La importante razón por la que creamos los derechos humanos

¿Cuándo se nombraron por primera vez los derechos fundamentales?

Nayeli G.
Panorama Noticieros
6 min readDec 18, 2017

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(Foto por Miguel Tovar/LatinContent/Getty Images)

El 10 de diciembre de 1948 la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. A partir de ese momento, la fecha se volvió conmemorativa de una decisión que determinó el marco legal de todos los países del mundo. El documento está compuesto por treinta artículos que resumen los derechos fundamentales que pueden disfrutar todos los seres humanos “sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento ni ninguna otra condición”.

Una deuda histórica

Tres años antes de su publicación, había terminado la Segunda Guerra Mundial, por lo que era urgente formar un piso común que regulara los acuerdos básicos que rigen las relaciones entre grupos e individuos más allá de las políticas oficiales de sus países.

Sobra decir que los derechos humanos no comenzaron a existir a partir de la conformación de la ONU ni a partir de la publicación de la Declaración. Desde finales del siglo XVIII una corriente del pensamiento liberal revolucionario sentó las bases para la comprensión moderna del fenómeno. Sin embargo, existe registro que en la antigua Grecia y, aún antes, en China, había nociones legales con principios de ordenación de la vida en común. ¿Qué determinó entonces la redacción de un listado de derechos fundamentales a mediados del siglo XX?

Asamblea general de las Naciones Unidas en 1949. (Foto por Keystone/Getty Images)

La naturaleza del hombre y los derechos inalienables

En el centro de la reflexión sobre las garantías, que todo individuo debe gozar por el hecho de pertenecer al género humano, está la cuestión de la libertad y la igualdad, como atributos esenciales a los seres humanos. ¿Hay una naturaleza compartida que nos hace merecedores de las mismas consideraciones? En efecto, en la base de muchos documentos legales sobre derechos humanos está implícita (o explícita) la idea de la dignidad, como un valor constitutivo de toda vida humana.

Algo que distingue los derechos fundamentales del conjunto de los derechos humanos en general es su universalidad, en el sentido de que pertenecen a todos los seres humanos, que comparten una igualdad jurídica básica. Ángel Luis Sánchez distingue cuatro condiciones principales de diferencia entre unos y otros:

  1. Los derechos fundamentales no requieren prescripción explícita y no pueden adquirirse ni perderse por el simple paso del tiempo.
  2. Son intransferibles: a diferencia del resto de derechos humanos, éstos no pueden pasarse a otro titular. Por eso se dice que son inalienables.
  3. Las personas no pueden renunciar a estos derechos.
  4. Son universales, en el sentido que quedó aclarado arriba.

Los derechos fundamentales parten de la idea de que existe una naturaleza común a todos los hombres. De ahí que por el simple hecho de existir sean merecedores a ciertas garantías que regulen su convivencia. Con el paso del tiempo, se hizo evidente que una noción en apariencia tan básica tenía que hacerse explícita en un documento que firmaran y ratificaran representantes políticos de todo el mundo.

En otras palabras, conservar la paz y establecer sus principios mínimos se hizo relevante en tiempos de guerra. La creación de la ONU (que posibilitó la redacción de la Declaración) al término de la Segunda Guerra mundial tuvo como antecedente la Sociedad de Naciones, creada en 1919, durante la Primera Guerra mundial. Sus fundamentos descansan en el Tratado de Versalles y su objetivo primordial era “promover la cooperación internacional y para lograr la paz y la seguridad”.

Primera sesión de la Sociedad de Naciones. (Foto por Hulton Archive/Getty Images)

Si existe algo que nos vuelve semejantes, es el derecho a vivir de forma digna: es decir, de acuerdo a las decisiones que tomamos para construir nuestra identidad dentro de una comunidad más grande, sin recibir ningún daño por elegir cualquier opción. Asimismo, todo ser humano merece decidir cuál es su propia singularidad, sin que eso vaya en detrimento de la vida de nadie más. Lo que compartimos, entonces, es lo que nos permite diferenciarnos del resto y ejercer ciertas libertades. En situaciones extremas, esta máxima puede verse amenazada por conflictos armados o de violencia generalizada. Por lo tanto, hay una correlación entre el respeto de ciertos derechos humanos y la convivencia pacífica.

La importancia de la paz en tiempos de guerra

Las Naciones Unidas tienen como uno de sus principales objetivos promover los derechos fundamentales, debido a que son acuerdos mínimos para la paz. Como la finalidad primera del organismo es evitar la guerra, la propaganda de los derechos humanos ocupa una gran parte de sus actividades, puesto que permiten la negociación en casos de conflicto entre las naciones afiliadas a al ONU.

Los nueve primeros redactores de la Declaración provenían de Líbano, la Unión Soviética, China, Francia, Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Chile y Canadá. Una primera versión se puso en circulación en septiembre de 1948, pero para su versión definitiva participaron más de 50 estados miembros de la ONU. Aquel año todavía corrían tiempos funestos para una comunidad mundial golpeada por las bombas atómicas y la capacidad de aniquilación total que implicaban. Hernán Santa Cruz, representante de Chile en la Subcomisión de redacción, recuerda así aquella época:

Percibí con claridad que estaba participando en un evento histórico verdaderamente significativo, donde se había alcanzado un consenso con respecto al valor supremo de la persona humana, un valor que no se originó en la decisión de un poder temporal, sino en el hecho mismo de existir — lo que dio origen al derecho inalienable de vivir sin privaciones ni opresión, y a desarrollar completamente la propia personalidad. En el Gran Salón… había una atmósfera de solidaridad y hermandad genuinas entre hombres y mujeres de todas las latitudes, la cual no he vuelto a ver en ningún escenario internacional.

El estado actual de los derechos fundamentales

Un hombre ve uno de los primeros documentos publicados por la ONU en 1955: La declaración de los derechos humanos. (Foto por Three Lions/Getty Images)

La Declaración no es el único documento elaborado en el sentido de la paz, de importancia análoga son el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Entre los tres constituyen la Carta Internacional de los Derechos Humanos. En 2018, la redacción del documento angular cumplirá setenta años, por lo que la ONU lanzó una campaña llamada #LuchaPorLosDDHH, cuyas líneas generales son las siguientes:

  • La Declaración Universal de los Derechos Humanos nos fortalece a todos.
  • Los derechos humanos nos conciernen a todos nosotros cada día.
  • La condición humana que compartimos tiene sus raíces en estos valores universales.
  • La equidad, la justicia y la libertad evitan la violencia y velan por la paz.
  • Cada vez que abandonamos los derechos humanos, corremos un gran riesgo.
  • Debemos luchar por nuestros derechos y por los del prójimo.

Ante la crisis que el cumplimiento de las 30 garantías básicas sufre en muchos países, la campaña de aniversario invita a las personas de todo el mundo a leer uno de los artículos de la Declaración en alguna de las 500 traducciones disponibles y grabarse en un video para subirlo a la página oficial de Naciones Unidas.

De acuerdo con un análisis de Alfred Fernández, la raíz de la crisis está en la visión occidentalista que ha permeado varias de las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En su opinión, hace falta regresar a los fundamentos de la Organización y reforzar los mecanismos de consulta y consenso entre los países miembros para, de esa forma, evitar imposiciones culturales (sobre todo en temas religiosos y sociales) de unos sobre otros.

En México, por su parte, organismos oficiales como la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) están encargados de salvaguardar los derechos fundamentales, garantizar el libre acceso de todos los ciudadanos a ellos y dar seguimiento a los casos en que ocurren violaciones. Sin embargo, el panorama nacional no es amable y quedan muchos retos por resolver. Según Amnistía Internacional, los principales problemas en la región tienen que ver con el empleo de personal militar en operaciones de seguridad pública; la impunidad en casos de tortura, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y detenciones arbitrarias; las campañas de difamación contra defensores y defensoras de los derechos humanos y contra observadores independientes; los asesinatos de periodistas debido a su trabajo; y la violencia contra las mujeres, que suscitó declaraciones de alerta de género en Jalisco y Michoacán.

Aun quedan muchos retos por cumplir y uno de los pasos iniciales es informarse y conocer los derechos básicos que deberíamos gozar sin importar el territorio que ocupemos o el gobierno que nos rija.

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