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12 consejos a un joven que termina hoy su carrera

Cristina Juesas
Consejos de supervivencia
7 min readJul 29, 2015

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Enhorabuena. Acabas de terminar tu carrera. Ya eres un señor (o una señora) graduado (o graduada). No sabes qué hacer con tu vida o, quizá, sí que lo sabes. Te sientes poderoso y piensas que te vas a comer el mundo después de todo el esfuerzo que has hecho para formarte en aquello que más te gustaba.

Muchos hemos pasado por esas sensaciones. Aunque parezca que ha llovido mucho (y así ha sido), en realidad, el tiempo pasa tan deprisa que parece que fue ayer cuando yo misma terminé mis estudios, con muchos conocimientos debajo del brazo, muchas ilusiones y muchas ganas de ser “mayor”, emanciparme y hacer mi vida y muchas otras cosas que ahora no vienen al caso.

No sé qué reacción me hubiera generado leer algo como lo que vas a leer a continuación a tu edad. Quizá primero me hubiera mosqueado, porque yo también creía que era muy lista (y lo era), pero seguro que hubiera reflexionado, que es lo que se pretende, así que no me enrollo más y os dejo unos consejos para que empecéis con buen pie en vuestra vida profesional:

1. No lo sabes todo

Lamentablemente… o no… en la Universidad no te lo enseñan todo. La Uni es como la vida misma. Hay estudiantes sobresalientes, una minoría para ser francos, hay estudiantes del montón, la gran mayoría y hay estudiantes mediocres.
Aún en el caso de que pertenezcas a ese 10% sobresaliente, no lo sabes todo y, desde luego, sabes muy poco del mundo laboral. Si has hecho alguna práctica ya sabrás de lo que te hablo, pero desde luego una práctica no se parece en nada al mundo laboral. En una práctica no tienes responsabilidad. La responsabilidad recae directamente sobre tu jefe, que es responsable de enseñarte para que no la cagues más.

2. Ni te acercas a saberlo todo

Perdón por la insistencia… pero es que estoy ya muy cansada de escuchar que esta última hornada de recién graduados es la mejor formada de la historia del universo y luego la realidad es que dichos graduados no saben distinguir “eminencia” de “inminencia” o hablan inglés de aquella manera.
Hay muchos tipos de conocimiento en este mundo. Y jamás dejes de querer saber, de formarte, en lo tuyo, en lo que no es lo tuyo… porque, de hecho, ¿qué era lo tuyo, perdona?

3. Trabaja en lo que sea

¿Crees que un arquitecto no puede trabajar de algo que no sea “lo suyo”? ¿Y qué tal si trabaja en un parking y de paso aprende de diseño inteligente? El trabajo que sea no es para siempre… o sí… De gente que no trabaja “de lo suyo” está el mundo lleno. Y son grandísimos profesionales y no pasa nada.
¿Por qué no puede un biólogo trabajar como arquitecto de software o un físico como gestor en una compañía o un abogado como consultor de medios sociales? ¿Hay algún escrito que diga que no pueden, que no saben, que no son capaces o que no lo hacen bien?
A trabajar se aprende trabajando, del mismo modo que a investigar se aprende investigando y a planchar planchando.

4. La vocación son los padres

Salvo rarísimas excepciones, que haberlas haylas, cuando tienes 18 años no puedes saber cómo te vas a querer ganar el resto de tu vida. 4 o 5 años después, con unos estudios terminados, es muy probable que tampoco. Puedes tener una idea más o menos acertada de qué es lo que se hace en el mundo real en las profesiones para las que tu carrera te ha formado, pero, lo dicho: es una idea y es más o menos acertada.
¿Nace uno con vocación de copy creativo de agencia de publicidad? ¿Nace uno con vocación de abrir corazones en canal? ¿Nace uno con vocación de traducir simultáneamente en congresos?
No. La vocación se hace. Busca la tuya.

5. Observa

Una de las formas más inteligentes de aprender es observando cómo lo hacen los que mejor lo hacen. Distinguir un trabajo bien hecho de uno mal hecho es cuestión de práctica también, pero eso se aprende enseguida. Siempre hay alguien a tu alrededor de quien puedas aprender cosas: de unos aprenderás a tratar mejor a tus clientes / proveedores / compañeros…, de otros aprenderás trucos de informática, de otros a vestirte para la ocasión. Lo que vas a aprender en el entorno laboral no sólamente es útil para el trabajo sino para ¡la vida!

6. Sé Creativo

Alguna ventaja tiene que tener la juventud y la mente fresca y virgen. Es que aún tienes la creatividad a prueba de bomba (intenta, en la medida de lo posible, que siga así). ¿Ves procesos que no tienen sentido? ¿Podrías tú hacerlo mejor? Pues habla con tu jefe del tema. Procura no hacerlo el primer día, claro… Y no pasarte de sobrado. Si se están haciendo las cosas de determinada manera, aunque a ti te parezca absurdo, seguramente hay un por qué… o no, quién sabe…
Piensa en cuál es tu valor añadido en el trabajo. Si a ti te pagan un sueldo es porque a tu empresa le haces ganar más dinero que lo que ese sueldo representa.
Sé proactivo, además. No sólo se espera que lo seas, es que del hecho de serlo depende tu futuro… Propón cosas, preséntate voluntario, haz.

7. Tu jefe es imbécil

Bienvenido al mundo real. En el mundo laboral pasa exactamente lo mismo que en la Universidad y que ya vimos antes. El 10% de los empleados son brillantes, el 10% mediocres y, la mayoría, se mueven en la normalidad. Si tienes la suerte de que te toque un jefe que está en el 10% brillante, enhorabuena. No es lo habitual. Estadísticamente tienes más papeletas para que tu jefe sea normal, con sus cosillas, algunas buenas y otras, pues no tan buenas. Pero también puedes tener la mala suerte de que tu jefe sea un imbécil integral o un auténtico capullo. Insisto: bienvenido al mundo real.
Te tocará ser más listo que él. Te tocará tragarte algún sapo y alguna culebra y no pasa nada, que de todo se aprende, como estamos comprobando.

8. Aprende a tratar a la gente

Tengas la profesión que tengas, te tocará tratar con personas. En unos casos serán clientes o pacientes… en otros, serán compañeros de equipo o de proyecto. Tratar con personas implica un plus de educación y respeto que hay que trabajar. Las personas tenemos días buenos y malos. Tenemos problemas, enfermedades… cosas que pasan en la vida: unas más serias que otras, pero todas importantes para quien las padece. Y tú no tienes ni idea de si tu compañero de pradera tiene a su madre enferma y por eso no te saluda por la mañana en la máquina del café, igual es que no te ve porque ha pasado tres noches seguidas en el hospital y lleva sendos días sin dormir…

9. No te pases de chulo

El camino laboral es largo y puedes volver a encontrarte con cualquiera por ese camino y puede que necesites un favor. Sé cortés. Deja puertas abiertas. Da lo mejor de ti cada día y más pronto que tarde encontrarás recompensas.
Tienes que recordar que no eres el que más sabes y que, aunque lo seas, hay personas en la empresa que pueden más que tú y que tratarán de hundirte en la miseria (y lo harán) si les dejas en evidencia.
Además, no debes jamás jamás jamás (mantra) dejar un trabajo sin antes tener otro. Cuestiones de empleabilidad. La posibilidad de encontrar un trabajo teniendo trabajo es infinitamente mayor que si no lo tienes y te verás obligado a contestar preguntas que quizá no te convengan en una entrevista. ¿No te pagan lo suficiente, no te gusta el horario? Esperar al príncipe azul en casa no funciona. Si no estás en el baile, no llegará nunca el príncipe azul.

10. En la calle hace frío

¿Pensabas que todo el mundo tenía el mismo conocimiento que tú? ¡Uy, qué va! Hay gente que no sabe dónde está Albacete (espero que tú sí lo sepas, que eres graduado). Hay gente que piensa que Lombardía es una verdura… y que en Zaragoza está la Iglesia del Aseo… Hay gente para todo…
En tu empresa seguramente convivirás con personas que tengan un nivel de estudios similar al tuyo y también habrá personas que tengan estudios más básicos. Y tendrás que aprender a convivir y hacer proyectos con todos ellos, con los que no te irías ni a la vuelta de la esquina también… y sin mirarles por encima del hombro, claro.

11. Sigue formándote

¿Te suena lo del “long life learning”? Es un concepto que está muy de moda ahora, el aprendizaje a lo largo de la vida… Hoy trabajamos en cosas que hace 20 años no existían y a la velocidad que va el mundo, dentro de 10 años el número de profesiones que hoy no existen seguro que se multiplica. Cuando yo estudiaba no había internet… para que te hagas una idea. ¿Qué es lo que hoy no hay que habrá en 10 o 15 años?
Imagínate si te estancas en el hoy…

12. No llores

Entre otras cosas porque no es la actitud. No vas a ser CEO en tu primer trabajo so pena que seas la hija de Amancio Ortega o similares. Y tampoco pasa nada por no serlo. Tienes toooooda la vida por delante para serlo, si es que vales para ello. No todos servimos para liderar equipos. Hay gente que lo hace fenomenal y otros que mejor toman notas o animan las reuniones: tienes que encontrar tu lugar y no lo encontrarás a la primera.
Sigue formándote, muévete, haz cosas, emigra (o no), ¿has hecho todo lo que está en tu mano para conseguir tus objetivos? ¿Sí? ¿Estás seguro?

Ya sé que es un post viejuno y maternal que proviene de alguien que, en mis tiempos post-universitarios yo misma hubiera llamado carroza, como poco. Pero no lo es en absoluto. A los 42 años, una ya tiene 20 de experiencia laboral y por delante no menos de otro tanto… Ya sabe qué sabe hacer bien y qué no, aunque tampoco le hace ascos a los retos. Ya sabe qué le gusta hacer y qué no le gusta nada. Y lee, se forma, construye, organiza, escribe y se mueve porque le encanta, se enriquece y todo ello hace que su vida profesional y personal crezcan también.

Ojalá encuentres pronto tu camino, querido joven, pero, por favor, deja de quejarte y haz.

Firmado: una persona de 42 años que (también) las pasó putas en el inicio de su carrera profesional.

Publicado originalmente en unadocenade.com el 11 de febrero de 2013.

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Cristina Juesas
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