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Ser empleado en Perfeccionismo S.A.

Qué esperar cuando se hacen negocios con el perfeccionismo.

IdeasDeNiti ∞
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3 min readNov 19, 2014

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El perfeccionismo te pide algo. Tú lo haces.

El perfeccionismo te pide más. Tú lo haces, y esperas el día de pago.

El perfeccionismo te pide aún más, aunque ya ha pasado el día de pago, te promete que te pagará. Tú das aún más para demostrar que eres digno de ello.

El perfeccionismo te pide mucho más, con horas extra y promete que te pagará por todo tu tiempo, pero quiere solo un poco más, para que pruebes que eres serio con tu trabajo. Tú das más, porque ese va a ser un gran cheque.

El perfeccionismo te llama a su oficina y comienza a hacerte sentir mal por no haber hecho horas extra. Te da un ejemplo de cómo pudiste haber hecho más, pero no aprovechaste la oportunidad. Recita los valores centrales de la compañía. Y te dice como la excelencia y perfección son mejores que obtener pequeñas recompensas por tu tiempo. Y piensas que tal vez, si das lo mejor de ti, entre todos los demás empleados, a ti te lo van a recompensar en grande.

El perfeccionismo te encuentra en tu automóvil en el estacionamiento de la compañía luego de un día particularmente largo y te pregunta a dónde vas. Te reprende por ni siquiera pensar en trabajar durante la noche. Te demanda más, y te critica por no encontrar la forma de trabajar horas extra. Te pregunta si realmente eres serio sobre tu trabajo. Pregunta si te has dado cuenta de la excelencia y perfección del proyecto en el que estás trabajando y te menosprecia porque preguntas por tu pago de la semana anterior. Instala un aparato de rastreo para monitorear tus aportes. Te sientes ignorante por no darte cuenta de la grandeza y perfección del proyecto. Te das cuenta que pudiste haber dado más. No quieres que este privilegio te pase de largo.

Das 3 días seguidos. Renuncias a volver a casa. Renuncias a dormir.

Te vuelves paranoico porque tienes que ir al baño.

Escuchas agua. Abres los ojos. Solo uno lo hace. Ves el azulejo del baño y sangre. El agua de la llave corriendo.

El perfeccionismo coloca una bota sobre tu rostro. La empuja lentamente y habla. ¿Cómo te atreves? Te dice. ¡Por Dios! Ni siquiera estás dispuesto a soportar una pequeña humillación. ¿Orinarte en los pantalones no era una opción? Te pregunta que estás dispuesto a sacrificar. Cualquiera puede dejar de dormir. Comienza a recitar los valores de la compañía. Ajusta la posición de la bota y te dice que tú también los digas. Perfección o muerte. Más fuerte, te dice. Perfección o muerte. No pares, te dice. Perfección o muerte. Y tú tienes miedo de dejar de decirlo. El perfeccionamiento se burla de ti. Escupes el mantra. Te dice cuan estúpidas son tus ideas. Te pregunta si es que quieres la posición de conserje que acaba de quedar libre. Te dice que va a necesitar más de ti…

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