Finalista de Mars One explica cómo la organización está estafando a sus seguidores

No hay dinero, proceso ni explicación: Un iniciado habla sobre un proyecto con fallas irremediables.

Constanza Sturm
6 min readMar 23, 2015

Por Elmo Keep

Cuando Joseph se inscribió en Mars One — el inflado viaje sin retorno a colonizar el planeta rojo, impulsado por una organización holandesa sin ánimo de lucro — no pensó mucho al respecto. El ex investigador de la NASA dice que nunca tomó en serio la postulación; simplemente estaba ingresando por curiosidad, con la esperanza de generar atención pública sobre la ciencia espacial.

Pero con el tiempo Joseph — que es en realidad el Dr. Joseph Roche, profesor asistente en la Escuela de Trinity College de Educación en Dublín, con un Ph.D. en Física y Astrofísica — se encontró dentro del grupo de 100 candidatos finalistas, todos dispuestos a emprender el teórico viaje. Fue entonces cuando empezó a hablar conmigo sobre los grandes problemas que estaba viendo en Mars One.

Fue difícil para él romper su silencio, pero fue estimulado a hablar por la cobertura noticiosa poco crítica. Muchas de las suposiciones básicas del proyecto siguen sin ser cuestionadas. Entre lo más indignante, muchos medios siguen indicando que Mars One recibió postulaciones de 200 mil personas, que estarían felices de morir en otro planeta — cuando el número real que recibió fue 2.761.

A medida que Roche observaba el proceso desde una perspectiva interna, sus preocupaciones aumentaban. La principal entre ellas: algunos competidores que encabezaban la lista habían comprado su posición, y están siendo impulsados a «donar» cualquier pago por aparecer a Mars One — lo que le pareció muy extraño, para un grupo que requiere miles de millones de dólares para completar su objetivo.

«Cuando te unes a la “Comunidad Mars One”, algo que sucede automáticamente si te registraste como candidato, comienzan a darte puntos», me explicó Roche vía e-mail. «Obtienes puntos por pasar cada ronda del proceso de selección (pero es un número arbitrario de puntos, no tiene relación con ranking) y luego la única forma de conseguir más puntos es comprando merchandise de Mars One o donándoles dinero».

Dr. Joseph Roche

Los «miembros de la comunidad» pueden canjear puntos comprando mercancía como camisetas, buzos y posters, o también entregando regalos y donaciones: el grupo también pide inversiones mayores de parte de sus seguidores. Otros han sido impulsados a ayudar al grupo a obtener beneficios financieros de las ráfagas de interés mediático. En febrero, los finalistas recibieron una lista de «consejos y trucos» para lidiar con los requerimientos de prensa, que incluía esto: «Si te ofrecen un pago por una entrevista, siéntete libre de aceptarlo. Pedimos amablemente que dones 75% de tus ganancias a Mars One».

El resultado, dice Roche, es que los prospectos de alto perfil — incluyendo aquellos en la lista de los «Top 10 esperanzados» publicada el mes pasado en The Guardian — son, en realidad, simplemente las personas que han generado más dinero a Mars One. Una vocera confirmó vía e-mail que las posiciones están «basadas en los puntos de seguidor que nuestra comunidad puede ganar», pero afirmó que «este número de puntos no está relacionado con nuestro proceso de selección».

Como Roche me dijo también, ese proceso secreto de selección está irremediable y peligrosamente defectuoso.

«No he conocido a nadie de Mars One en persona», dijo. «Al principio dijeron que iba a haber entrevistas regionales… íbamos a viajar allá, ser entrevistados, nos harían pruebas por varios días, y en mi mente eso sonaba al menos como algo que se acercaba al proceso legítimo de selección de astronautas».

«Pero entonces nos hicieron firmar un acuerdo de confidencialidad si queríamos ser entrevistados, y luego de pronto pasó de ser una entrevista regional como corresponde por varios días, a una llamada de 10 minutos por Skype».

El proceso de selección de Mars One, a la fecha, ha requerido a los candidatos completar un cuestionario, subir un video al sitio web del proyecto y hacerse un examen médico con el doctor local de cada candidato (que debían organizar ellos mismos). Roche afirmó que después tuvo una breve conversación por Skype con el médico jefe de Mars One, Norbert Kraft, durante la cual se le preguntó respecto a literatura sobre Marte y la misión, material que había sido entregado a todos los postulantes por la organización. Pruebas psicológicas o psicométricas rigurosas no fueron parte de la evaluación. Los candidatos tuvieron un mes para aprenderse el material antes de la entrevista.

Los métodos de prueba de Mars One están muy por debajo de los exigentes requerimientos para astronautas de la NASA, en particular en el caso de quien estuviera entrenando para ser comandante de misión, el individuo que tendría que pilotar la nave teórica a Marte. En la NASA se requiere que los comandantes registren 1.000 horas de vuelo en jet para siquiera ser considerados como candidatos en entrenamiento para vuelo espacial.

A los participantes se les dijo que no tenían permiso para grabar la entrevista o tomar notas. Hoy, Roche dice, todavía no ha tenido una reunión en persona con nadie relacionado a Mars One, y no sabe si algún candidato ha sido entrevistado en persona para evaluar su idoneidad para ser enviado a una misión sin retorno, para siempre, al espacio profundo.

«Eso significa que toda la información que han recolectado sobre mí es un video basura que hice, un formulario de inscripción que llené en su mayoría con respuestas de una palabra… y luego una entrevista de 10 minutos por Skype», dijo Roche. «Esa no es suficiente información para hacer un juicio sobre alguien sobre cualquier cosa».

Muchos otros problemas del proyecto fueron explorados en profundidad en la historia de Matter que escribí en noviembre. Casi todos — como el pequeño número de postulantes — siguen siendo ignorados por los medios.

Pero algunas grietas están emergiendo ahora. Reportes aparecieron señalando que el contrato con la compañía de producción de TV Endemol — que según Mars One podía atraer hasta 6.000 millones de dólares en ingresos — no seguía en pie y que las compañías habían seguido caminos separados. Y el mes pasado, el físico teórico ganador del nobel, Gerard’t Hooft — anteriormente listado como «consejero» del proyecto — puso como plazo realista para una misión tripulada a Marte 100 años a partir de hoy, no 10.

La organización no respondió a reiteradas solicitudes de comentario.

Así están los hechos como los entendemos: Mars One casi no tiene dinero. Mars One no tiene contratos con proveedores aeroespaciales privados que estén construyendo tecnología para misiones futuras en el espacio profundo. Mars One no tiene un socio para producción de TV. Mars One no tiene inversiones públicas conocidas con marcas grandes. Mars One no tiene planes para crear una instalación de entrenamiento donde sus candidatos se preparen. Los candidatos a Mars One han sido evaluados por una sola persona, a través de una entrevista de 10 minutos vía Skype.

«Mi pesadilla sobre esto es que las personas sigan apoyándolo y dándole dinero y atención, y que llegue al punto donde inevitablemente se desmorone», dice Roche. Si, como resultado, «las personas pierden fe en la NASA e incluso posiblemente en los científicos, eso es el opuesto absoluto de lo que soy yo. Si de alguna forma yo estuviera ligado a algo que pudiese hacer daño a la percepción pública de la ciencia, ese es mi escenario de pesadilla».

Ilustraciones por Josh Cochran, del artículo original de Matter sobre Mars One. Fotografías por Nick Bradshaw (encabezado) y Ruza Leko; cortesía de Joseph Roche.

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