.

Cuando me gradué en la universidad, la decisión de adaptarme para unirme al mundo laboral no era algo difícil de hacer. No tenía ningún problema con renunciar a mi búsqueda de la fama a cambio de estabilidad económica, siempre y cuando pudiera gastar mi tiempo libre y dinero en componer y grabar música.

Al final resultó que, después de los impuestos, el alquiler (en San Francisco), el transporte y la deuda de los reembolsos, no había realmente mucho dinero para mí de cara a los costosos estudios de grabación y las sesiones musicales, y mucho menos para un teclado decente. Y el tiempo «libre» es completamente inexistente.

Así que, dos años después de hacer este trato conmigo mismo, no tenía nada que mostrar como músico, salvo un par de canciones que escribí y grabé en mi iPhone.

Entonces, un día, me di cuenta de que en realidad eso era todo lo que necesitaba. Un iPhone.

Los avances en la tecnología de audio digital han hecho que sea más fácil, rápido y barato producir música en calidad profesional. El portátil se ha convertido en el estudio elegido por muchos de los músicos famosos de hoy en día.

Es más, no es siquiera necesario un ordenador portátil. Usando una aplicación de móvil como Fiverr, es posible contratar músicos reales de todo el mundo para grabar y producir una canción entera desde tu teléfono. Fiverr es un mercado de servicios que parte de los 5 dólares, por lo que todo el asunto termina siendo barato como el infierno.

Con esto en mente, decidí emprender revitalizado mi búsqueda por ser una estrella del rock. Transcurridas unas pocas semanas, usaba Fiverr para crear lo que podría ser la canción más barata, rápida y de calidad profesional producida nunca… hecha completamente desde un teléfono… además de un videoclip, el diseño artístico del álbum y la comercialización.

Ésta es la historia de cómo un hombre sin conexiones, sin tiempo y con muy poco talento—

sólo una idea, un iPhone, y 290 dólares

—pudo hacer que el sueño de su infancia se hiciera realidad. Así es como lo puso en marcha.

«Throw Me Out To Sea»

Todo el mundo sabe que el factor más importante para una estrella del rock es su peinado, así que naturalmente esa fue mi primera prioridad. Antes de cantar una sola nota, me hacía un estilo mohicano—igual que los niños cool.

Después, tenía que grabar una pista de scratch — esto es una grabación de baja calidad de voces y guitarra o piano con una sincronización que otros músicos escuchan inicialmente mientras graban sus partes. Para mí, la baja calidad era una subestimación—se me olvidó la letra, cantaba por encima del tono y, accidentalmente, repetía secciones demasiadas veces.

Esta búsqueda de ser estrella del rock había tenido un duro comienzo…

Opté por grabar «Throw Me Out To Sea», una canción sentimental optimista que escribí hace dos años. Siempre he sido un fan de la música pop—creo que las canciones pegadizas son las más difíciles de componer— por lo que mucha de mi música termina sonando de forma bastante corriente. Pero independientemente de mi ocasional hipsterismo, estoy bastante bien con ello.

Usaba la aplicación Notas de voz en mi iPhone para grabar la pista de scratch. Desde ahí transfería la grabación a una carpeta de Google Drive y la compartía con los músicos y productores en la aplicación de móvil Fiverr. También incluía directrices básicas, una lista de acordes y una lista de canciones del Spotify a las que quería que se pareciera mi canción.

Suena complicado, pero la idea era simple: enviar mi, cutre, grabación del iPhone a un grupo de músicos increíbles desperdigados por todo el globo y esperar que ellos pudieran, independientemente, grabar sus respectivas partes a un nivel superior y que al final, la canción sonase medianamente decente.

Batería por Matt (USA): 26,25 dólares (1 día)

Tenía la batería grabada primero, por lo que los otros músicos captarían una idea sólida del ritmo y del tempo de la canción—algo que no podía hacer con mi terrible manera de tocar el piano. A pesar de dar al batería, Matt, mi lista de reproducción y directrices, terminó interpretando la canción de una forma completamente distinta a cómo lo había hecho yo. Imaginé un rápido e inspirador verano clásico; se ralentizó y se calmó.

En vez de pedirle que lo intentara otra vez, lo dejé estar.

Decidí que este viaje no era sobre la micro gestión de un puñado de gente que tenía más talento que yo.

Este viaje iba sobre hacer mucho con muy poco: muy poco dinero, muy poco tiempo, y —en teoría— muy poca habilidad musical.

Para el resto de músicos, en su mayoría me callé y les dejé hacer su trabajo.

Piano por Mirko (Italia): 26,25 dólares (6 días)

A parte del tipo al que puedes pagar 5 dólares para restregarse él mismo sirope de chocolate mientras canta el Cumpleaños feliz en ropa interior (por cierto, contaba con más de 600 compradores), Mirko era una de las personas más excéntricas que encontré en Fiverr. Algo de su acento italiano en su torpe vídeo de presentación, me atrajo… eso y sus 25 años de experiencia como músico de sesión. Le pedí que tocara el piano para mi canción y me entregó una única interpretación con muchos, muchos, muchos arpegios.

Eh… ¿Por qué no?

Guitarra por Mirko (Italia): 22 dólares (6 días)

Justo después de terminar con la parte del piano, Mirko me dijo que lo que realmente le gustaba mi canción y que tenía una gran idea para la parte de la guitarra eléctrica. No estaba seguro de que simplemente estaba siendo un buen vendedor o si lo decía de verdad; pero de cualquier modo, lo entregó. La parte de la guitarra era vibrante a la vez que épica, y… llena de arpegios en el puente.

Podía trabajar con ella.

Bajo por Jair-Rohm (Suiza): 5,50 dólares (1 día)

La elección de Jair-Rohm de tocar el bajo no era científica para nada. En su vídeo de demostración mostraba su colección de bajos como un rapero que muestra sus coches — tenía que hacerme con él. Resultó ser, de lejos, el mejor partido para mi dinero. Es un bajista profesional con 30 años de experiencia grabando y de gira en grandes actuaciones. Por 5 dólares me envió dos líneas de bajo grabadas en estudio durante una noche. No importaba que 316 personas le hubieran dado referencias que le acercaban a la perfección—aunque no tan bueno como el tipo del sirope de chocolate.

Orquesta por Paul (Irlanda): 31,50 dólares (7 días)

Mi canción realmente no necesitaba una orquesta — a no ser que seas Josh Groban, la orquesta nunca debería ser una opción—. Pero cuando los músicos profesionales salen así de baratos, es difícil resistirse. Para lo que pagué, me esperaba sólo algunos acordes tocados en la configuración de orquesta de un teclado midi. En vez de eso, Paul me envió 13 pistas que incluían: oboe, clarinete, fagot, flauta, tuba, cuerno francés, viola e incluso unos timbales. Este toque final transformó la cancion y, la verdad, la elevó a un nivel superior.

Voz por Yours Truly (USA): Sin precio (10 minutos)

La mejor idea que tenía para producir una grabación de voz decente en un iPhone era meterme dentro de mi armario y grabar las notas de voz allí. La claustrofobia puso a prueba mi paciencia y dejé el armario tras haber grabado tan solo 2 tomas. Finalmente salió, pero decidí dejar el resto de mi destino en manos del poder de la ingeniería de sonido.

Mezclado/Masterización por Kevin (USA) — 31,50 dólares (7 días)

Una vez que tuve todas las partes juntas en la carpeta de Google Drive, se las envié a Kevin, un productor de Fiverr con el que había trabajado previamente en otra canción. A parte de la mezcla y la masterización básicas, añadió algunas campanas y silbidos para hacer que la canción brillase y evitando que mi voz no sonase como una redomada mierda.

A lo largo de todo este proceso, realmente nunca me sentí como que estuviera cerca de convertirme en una estrella del rock. Jugueteando con mi teléfono unos pocos minutos aquí y allá, mientras me sentaba sobre mi ropa interior, sin llegar a ser tan épico como tirarse en plancha en una colchoneta hinchable a través de un mar de fans a la vez que llevas unos ridículos pantalones ajustados.

Y entonces, recibí la notificación de Kevin. Estaba hecho.

Al final, también contraté a un diseñador gráfico que me hiciera algún diseño artístico en el álbum, un editor de vídeo que pusiera la letra en él, y una legión de gente de marketing que distribuyera mi contenido (incluida esta publicación) a las cadenas de radio, blogs de música y a las masas de las redes sociales. Aún así, el coste total del proyecto entero era solo de 290,35 dólares.

Si no hubiera hecho (innecesariamente) la entrega de dos días con algunos de los músicos, pedir el vídeo y separar las pistas de la batería de Matt, recortar la canción 1 minuto y tan solo tener a los músicos tocando en algunas partes (que un productor podría muestrear) en lugar de toda la canción, el coste total hubiera estado cerca de los 170 dólares — ¡la canción en sí misma solo hubiese costado 85 dólares!

Sí, una canción profesionalmente grabada, un vídeo musical, el diseño del álbum y el marketing pueden ser tuyos por solo 170 dólares.

Mientras que en sí es bastante sorprendente dados los precios de un estudio, el truco está en que todo el asunto se hizo en pocas semanas y solo requirió un total de 4 horas por mi parte

Con tan solo mirar los números, es fácil preguntarse por qué muchos músicos no cogen esta ruta. Para un cantante/compositor con un trabajo de tiempo completo y que solo quiere un EP básico para mostrarlo por ahí, esto debería ser una obviedad.

Por supuesto, hay una cosa que falta: la autenticidad.

El arte va sobre la propia expresión. Sería duro para mí decir que «Throw Me Out To Sea» es un auténtico acto de expresión propia porque… bueno… ¡se subcontrató a otras personas! Es inherente que no hay expresión propia al completo. Es Mirko-expresada, es Matt-expresada.

Demos un paso más allá con esta noción e imaginemos que en realidad no tenía habilidad musical alguna. ¿Qué pasa si contrato a un compositor y a un vocalista en Fiverr antes de todo el proceso, meramente actuando como un facilitador a lo largo del camino? ¿Pensaríais sobre mí entonces como un artista cuando la canción está completamente externalizada, cuando se ve que ahí no hay auto-expresión alguna?

Como resultado, muchos grandes músicos así como artistas, escritores y empresarios a veces comienzan haciendo todo ellos mismos, micro gestionando cada pequeño detalle para lograr su visión. Pero mientras desarrollan sus marcas, necesitan delegar y subcontratar a escala.

Andy Warhol contrató a un ejército de artistas para producir sus famosas impresiones en The Factory, Tom Clancy murió hace años pero varios escritores fantasma siguieron publicando nuevos libros bajo su nombre, Larry Page ya no escribe código para Google Search (de hecho escuché que Mark Zuckerberg sí que lo hace ocasionalmente en Facebook) y la super estrella, DJ Tiesto, se cree que es uno de los muchos DJs que utilizan productores fantasma en la industria.

No, ni siquiera The Bey compone su propia música.

Con el tiempo, los artistas se han vuelto como el marketing de los coches y gerentes de proyectos de los organismos de trabajo creados por otros —de la misma forma que yo he creado «Throw Me Out To Sea»—. De hecho, el proceso que yo hice no es, ciertamente, muy distinto de cómo mucha de la música profesional es creada a día de hoy.

Teniendo en cuenta esto, parece que la diferencia fundamental entre los buenos artistas y los grandes artistas es la habilidad de resistir la disolución de la autenticidad y expresarse uno mismo a través de colaboradores a lo largo de este proceso.

Pero por supuesto, los más grandes artistas pueden hacerlo todo desde sus iPhone.

Yo, de hecho, soy realmente un músico (a tiempo parcial), y me encantaría seguir en contacto si te ha gustado esta publicación. Puedes apoyar mi música en Patreon o escucharla gratuitamente en Soundcloud. Puedes escoger tu veneno en estos sitios también: Bandcamp, YouTube, Twitter, y, por supuesto, Medium.

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