Solo falta un espectador

Pablo Espinoza
Pablo Espinoza Carreño
2 min readOct 15, 2018

Claudio Pereira, vocero de la Red de Salas de Cine de Chile, ha comentado en diversos medios que hace algunos años era casi imposible ver cine chileno en regiones. La mayoría de los estrenos de las cintas nacionales y latinas eran exhibidas en la capital, al igual que el cine independiente.

Siguiendo esa línea, se ha cumplido un año y pocos días desde que el pasado Gobierno junto a El Consejo de Nacional de la Cultura y las Artes inauguró la Red de Salas de Cine de Chile, que cumplió con tener presencia en siete regiones del país buscando ampliar y democratizar la oferta fílmica, en especial del cine nacional.

Sin embargo, estas 1000 butacas y la descentralización de la cartelera nacional no parece ser suficientes para lograr encantar el paladar de la audiencia chilena, en especial cuando se trata de producciones de compatriotas.

Sin ir más lejos, según el CAEM (Cámara de Exhibidores Multisalas de Chile A. G.), el año 2016, asistieron aproximadamente 27 millones 660 mil personas al cine y solo el 6% de este universo asistió a una película chilena. El año 2017 la situación empeoró. Más de 27 millones 740 mil personas pagaron su entrada al cine pero solo el 1% fue por una producción chilena. Otro factor que no ayuda es que más del 87% del público (más de 23 millones de personas) asiste a películas del género acción/aventura, animación y terror/horror.

Asumiendo que la mayoría de las producciones nacionales se catalogan en el género drama, la asistencia del público chileno a su propio cine está bastante lejos de llegar a buen puerto. Es más, los incentivos que permitan que las películas chilenas puedan ser vista en regiones es el paso políticamente correcto a nivel cultural, sin embargo, no parece ser la forma para que nos acerquemos al producto nacional. El gusto por los superhéroes, los monitos y la sangre es más llamativo que cintas que nos expone como chilenos: nuestras historias, nuestras luchas.

Películas como “Una mujer fantástica”, “Historia de un oso”, “No”, pueden ser nominadas, premiadas, alabadas y criticadas en todo el mundo. El universo cinematográfico tiene los ojos puestos en las producciones chilenas y en la sociedad chilena que se ve reflejada en estas cintas. La película está por empezar, solo falta un espectador.

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