Pan y Poesía para todes
La poeta Alejandra Pipi Bosch, lleva adelante Ediciones Arroyo, editorial artesanal que tiene como convicción transformar la basura plástica en arte y el 14, 15 y 16 de enero hace por sexto año el “Festival de Poesía de Arroyo Leyes”, esta vuelta en contexto de distanciamiento social, les poetes suben directamente a sus canales y luego se comparten en el muro del Festival con un cierre presencial.
Viajo a Santa Fe, en este comienzo tan atípico para movernos, como es 2021. El motivo es conocer la “Reserva poética Arroyo Leyes”, hablo con la organizadora porque son tiempos difíciles para los eventos, pero algo no la frena a Pipi es la poesía, y a mi tampoco.
Me consigue una casa de un vecino poeta para alojarme y como llego unos días antes, el jueves 14/01 voy a una lectura que me llega por Mercedes Bisordi, se llama Lecturas en Las Callecitas y se hace en verano cada 15 días, la sede es en la casa del cineasta Fernando Birri en San José de Rincón, que transformaron en centro cultural “Sapukay” y me cuenta allí mismo, Ana Poletti, artista titiritera santafesina, que hizo los cabezones para los carnavales paganos, que fue a pedido del cineasta que dijo: «No quiero que me velen ni entierren. Tiene que haber una gran murga, que me lleven bailando hasta el Ubajay y que me tiren a un cardumen plateado».
Recorro la casa del creador de “Tire Dié”, primer corto político de Argentina, donde niños corren desesperados el tren suplicando les tiren monedas y centavos. Recorro las imágenes de sus películas, mientras me acomodo para escuchar la lectura.
Arranca de manera virtual, y desde la costa Julián López que lee poemas de su libro Meteoro, después lee el santafesino Federico Coutaz, un inédito y publicaciones de su columna Variopinta en Pausa y cierra la santafesina Claudia Chamudis, que ficcionaliza las ancestras mocovíes, en una investigación sobre la mirada del jesuita Florian Pauke. Quedan las ganas de seguirles leyendo en la noche que se cierra temprano.
En la zona costera, pocos kilómetros de Rincón, se encuentra Arroyo Leyes, esta vez, el único encuentro presencial que se programó por la pandemia, es el sábado 16/01, donde se grabaron en vivo las lecturas de Analía Giordanino, Leonardo Pez, Albertico Ramos Mexia, Natalia Oroño y la mia, Amalia, quien escribe esta especie de crónica del encuentro poético.
Nuestra lectura fue posterior a un día de tormenta, así que el verde tenía ese color de cuando las nubes se abren y lo multiplican como la misma marea verde de nuestra nueva y conquistada LEY 26.529.
Pipi abre la tranquera de su casa y nos invita a todes con pan casero delicioso amasado por ella, otro de sus dones para sustentarse, mientras su perro Tirito desobedece las distancias, tira besos al aire y a quien quiera recibirlos. Pienso en eso niños de Tire dié, no sé porque me los empiezo a imaginar felices con Tirito.
Le digo a Pipi que lo suyo es como una curaduría afectiva , la que hace del festival y me responde “Suben poemas todes les que sienten convocades y tengan ganas de hacerlo así”, dice “El Festival es abierto, para todes y horizontal, nunca hicimos invitaciones, salvo en la primera edición, porque había que plantar el Festival en Arroyo Leyes. Siempre se arma con todo aquel que quiera venir, por eso es tan distinto todos los años. Es ecléctico y se va transformando porque van cambiando los poetas y las estéticas todo el tiempo” para Pipi la autogestión es lo que puede transformar la vida de una comunidad, desde el almacén, la cantina , entre otros espacios de la comuna costera, desde vecinos, profesores de literatura o maestras jardineras, una militancia del deseo, para poder “hacer” entre todes, el festival se lleva adelante con cero presupuesto y donde hay vecines que ofrecen su casa para alojar poetas, ese es mi caso y forma parte del intercambio humano inconmensurable de estos encuentros.
“El festival es la cara visible y el festejo de tanto trabajo hecho. Hemos publicado 120 poetas argentinos, uruguayos, brasileros y chilenos” dice Pipi “Queremos transformar a Arroyo Leyes en una reserva poética. Una de las primeras cosas sería demarcar el territorio de la comuna con señalética en las calles que lleven los nombres de poetas de todo el país, esto es un proyecto a largo plazo”. Seguro con la fuerza que trae la Pipi Bosch logra llevar adelante esos carteles de esa reserva poética que sueña en su terruño.
Recientemente, el sello editó poesía de Nadia Prado (Chile), Juan Vitulli (Rosario), María Teresa Andruetto (Córdoba), Claudia Massin (Chaco) Augusto Munaro(BsAs) y a la poeta mapuche Liliana Ancalao(Chubut), entre otros 70 títulos ya publicados. Las últimas ediciones cuentan con ilustraciones de Juli Bosch (el hijo de Pipi) y un nuevo formato, con más páginas. La distribución se vio fuertemente afectada por la pandemia, ya que la circulación de sus ejemplares siempre fue a través de ferias y festivales. Los libros de su catálogo pueden adquirirse por correo, escribiendo a apipibosch@yahoo.com.ar.
Celebramos entonces con la imagen del flyer de este año, de Juan L. Ortiz en el Arroyo Leyes, el fluir de las aguas poéticas, en este navegar incierto, porque quien escucha o lee poesía, al igual que quien la escribe, se encuentran náufragos de un sistema referencial del cual son parte y la palabra como la música son artilugios, para escaparse de a ratos, de la realidad circundante, que avasalla caótica de símbolos que cada tanto, nos atrapan en forma de poema y nos resguardan para siempre, como en una isla en el medio del Océano.
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