Entre liquido y agua
Controlando todo lo que pasa a tu alrededor.
Ella se encontraba lista, con una pequeña maleta entre sus brazos y una chamarra que le cubría el cuello, resguardándola de la fría madrugada. Eran las 4am y sus pupilas no paraban de contemplar las hermosas cuevas y rocas formadas por millones de años de erosión. La habían citado a las 4 en punto para llevarla a admirar un paisaje cautivante sobre un globo aerostático en la ciudad de Capadoccia.
Llevaba varios meses planeando este momento y su corazón se aceleraba con cada segundo que pasaba, salió a la calle empredrada que comenzaba a iluminarse con los primeros rayos del alba. De pronto, esuchó una camioneta acercándose, sintió su cuerpo saboreando la vista del amanecer desde las alturas. Un hombre de pequeña estatura se acercó y con una mueca de tristeza le dijo en una mezcla entre inglés y turco: No flight today, cancelled, bad weather.
Sintió como si la tierra la absorbiera por instantes y una punzada que le apretaba los pulmones dejándola sin aire. El viaje se habia cancelado.
En ese momento ella tomó un trago amargo, respiró hondo y le regaló una sonrisa al hombre. Se dio media vuelta y se perdió en sus pensamientos. Por un segundo se vio tentada a maledecir al viento y al mundo, pero recordó una conversación con un anciano que le explicó una filosofía oriental. El hablaba sobre una técnica de artes marciales japonesa, llamada Aikido, que consiste en usar la energía de tu atracante a tu favor. Básicamente, implica hacer lo contrario a lo que nuestro cuerpo hace normalmente, que es aplicar una resistencia. Con esto logras usar el impulso y fuerza a tu favor y logras contrarestar los ataques al hacer que la energía se transmita solo pasando por tu cuerpo, sin retenerse. En ese momento ella se dió cuenta que esta vez el mundo le habia lanzado un gancho y decidió no aplicar resistencia, fluir y adaptarse a la circunstancia.
Tomó una taza de café y subió a la terraza a admirar un amanecer de varios colores que le robó el aliento.
Esbosó una sonrisa y aceptó lo que esta vez el universo le regalo, sin resistirse.
