¡A la hoguera!
Cuando el fuego prende ya no hay “sofoco”… Está ahí, puedes flanquearlo, darle la espalda o… asumirlo. Es entonces cuando se abren ante ti tres caminos igual de inquietantes.
Puedes caminar hacia el olvido, pero sabes que no llegarás nunca, que siempre, en cualquier rincón de…