Malasaña 32. Terror que te amo tanto.

Csaba Herke
Sitio Leedor
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10 min readFeb 8, 2021

España se ganó por motus propio un lugar en el cielo del terror con Tesis de Amenábar (Alejandro Amenábar,1995, Esp.) filmada durante los estudios del director en la Universidad Complutense de Madrid. Entre sus valores más destacados, está el haberle dado entidad al mito urbano del Snuff, (acá algunos van a discutir que no es un mito, para eso están) amplificando la temática de los films británicos Peeping Tom (Michel Powell,1960, UK)y de Hardcore (Paul Schrader, 1960, UK). En 1999 “colgado” del éxito de Tesis, Schumacher filma 8mm (Schumacher,1999, EEUU)

Sin embargo, Amenábar no inventó el género ni se quedó para cultivarlo. Dentro del cine Ibérico se encontraban ya, verdaderos grandes: el nombre de Alex de la Iglesia está ya instalado entre los cultores del género con títulos como Acción mutante (1993, Esp.) o El día de la bestia (1995, Esp) , es interesante destacar aquí, que casi de la misma generación son la dupla de mexicanos Del Toro y Cuarón, con quienes guarda ciertas similitudes y cuyos tránsitos por el cine se asemejan también al de Neozelandés Peter Jackson. Desde el cine experimental casero primero y de estudiante después, construyeron un universo de fuerte sentido autoral, la cual le da forma y substancia a toda su obra.

Pero, y siempre hay un pero, un director, hermano del matemático y epistemólogo Gregorio klimovsky (Arg, 1922- 2009) León Klimovsky (Arg.1906-Esp.1996) es el que se considera el padre natural de la criatura, el gestor del género, con “La noche de Walpurgis” (1971, Esp.) film considerado la piedra angular del cine de terror español, inaugura el llamado “boom” del cine de terror español.

En España estos filmes caminan entre la “explotation” y la clase B, y se abren camino con su condición plebeya y periférica, lo que le permite a sus cultores hablar de sexo, família y política durante los años de terror y censura franquista.

Y me viene a la memoria aquí, el cine franquista con títulos que en un gesto algo gracioso podrían llamarse realmente “de terror”: Adiós cigüeña Adiós de Manuel Summers, (1971, Esp) terror no porque se inscriba necesariamente en el género, sino por su alcance, por su significado oscuro, porque quiso que funcionara, y de hecho lo hizo, como propagada de aparente tolerancia franquista, aparente solamente porque debajo de la mascarada se dejaba ver los valores católicos. Si tenía un barniz moderno, sin embargo, apelaba a los más retrógrados valores sociales (el hombre, la mujer, el hijo como resultado necesario de amor).

En este sentido, es interesante destacar, que los sucesos de Malasaña 32 se dan durante el año 1976, cuando el entonces Rey Juan Carlos I le pide la dimisión a Aria Navarro dando empuje a la llamada transición que comienza con la muerte del dictador Franco en el año 1975, y durante el cual se desata la violencia del ETA y la del GRAPO.

Sin entrar en estos detalles, la fortaleza del film es soslayar que los autores no son ajenos a estos temas. A la manera de una masa de hojaldre, o un Dobosz, una torta Rojel (para ser multiculturales). Suma capas de sentido no sólo en los primeros minutos, entre números, música y planos cortos van apareciendo autores y películas que dan cuenta meticulosa de tiempo y espacio.

Aún impregnada de la subjetividad de la época, -la hipoteca y el posible deshausio- siempre muestra a donde aspiran a inscribir los autores su obra. Aunque por momentos adolezca de cierta racionalidad, expresada algunas veces en la continuidad, otras en un sinsentido argumental, pero por cierto siempre visualmente efectivo, falla al querer apurar los tiempos entre los momentos de un bueno y logrado terror. Me atrevo a adjudicar este problema, a que, gracias al streaming, las narraciones se pudieron extender a la manera de las novelas del siglo XIX, resultando en una forma de contar que permite sostener largas descripciones tanto centrales como conectivas, tanto descripción acciones, como de espacios pero con una disparidad de tiempos narrativos privados por la cruza aún novedosa entre serie y film. La diferencia que hay entre cuento y novela, entre serie y película, es lo que aparece últimamente cruzarce provocando una suerte de camino irregular de tiempos no homogéneos, un poco lo que Carpentié cultivaba tan bien en sus novelas, tiempos de trancición que ocupan más espacio que los centrales.

Es curiosa la mente y los recuerdos de cómo conecta los datos, cuando escribí la nota, frente a mí todo el tiempo estuvo el 32, sin embargo escribí la misma, convencido de que el número de referencia era el 36, debido a que 1936 es el año que comienza la Guerra Civil (17 de julio 1936–1 de abril de 1939) lo increíble de la mente es cómo ajusta lo que vé ¿vemos lo que vemos? parte del film trata de esto: el vidrio traslucido verde, que deja ver algo que de otra manera no se podría ver; es que sin darme cuenta, 1932 es la fecha que, con el 37,27% el NASDP, partido nacionalsocialista obrero alemán (partido nazi) logró ubicarse como primer fuerza política, sin el cual en el año 1936 no hubiese podido Francisco Franco asaltar el poder desde las colonias Africanas de España, la mente juega extraños juegos con los datos. Ya publicada la nota, Alejandra la editora se dió cuenta de mi error, también es la fecha probable de construcción del edificio, aunque este probablemente sea de la década del 20, también 32 es la posible edad del occiso/a

Otro tema es el edificio, que a la manera de una nave espacial o del tiempo. Poco a poco vemos que nadie es inocente, se guardan oscuros secretos, aunque algunos hoy libres de culpa otros todavía no tanto. El piso donde transcurre la historia, típico edificio madrileño, incluso algunos reconocerán sus propios edificios en las ciudades latinoamericanas, parece guardar el todavía deterioro de la guerra; todavía no es la Madrid del crecimiento, de la España de la UE, es la España todavía de teléfonos de baquelita negro, de canicas y de chicos con pantalones cortos en tiradores, todo asemeja más a la década del 30, que a la del 70 del siglo XX, como si quisiera mostrar lo abrupto del ingreso de España a la modernidad de la UE y sus consecuencias.

El fin de la guerra se produce, entre otras tantas cosas, debido a una guerra dentro de la guerra, Madrid se ve envuelta en una sub guerra fratricida, que posibilita un triunfo brutal de las fuerzas falangistas. Madrid no es una ciudad cualquier, es la ciudad donde eligieron que suceda el film, eso mismo la hace cargar de significados

La música melosa de Julio iglesias, del inicio, (debo decir a costa de insultos varios que Julio paga en todo film) es otra referencia, el film de nombre homónimo al tema, film del año 1969 La vida sigue igual (Eugenio Martín, 1969) cuenta la historia de una persona que tras un accidente se encierra en un hotel de la costa, funciona como una clave para el que sabe y superposición en general, de la imagen del cadáver hamacándose frente a una ventana convocando a Psicosis (Hitchcock, 1960) film sobre la culpa y el Edipo, pero que con la música de Waldo de los Ríos y Julio Iglesias la reubica y resemantiza, produciendo un contrapunto extraño, siniestro, el que provoca todo film cuando proviene de un país con un gobierno dictatorial o autoritario e intenta mostrar lo tolerante del mismo con propaganda artística; ya sabemos cómo funciona eso.

Las uñas notablemente largas del ya momificado cadáver, no sólo permiten hacer una suposicion tempora, que murió hace mucho mucho tiempo, quizás en 1932, la connotación política deja volar la imaginación, pero también le permite a los autores crear unas imágenes de terror abismal convirtiendo las uñas en suerte de tentáculos característico de los monstruos de Lovecraft- Mignola- del Toro.

Como decía, la casa es un tópico dilecto del terror, ya gran parte de la literatura de Lovecraft o en las perturbadoras letras de H. James o en la literatura de terror gótico, también en las que aparecen en los sueños, nos enseñan que ésta es un vÍnculo siniestro con el pasado. La casa y sus ventanales, sus escaleras, lugar de donde hay que irse pero a la que necesariamente también se vuelve, el lugar de los más altos deseos y anhelos, pero también de las acciones más brutales y nauseabundas de los seres humanos, particularmente en Occidente, que estableció determinados cánones de seguridad entre lo público y lo privado; donde lo pasado y lo presente se confunden, el genius loci, aquello de lo que quedó impregnado las paredes, aquello que se oculta entre las paredes, lo que sólo se puede ver deformado, a través de algún vidrio o se revela bajo alguna luz, está siempre presente, en este sentido, el monstruo y la casa sea vertical, u horizontal, mantiene la tradición lovecraftiana, y quizás por este motivo, los autores retrasan la história con un descenso innecesario al sótano, ya que este no tiene significación en la horizontalidad de la historia

Desgraciadamente el director y el guionista no terminan de constituir un tema concreto: la infidelidad, la identidad de género, el incesto, el desamor familiar, la falta de solidaridad del vecindario y del pueblo, ambos igualmente asfixiantes lleno de ojos que controlan, de miradas que acusa sin intención de entender, solo de preservar caducas tradiciones. El film sin embargo deja el gusto de que se atora en “una de sustos”, sustos bien hechos, por cierto, momentos de innegable terror, pero relatados de tal modo que no obturan el sentido de todo, incluso en su exageración final, que más parece un filme asiático de lucha. Me costó varios visionados entender cuál es odio del espectro, cierto conocimiento de Almodóvar y la presencia del cuadro de una joven son clave, demasiado policial a mi gusto.

La elipsis del 72 al 76 en el cual el departamento se supone estuvo vacío, parece también una clave política, es claro también que la familia que llega en el renault 12 modelo rural, es un matrimonio de provincias, todavía el matrimonio monoambiente (un hijo) todavía no había llegado a España, y su incapacidad de apropiarse del espacio no es explotado por el guión, pero tampoco la historia de la UE, cuya distribución internacional del trabajo no había convertido todavía el campo en urbanización, todavía no se sabía que la industrialización del campo iba a provocar el desplazamiento de miles de familias, sin embargo, un film significativo y preclaro en ese sentido, Los santos inocentes (Mario Camus,1984, Esp.) ya lo intuía y la reciente italiana Lázaro feliz, (Alice Rohrwacher 2018 al.) van al corazón de éste problema: el constante, y quizás eterno, conflicto entre la producción agropecuaria y la ciudad moderna, los viejos residuos de producción feudal que nunca se terminan de superar versus su tecnlogización y la consecuencia de sus expulsados y la nueva marginalidad que produce, la ciudad en Europa de los 70 el imaginario de progreso -Mimí metalúrgico-, (Lina Wertmüller, 1972) el significado siempre vigente del movimiento humano del campo a la ciudad; aunque ésta mastique toda esperanza, como en el cine de Favio (Arg 1938-Arg 2012), que la ciudad con sus fantasmas no acepta inocentes, porque el que llega, en este caso la familia, es visto bajo la luz hipócrita de la inocencia, inocentes de bancos y créditos, de tarjetas y pequeñas vilezas aún cuando, como en este caso pueden ocultar vilezas mayores o e otra índole, de esperanzas no cumplidas, del destape español que viene a despertar una españa en la que muchos todavía esperaban el regreso del generalísimo, que ahora convertido en cadáver, se dedica a asustar ingenuos paseantes a altas horas en las calles de Madrid con drogas, desnudez y alcohol, con peinados raros y música punk.

El director y el guionista saben administrar el terror y la sangre, aunque el realismo los lleve por dudosas elecciones formales y estéticas (la médium vomitando sangre innecesariamente) y no darles la relevancia que merecen. Mezclan terror “a la oriental” con terror político y social, y en definitiva queda convertida en una suerte de alien formato urbano. Esto que parece un comentario baladí, no lo es; el fim se puede leer y lo es, una remake de Alien, (Alien, el octavo pasajero, R. Scott, EEUU-UK, 1979) incluso el embarazo de la joven que suponemos producto del incesto; ya sabemos que la Suboficial Ellen Ripley, (Sigourney Weaver) lleva el monstruo en sus entrañas. Y no queda aquí la única similitud, Alien es un drama sexual fóbico y claustrofóbico, un film igual que el departamento ocurre en una nave horizontal, sucede entre ambientes, condensando en el monstruo todos los horrores que a una familia franquista de buen pensar habrían enloquecido (falos, vaginas, úteros, huevos, partos contra natura, homosexualidad masculina y femenina) ; como también las cartas que de ventana a ventana corren y rememoran las miradas de un departamento a otro en “Un dia muy particular” (Ettore Scola, 1977).

Es un acierto ubicar la película en un pasado cercano, un momento en que todavía, la UE era una fantasía a crearse, ¿será ese el bebé que la joven se lleva?

Una de las cuestiones más interesantes del terror, siempre y cuando se pueda soportar el “mal rato” es tanto el valor polisémico, como los tonos secundarios que deja entrever, como un buen whisky, o Bourbon, si se supera “el golpe etílico”, el sabor que se dibuja en el paladar es el dulce sabor de cosas que sólo en el alma experimentada puede saborear, tanto buenas como malas, muchos errores, pero también muchos aciertos, un buen balance para entregarse a lo mejor de los miedos.

La pelicula se estrena este jueves 11 de febrero en salas de Córdoba, Jujuy, Entre Rios, y Chubut:

SHOWCASE CORDOBA
SHOWCASE VILLA ALLENDE
HOYTS PATIO OLMOS
HOYTS NUEVO CENTRO
GRAN REX CORDOBA
SUD CINEMAS VILLA MARIA
SUD CINEMA BELL VILLE
HOLIDAY CARLOS PAZ
CINE ETER VILLA DOLORES
ALFA JUJUY
AUDITORIUM PTO MADRYN
CINE TEATRO COLON, ENTRE RIOS
COLISEO DE COMODORO
LAS TIPAS MORTEROS
LAS TIPAS SAN FRANCISCO
BOULEVARD GUALEGUAY

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