Test Instantáneo de Fascismo.

¿Qué quiere decir realmente este término? ¿Cómo se puede diagnosticar acertadamente? ¿Es usted facho?

Santiago Siri
Política * Internet

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Quién haya estado prestando atención a las redes sociales, habrá advertido que la expresión fascista ha ido creciendo drásticamente en menciones:

Para rastrear el origen de esta epidemia memética, hay que detectar el nodo con mayor grado de centralidad dentro de la red: la cuenta que tiene más influencia sobre el resto. En este caso es fácilmente identificable, se trata del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, @NicolasMaduro. Estos fueron todos los mensajes que tuiteo con la palabra fascista o fascismo durante el mes de Febrero:

“precisión y firmeza”
“Compatriotas al fascismo”
“violencia y locura”
“la Fuerza y la Mayoría […] del Amor”

Antes de esta ráfaga de tuits, el Presidente Maduro solamente había hecho referencia al fascismo una vez el 12 de Diciembre de 2013 y previo a eso el 3 de Noviembre. Queda claro que esto es parte de una estrategia discursiva basada en la repetición sistemática del término.

Por otro lado, los referentes de la oposición han desistido completamente de usar este calificativo. Desde Octubre que no hay ninguna referencia al fascismo en sus timelines. Adjunto sus últimos tuits al respecto:

Ley de Gödwin alert.
Tip: Notese como el llamado a la acción de poner “Hacer RT” genera más retuits que cualquier otra cosa.

Ahora, políticamente hablando Nicolás Maduro indudablemente esta semana le hizo un gran regalo a Leopoldo Lopez. Siendo prácticamente un desconocido fuera de Venezuela, su detención (bajo el marco de una honrosa entrega voluntaria) generó un impacto mediático que lo catapultó como referente de la noche a la mañana en todo el mundo.

La imagen es icónica por donde se la mire: Lopez no escatimó detalle y fue a su detención con 3 flores en su brazo izquierdo y una bandera, listo para esa foto. La imagen fue portada de todos los diarios. Y su consolidación, termina por fraccionar al anti-chavismo en 2 líderes en lugar de concentrar todo en quien otrora fuera el gran candidato, Henrique Capriles.

Leopoldo Lopez en tapa de todos los diarios de hispanoamérica.

Pero lo profundamente trágico de la política extremista, es que saca de adentro los atributos más patéticos y anti-democraticos en cada uno de nosotros. Ese famoso enano fascista que llevamos dentro. Un notable ejemplo de esto brotó en Twitter:

Lo más interesante del tuit es la sumisión a la que hace referencia D’Elia. Para el fascista, ser librepensador es una imposibilidad: siempre hay un poder que lo somete. Una persona como @Luis_Delia no subestima al pueblo realmente, se subestima a sí mismo.

¿Pero qué es el fascismo?

Por su proximidad cultural, geográfica e histórica, pretender analizar si en Venezuela hay un régimen fascista es una imposibilidad. “¿Acaso que sabe el pez del agua?”. Lo prudente es abstraerse y partir desde una mirada compartida sobre el tema.

Lo cierto es que han existido fascismos de izquierda, de derecha, elegidos democráticamente, a fuerza de golpes de estado o trágica consecuencia de guerras invasoras o civiles. Ninguno de los ejes cartesianos tradicionales de la política sirven para diagnosticar al fascismo. No es una función sino mas bien un atributo. Dada la connotación peyorativa del término, lo mejor es enmarcarlo en un código moral que provenga de la misma raíz que dio fruto a todas las ideologías modernas: la religión. Y desde un punto de vista cristiano, el fascismo parece ser:

  1. Lujuria: Supremacía militar. Armamentismo, inteligencia y espionaje.
  2. Pereza: Atentar contra la intelectualidad y generar dependencia.
  3. Gula: “Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado”
  4. Ira: Un enemigo permanente a quien poder echar todas las culpas.
  5. Envidia: Nacionalismo exacerbado y resentimiento con lo extranjero.
  6. Avaricia: Corrupción, capitalismo de amigos, elecciones fraudulentas.
  7. Soberbia: Control de los medios de comunicación y propaganda.

Al final del día, con fascismo el único que pierde es el pueblo. El fascismo es escencialmente terror a la diferencia. Y cualquier intento de justificar una represión con ideología no es más que complicidad con la barbarie. Para descubrir si es fascista, quizás alcance con hacerse una pregunta:

¿El fin justifica los medios?

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