El amor a primera vista es una mentira

Evelyn Wittig
3 min readDec 10, 2014

Le miré y sentí este agudo dolor en el centro de mi pecho. Se hundió profundo entre mis pulmones, cultivando un anhelo incomparable hacia alguien a solo a unos pocos centímetros de mí.

Fue una sensación abrumadora, propagándose desde el centro de mi pecho palpitante hasta la revuelta boca de mi estómago. Sonrojó mis mejillas y me hizo cosquillas en la punta de mis dedos e hizo que respirar fuera difícil.

Yo le había visto probablemente mil veces antes de sentir esta sensación torpemente cómoda. Mil miradas de reojo y otras fijamente. Un millón de repasos coquetos y miradas sugestivas. Pero esta mirada — esta mirada espontánea y por casualidad — dolió.

Dolió y se curó, palpitó y se calmó y yo lo sabía, era el amor.

Ahí lo tienes, el amor a primera vista es una mentira.

No es un impulso instantáneo que hace vibrar la médula de tus huesos. No es una sorpresa que no puedes ver ni un interruptor que alguien pulsó. No viene sin previo aviso o golpea con todo a la vez.

El amor es lento y muy sufrido; lentamente cortejando su camino hasta el hoyo de tu pecho. Es en el hoyo de tu pecho que el amor se asienta, zigzagueando hacia adentro y hacia afuera de sí mismo con cada temor compartido, secreto susurrado e historia intercambiada. Va creciendo y creciendo hasta que es lo suficientemente sustancial como para que le prestemos atención. Crece hasta ser lo suficientemente pesado y sentimos su carga, como un plazo inminente que obliga a la acción.

El amor no es algo que puede ser causado por la vista. No, el amor es un sentimiento que trenzas con momentos que probablemente pasaste por alto y momentos que sabes que nunca olvidarás.

Cuando él te despide con un beso todas las mañanas, un hilo cruza el otro. Cuando ella te deja notas deseándote un gran día, otro hilo se entrelaza.

Cuando le das a él un trocito de tu vulnerabilidad, todo da vueltas. Cuando ella te corresponde, los lazos se atan y la cuerda se estira. El comienzo de una cuerda y el extremo de la otra se vuelven intercambiables. Muy pronto no puedes distinguir dónde termina una y comienza la siguiente.

Cuando compartes música, otra cuerda se aprieta. Lazos se desenredan para luego volverse a enredar mientras una bola desaliñada comienza a formarse. Empiezas a sentirlo crecer, empujando su camino hacia la superficie. Aprietas los dientes como si, en cualquier momento, se fuera a escapar más allá de tus labios para formar tres pequeñas palabras.

Y tú todavía no estás lista para eso.

Cuando presumes de él los hilos se retuercen. Un patrón entrecruzado y complicado forma enredos torcidos y retorcidos. Todo comienza y termina en un nudo gigante; pasado por alto en un principio y ahora peligrosamente cerca de ser tan importante que no recordarías un momento en el que no existiera.

Y luego comienza a quemar, como leña que arde al estar muy cerca de la llama. Tal vez estás muy cerca de él o él está muy cerca de tu corazón o estás muy cerca de un sentimiento alusivo. Todo lo que sabes es que quema, lento, constante, doloroso y deliciosamente.

Te quema de una manera que no quieres que termine.

Y en ese momento es cuando empiezas a sentir el dolor.

Esa radiación de mi pecho que da cosquillas en las puntas de mis dedos y sonroja mis mejillas era un nudo de amor. Entretejido sobre el tiempo y las circunstancias, imposible de desenredar sin causar un daño irreparable. Bueno o malo, siempre dejará una marca. Una que sólo el amor deja. Era aterrador y placentero, fortalecedor e incapacitante.

Lo miré y sabía que quedaba una sola cosa por hacer.

Respiré profundo y tomé dos cuerdas independientes y las halé. Y até más fuerte el nudo. Dolió, sanó, palpitó y se calmó y dije:

Esto es amor.

Si te gustó lo que acabas de leer, por favor dale al botón verde «Recomendar» en la parte de abajo para que otros se puedan topar con esta historia. Para más historias como ésta, desplázate hacia abajo y sigue la colección Human Parts.

Human Parts en Facebook y Twitter

Imagen por Monica Blatton

--

--

Evelyn Wittig

God, family, friends...music, books, traveling, writing, love translating Medium stories ....marketing, communication Thanks for reading! Gracias por leer :)