33 cosas que hay que comer, beber, ver y hacer antes de que el cambio climático lo arruine todo

Víctor R. Hernández
14 min readApr 20, 2015

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Ilustraciones de Kurt McRobert
Foto-ilustraciones de Richard Petrucci

Eres el tipo de persona que disfruta pasear por malecones que estén por encima del nivel del agua. No tienes alergias. Te gusta el invierno. Quieres que tu champán venga de la región francesa de Champagne y no de algún rincón poco romántico de Inglaterra cientos de kilómetros hacia el norte. Te gusta el pastel de cereza. Te gustan las ostras. Comes pescado. No comes medusas. Eres el tipo de persona, entonces, que necesita el manual de Matter para un planeta en llamas, un compendio de hallazgos científicos reales que examinan la forma en que el mundo puede cambiar en los próximos cincuenta años y después. Piensa en esto como tu guía para la buena vida antes que el cambio climático la derrita.

1.

Los árboles de Josué

¿Habrá sido una mala idea ponerle a un parque nacional el nombre de un árbol que no soporta el calor? En retrospectiva, sí. Los árboles de Josué del «Parque Nacional Árboles de Josué» necesitan períodos de bajas temperaturas para florecer. Los árboles jóvenes ya son escasos en el parque. Los árboles más viejos están empezando a encorvarse. Para el 2065 se sugiere rebautizarlo como «Anexo al Valle de la Muerte».

2.

Un urólogo

Ejem, es incómodo hablar de esto, pero las décadas venideras auguran una impresionante expansión del «cinturón de cálculos renales» de Estados Unidos, una banda de estados del sur donde la prevalencia de la deshidratación — y por tanto de los cálculos renales — es marcadamente más alta. (Sí, el cinturón existe. Y sí, así le dicen. Y sí, eso también es incómodo.) Hoy en día el cinturón cubre aproximadamente al 40 por ciento de la población estadounidense. Los estudios sugieren que el número será del 56 por ciento para 2050, y 70 por ciento en 2095. Con más polen en el aire debido al cambio climático, todo el mundo está preocupado por las alergias. Pero tú centra tu atención donde debe estar. El sentido común sugiere que el mejor momento para asegurar a un urólogo de clase mundial es ahora.

3.

El puerto espacial favorito de los Estados Unidos

El Centro Espacial Kennedy, el lugar de lanzamiento para las misiones Apolo y todos los demás vuelos espaciales tripulados de los últimos 45 años, está en un peligro de extinción tan alto como el resto del programa espacial de los Estados Unidos. La popular atracción turística se encuentra a la orilla del agua en Cabo Cañaveral. Elevación: entre dos y tres metros sobre el nivel del mar actual, en la zona que peligra conforme los océanos se expandan en los próximos 45 años. Otros puestos de avanzada de la NASA están igual de amenazados. «Retirarse es la camino a seguir», dice un miembro del equipo de impactos climáticos de la NASA en el Centro de Investigación Langley, en Virginia.

4.

Las cerezas

Piensa, por ejemplo, en las que encuentras en tu tarta de cereza favorita. El ochenta por ciento de las todas cerezas ácidas provienen de un área de cinco condados en Michigan, toda la cual se ve amenazada. Así que si la campaña anti-cambio climático «Salvemos las cerezas», que se inició en julio en el Festival Nacional de la Cereza, se va a pique, tendrás que hacerte a la idea de que habrá florecimientos tardíos, cosechas de cereza impredecibles y puestos de frutas vacíos, como ocurrió en 2012, cuando un ciclo anormal de congelamiento y descongelamiento diezmó los cultivos del estado.

5.

A lo que sea que va la gente a Las Vegas

Siete estados de los Estados Unidos y dos de México comparten las aguas del río Colorado, que ya no da de sí, y la cuota legal de Nevada es la más pequeña de todas: menos del dos por ciento del caudal. Si la actual sequía sigue disminuyendo el Lago Mead, el embalse en el Colorado que mantiene viva a Las Vegas, el agua de la Ciudad del Pecado podría desaparecer antes de que Britney lo haga. (Ella tendrá 67 para entonces y estará en la fase «Dolly Parton» de su temporada en Las Vegas.)

6.

El porno para los fanáticos de
las ruinas que es la Vieja Habana

El Chevy del 57, coche no oficial de Cuba, pesa casi una tonelada y media. No flota. Tampoco, por desgracia, lo hará el hermoso y derruido centro colonial de La Habana, algunas de cuyas partes están apenas dos metros sobre el nivel del mar.

7.

El concurso de comer perritos calientes

O al menos el lugar donde sucede. Coney Island, el parque de atracciones, junto a un malecón y una playa, más famoso de los Estados Unidos a duras penas sobrevivió el Huracán Sandy en 2012. Las malas noticias: para 2100, tormentas como ésa y el huracán Katrina podrían pegar en la costa este y la del Golfo de los Estados Unidos cada par de años.

8.

Las ostras. ¡Maldita sea! ¿Las ostras?

Sí, es una pena. Más calor en el agua puede significar mariscos tóxicos. La causa más común de enfermedades estomacales relacionadas con mariscos, la bacteria Vibrio parahaemolyticus, es de lo más virulenta en el noroeste del Pacífico. Pero las autoridades de salud en la costa este de los EE UU y del norte de España recientemente se llevaron una sorpresa cuando dos de las peores cepas aparecieron en el Océano Atlántico.

9.

El Polo Norte

Así se están poniendo las cosas en el Polo Norte: para llegar al punto exacto del polo, dos submarinos gemelos rusos se sumergieron a más de 4 mil metros para plantar una bandera. Bajo el agua. La capa de hielo flotante del Ártico se redujo a un mínimo récord de 3,4 millones de kilómetros cuadrados en el verano de 2012, la mitad de su tamaño estival en la década de 1980.

10.

Los caminos de hielo de Groenlandia

Los taxis de hielo — en algunos casos todoterrenos ligeros de la Ford—han sido la forma más barata y rápida de viajar de pueblo en pueblo a través de los fiordos helados en algunas partes del oeste de Groenlandia. Los recientes inviernos cálidos han adelgazado las capas de hielo de los fiordos (suficientemente fuertes para un coche pequeño, tal vez) y les han dejado a los habitantes y turistas una sola alternativa: contratar un helicóptero o quedarse en casa.

11.

Pescado que no sepa a chicle

Algunas especies importantes de peces de agua fría, incluyendo el bacalao, el abadejo y el salmón del Atlántico, se enfrentan la amenaza creciente de que sus poblaciones se colapsen conforme los océanos se calienten. Los estudios sugieren una solución radical: comer medusas a montones, pues prosperarán en nuestro nuevo clima.

12.

El café. ¡Mierda! ¿¡El café!?

Un aumento de dos grados Celsius en la temperatura de las regiones cafetaleras de Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Honduras y México, junto con el previsto descenso del cinco al diez por ciento de la precipitación, podría llevar a una disminución de casi 40 por ciento de la tierra apropiada para cultivar café en esos países. ¡Sale un latte de 10 dólares!

(Stan Shebs/Wikimedia Commons)

13.

El canal de Panamá

Esta maravilla de la ingeniería depende del agua dulce proveniente del Río Chagres para operar sus esclusas — 200 millones de litros por pasaje — y peligra debido a cambios bruscos en la precipitación. Además, el cambio climático está creando un competidor: que los barcos escojan al Ártico sin hielo en lugar del Canal de Panamá podría ahorrar semanas de tiempo en tránsito y cientos de miles de dólares.

14.

El glaciar favorito de Perú

Un lugar cumbre en América del Sur para que los turistas y los niños de las escuelas vean hielo de glaciar está pasando por una crisis de identidad. El glaciar Pastoruri se ha encogido a la mitad y se ha alejado del borde del camino, y está soltando pedazos de forma tan impredecible que ya ha sido cerrado al público, pues se corría el riesgo de ser aplastados. Las autoridades de turismo de Perú ya tiene un plan B. En la nueva Ruta del Cambio Climático, el tour en autobús te lleva a donde el glaciar ha desaparecido.

(MattysFlicks/Flickr)

15.

Cocaína de la buena

Mientras que a los adictos a la heroína les va a ir bien — de acuerdo con un estudio, las plantas de amapola prosperarán en el clima que viene — , los adictos a la coca tienen razones para sufrir escalofríos. La deforestación por las plantaciones ilícitas de coca en Colombia son un agente significativo del cambio climático, y por tanto un blanco en la guerra contra el calentamiento. Lo que es peor, investigaciones de hace 100 años sugieren que la concentración del ingrediente activo de la planta, un alcaloide, puede reducirse conforme la temperatura aumente.

16.

Los moái de la Isla de Pascua

La mayoría de los centinelas del Parque Nacional Rapa Nui, un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, están peligrosamente cerca del borde del agua. Por el lado bueno, las aguas impolutas son cristalinas: perfectas para sumergirse y hacer esnórkel cuando las estatuas se hundan bajo el mar. ¡Cuidado con las medusas!

(United States Department of Energy/Wikimedia Commons)

17.

El campo de bombardeo más hermoso de todos

Casi 70 años después de que los Estados Unidos comenzaran una serie de devastadoras detonaciones nucleares de prueba en las Islas Marshall, las 23 islas de poca altitud que conforman el atolón de Bikini siguen siendo inhabitables. Ahora, este mundo que emite carbono está conspirando para que se queden así. Las Islas Marshall son uno de los países más amenazados por el aumento del nivel del mar.

18.

La Casa de la Ópera de Sydney

El icónico edificio de 800 millones de dólares está en el borde de un puerto natural de 28 kilómetros cuadrados. Fotogénico: sí. Duradero: no.

(Dylan Bainst-Bliss/Flickr)

19.

La Gran Barrera de Coral… sin morir de una terrible enfermedad

Las buenas noticias es que todavía podrás visitar la Gran Barrera de Coral, incluso contando que las temperaturas oceánicas más cálidas apresuren la muerte del coral. Las malas: si pones un pie fuera del agua, te podría dar dengue. (Esa enfermedad, transmitida por mosquitos, expande dramáticamente su campo de contagio al calentarse Australia.)

20.

Esa parte de Australia de
donde viene la comida

La sequía en la Cuenca Murray-Darling, el granero de Australia, se está haciendo tan normal que la gente ha comenzado a usar el término «sequedad» para insinuar permanencia. Junto a los precios de la leche local, los precios globales del arroz ya están resintiendo la presión.

21.

Esquiar en Corea del Norte

Hay algunas razones por las que la nueva área de esquí del dictador Kim Jong Un, Masik Pass, es una mala idea (una pista: no es por las líneas de subida), y el cambio climático parece ser una de ellas. A diferencia de Whistler y otros centros turísticos grandes en Europa y América del Norte, que están mudando poco a poco sus instalaciones hacia lugares más altos, Massik Pass no tiene a dónde ir cuando las temperaturas aumenten de súbito.

(Narinder Nanu/AFP/Getty Images)

22.

Un homenaje helado a Lord Shiva

La Amarnath Yatra, una importante ruta de peregrinaje en el Himalaya indio, lleva hasta un lingam helado — una cascada congelada en forma fálica — en una cueva apartada. En años recientes, tal vez con la ayuda del calor corporal combinado de la aglomeración de los visitantes, el santuario se está derritiendo hasta diez días antes del final oficial de la peregrinación.

23.

Que no te coman los tigres de Bengala

El gato más grande del sur de Asia está dando una de sus últimas batallas en los 1,4 mil kilómetros cuadrados del Sundarban, uno de los manglares más grandes del mundo, que se comparte entre India y Bangladesh en la desembocadura del Río Ganges. Muchas de sus islas de baja altitud se meterán al mar hacia el 2100. Visítala mientras tanto… o no. Expulsados de su hábitat, últimamente se ha visto a los tigres merodeando por las aldeas cercanas y comiendo gente.

(Frank Lukasseck/Getty Images)

24.

La Venecia de Oriente

Suzhóu, China, es una serie de canales, pagodas, puentes de piedra y jardines exuberantes cercana a Shanghái, y la aflige el mismo problema que a la Venecia de Occidente. Su atracción principal, el agua, puede anegarla antes de que se acabe el siglo.

(Eitan Simanor/Robert Harding/AP)

25.

El Memorial de la Paz de Hiroshima

Como el atolón de Bikini, este inquietante recordatorio del violento poder de las armas nucleares está tan cerca de la creciente del océano que podría terminar recordándonos otra cosa: la lenta violencia de las emisiones de carbono.

(Corbis)

26.

Aquellas islas en Dubái con la forma
del planeta

La construcción de «The World [El mundo]», un exclusivo archipiélago de 300 islas artificiales, se detuvo en seco en 2009 tras la crisis financiera. Ahora parece que se ha reanudado. Si se termina para mediados de este siglo, llegará justo a tiempo para que la creciente de los mares lo engulla. El proyecto más reciente del gobernante de Dubái, Sheik Mohammed bin Rashid al-Maktoum — una ciudad de clima controlado bajo un domo, que se extenderá más de 7 kilómetros en el desierto — podría soportar mejor el cambio. Su ingenioso nombre: «Mall of the World [Centro Comercial del Mundo]».

27.

La fuente del Nilo

El monte Kilimanjaro tiene la capa de hielo encogida más famosa, pero el apresurado derretimiento de las Montañas de la Luna, o Ruwenzori, localizadas entre Uganda y la República Democrática del Congo, será más devastador. Como lo notó el geógrafo Claudio Ptolomeo en 150 A.C., las montañas son «la fuente nevada» del Nilo, el río que constituye una línea de vida para buena parte del norte de África, especialmente para el intranquilo Egipto y para Sudán del Sur. Los glaciares de Ruwenzori cubrían 7 kilómetros cuadrados hace más de un siglo, pero menos de 1 kilómetro cuadrado a partir del año pasado.

28.

El chocolate. Mmmm… chocolate… A ver, ¿cómo?

Las proyecciones de las disminuciones abruptas en la producción de maíz, sorgo y otros alimentos básicos auguran una crisis alimentaria para algunas partes del África sub-sahariana. Pero esto es lo que probablemente llamará la atención de todo el mundo: los estudios sugieren que la producción de cacao comenzará a disminuir en Ghana y Costa de Marfil, la fuente de la mitad del chocolate en el mundo, para 2030.

(Philip Lee Harvey/Cultura RM/Getty Images)

29.

El sitio arqueológico de Cártago

Las ruinas costeras a lo largo del Mediterráneo y el mundo están amenazadas por el aumento del nivel del mar. El hundimiento de Cártago, la ciudad fenicia de 3.000 años de antigüedad, localizada en Túnez y alguna vez el centro de un imperio próspero que fue fundado cerca del lugar que vio nacer a la Primavera Árabe, sería una metáfora innecesaria.

30.

Los vuelos baratos a París

Culpa a la consolidación, culpa al aeropuerto de Londres-Heathrow, culpa al Euro y ahora culpa al cambio climático por la desaparición de las ofertas de tarifas aéreas a Europa. La parte que le toca al clima: se espera que el calentamiento incremente considerablemente la turbulencia del aire sobre el Atlántico Norte, lo cual incrementará los tiempos de viaje, el consumo de combustible y, por tanto, los precios. Justo en el momento cuando necesitas las comodidades de la primera clase para ignorar las sacudidas, es cuando no puedes pagarlas.

31.

La torre inclinada de Pisa

Esta atracción sacada de balance podría estar ganando su batalla contra la gravedad, pero tiene otra fuerza de la naturaleza en el horizonte: la erosión por las olas. La torre y el sitio circundante de Piazza del Duomo, protegido por la UNESCO, se sitúan en una elevación de apenas metro y medio sobre el nivel del mar.

32.

La observación de aves en Escocia
(¡sí, esto es algo que hace la gente!)

A las puertas de un voto histórico por la independencia [en 2014], Escocía debatía la necesidad de una nueva ave nacional. Mal momento. Para 2100, se espera que las especies de aves de las islas británicas migren hacia el norte un promedio de 550 kilómetros para vencer el calor, y las especies clave de Escocia — piquituertos, págalos, petreles, negrones — no podrán ir hacia otro lugar más que la extinción.

«Saludos desde Suiza». «Digo, Italia». «¡No, esperen, Suiza!»

33.

La línea imaginaria que
divide Suiza de Italia

Cerca de la cumbre del Monte Cervino en los Alpes, el derretimiento de los glaciares está causando un dilema geográfico. La frontera, establecida en las crestas de un hielo que ya dejó de existir, ha desaparecido. En 2009, Suiza e Italia resolvieron la primera de estas potenciales disputas de frontera a través de la acción parlamentaria, trazando una nueva línea 90 metros más arriba. No se dispararon armas.

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