Trump, el mentiroso

El candidato que crea miedo a través de la mentira

Noticieros Televisa
Panorama Noticieros
12 min readOct 18, 2016

--

(AP Photo/Marco Ugarte, File)

Todos podrían citar fácilmente una mentira de Trump, todos conocen alguna de sus sandeces; a todos los mexicanos nos ha ofendido, al menos una vez, con prejuicios irreales. Pero, tal vez, algunos de ustedes desconocen hasta qué punto de fantasía llegan algunas de sus más ridículas mentiras. Es por eso que aquí les proponemos una selección de locuras que ha dicho Trump desde que se lanzó en la carrera electoral. Con ellas, queremos explicar la miserable razón de ser de tanta deshonestidad: cultivar la popularidad y conseguir votos a través del miedo.

Utilizando el gran portal Politifact.com de The Tampa Bay Times (portal que, de hecho, ganó un Pulitzer por su titánico trabajo), rastreamos las mentiras más grotescas del tipo oculto bajo el mapache rubio. En 2015, este portal entregó el premio a la más grande mentira del año, por primera vez en 8 años, a la labor constante de un único mentiroso. Ese año, el 76% de las declaraciones de Trump que el sitio investigó fueron “mayormente falsas”, “falsas” o “ridículas”. Eso quiere decir que, dentro de las investigaciones del sitio, en todo un año, Trump sólo se acercó a la verdad en el 24% de sus declaraciones.

Esta selección de las más descabelladas mentiras, divididas en tres rubros, del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, son sólo la punta de un enorme iceberg. Pero esa punta tendrá que bastar. Quedan advertidos, esto no es apto para enfermos del corazón o propensos al coraje: lo que van a leer aquí es francamente molesto.

(AP Photo/ Evan Vucci)

Migración

Dentro de todas las mentiras de Trump, las que más nos afectan como mexicanos son los terribles prejuicios sobre migración que han alimentado una buena parte de sus discursos. Para empezar, Trump ha hablado, en varias ocasiones, de una conspiración del gobierno mexicano para mandar a toda la escoria del país hacia los Estados Unidos. Según la lógica paranoica de este candidato, todos los musulmanes son potenciales terroristas y todos los mexicanos son violadores, ladrones y asesinos. O, al menos, todos los musulmanes y mexicanos que intentan entrar a su país.

El 8 de julio de 2015, Trump dijo, en una entrevista de radio, que el gobierno mexicano era más inteligente que la administración de Obama y que, mientras éste no entendía nada de lo que pasaba en el país, aquellos empujaban a todos los maleantes de México hacia la frontera norte. Sí, como lo leyeron, Trump dijo que Obama era básicamente un inepto desinformado y que el gobierno mexicano era, al contrario, una super inteligencia maquiavélica que, con gran logística, movía los hilos para asegurarse de que todos los migrantes fueran violadores, asesinos o, como él mismo dijo, con lujo de precisión, “malas personas”.

Claro, eso no es todo. Porque para Trump el asunto de la conspiración migratoria de Obama es aún mayor. El candidato republicano dijo que el gobierno estadounidense había pagado una enorme parte del presupuesto para financiar la migración. Fuera de la estupidez reductiva de la declaración, Trump se estaba refiriendo a un proyecto de gastos que presentó Obama al congreso y que preveía millones de dólares para pagar a las patrullas fronterizas. Eso quiere decir que no nada más la presidencia de Estados Unidos no estaba “financiando la migración” (lo que quiera decir eso) sino que estaba asegurando el salario de los que vigilan la frontera sur. La mentira aquí no nada más es ridícula, sino que se dispara en el pie: al criticar los presupuestos de vigilancia fronteriza, Trump criticó lo mismo que él defiende. Y una víbora se comió su propia cola.

(AP Photo/Eduardo Verdugo)

Esta campaña de miedo que critica insistentemente a la administración de Obama, sigue la misma lógica exagerada en otras cifras. Porque Trump aseguró, en diversas ocasiones, que los conteos oficiales de migrantes ilegales estaba absolutamente mal fundamentado y que, en realidad, no hay alrededor de 11 millones sino más de 30. Esta cifra desproporcionada no podría estar más lejos de la realidad. Pero, en todo su mentiroso ser, Trump utiliza este tipo de cifras hinchadas para causar pánico y descontento. Lo que en realidad dice esta mentira es que el gobierno no tiene control sobre la migración, que los migrantes son todos criminales y que se necesita endurecer las leyes migratorias para evitar la invasión masiva de “gente mala” a los Estados Unidos.

Trump crea así el mal y luego ofrece la solución; crea la fiebre para vender Tempra; crea el miedo para recolectar votos. La idea es mostrar un panorama lúgubre de la migración a través de exageraciones y mentiras y luego hablar de soluciones banalmente sencillas como el muro que tantos votos le ha redituado. La construcción del muro es imposible, es una promesa ridícula que nunca podría cumplirse. Pero eso no es lo importante. Lo que aquí importa es que, para conseguir lo que quiere, Trump es capaz de ofrecer soluciones ficticias a problemas ficticios que, por desgracia, muchos llegan a creer verdaderos.

(AP Photo/Carolyn Kaster)

Seguridad interna

En materia de seguridad interna, fuera del miedo creado por la invasión de “terroristas musulmanes” y “violadores mexicanos”, Trump quiso mostrar también un panorama lúgubre dentro de Estados Unidos. Si le diéramos fe a su discurso demencial, podríamos creer que su país está al borde del colapso, que la violencia ha llegado a niveles históricos, que las ciudades están al borde de la rebelión generalizada y que todo podría empeorar de ganar Hillary Clinton. Así, una de las más ridículas mentiras de la campaña republicana fue decir, por ejemplo, que Clinton planeaba liberar a todos los criminales violentos de las cárceles estadounidenses.

Nuestro vecino del norte es el país con más presos del mundo. Hay, aproximadamente, 10.2 millones de presos en los sistemas penales del mundo. De entre ellos, 2.24 millones están en Estados Unidos. Eso quiere decir que, con una población considerablemente menor y con un sistema político que se enorgullece de la libertad de sus habitantes, Estados Unidos tiene el doble de presos que China (1.64 millones). Debido al crecimiento desproporcionado de la población en cárceles y los altísimos costos que requieren, la administración de Obama se ha propuesto exonerar a distintos prisioneros no violentos. Y Hillary Clinton planea continuar esta tendencia. Pero eso no quiere decir que, para lograrlo, vaya a liberar al Unabomber o a Charles Manson.

Las propuestas específicas de la candidata demócrata en este aspecto son claras: “Acabar con la era del encarcelamiento masivo, reformar las condenas mínimas obligatorias y terminar con las cárceles privadas”. Y nada de esto indica las locuras que menciona Trump para generar miedo entre lo votantes. Pero la cosa se pone siempre peor, con el candidato republicano, en cuanto entra el asunto racial.

(AP Photo/ Evan Vucci)

Trump dijo, hace menos de un mes, que las poblaciones negras de Estados Unidos están en las peores condiciones de la historia. Tal vez él no recuerde, como hombre blanco privilegiado, esa pequeña parte de 200 años de historia estadounidense en la que los afroamericanos fueron esclavos. O, más cercanamente, cuando Trump ya era un joven mimado, las crisis en los años setenta o las epidemias de crack en los años ochenta y demás calamidades que azotaron la población negra de Estados Unidos. En todo caso, el comentario de Trump, que intentaba ganarse a los votantes afroamericanos y que falló miserablemente en el intento, se ajusta a todas sus posturas sobre seguridad y perfiles raciales. Porque, para Trump, el crimen ha aumentado considerablemente en las zonas urbanas marginales con mayoría negra de población.

En realidad, a pesar de un aumento en incidentes delictivos este año, los crímenes violentos en las grandes ciudades marginales se han reducido por la mitad en los últimos 20 años. Y esa situación se refleja también en las cifras que arroja el crimen en el país entero. Lo que Trump quiere crear al decir este tipo de datos terriblemente manipulados es, de nuevo, un ambiente de miedo. Los estadounidenses no nada más están amenazados, por fuera, con el terrorismo y los mexicanos, sino que también deben temer a la violencia urbana generalizada.

En algún momento, si no tuviéramos idea de lo monumentalmente racista que es Trump en sus comentarios cotidianos, podríamos decir que esta exageración está también relacionada con una preocupación real en torno a las comunidades afroamericanas y lo que tienen que sufrir diariamente. Pero, claro, la cosa tenía que dar un giro hacia lo peor. Como una de las grandes joyas entre las aberraciones de este horrible personaje, después de que golpearan y corrieran a un hombre negro de uno de sus rallies, Trump retuiteó la imagen siguiente:

Fuera de la fotografía absolutamente tendenciosa, la idea de Trump es evidente: quiere que las comunidades negras que sufren el acoso policial y los sistemáticos sesgos raciales en términos de seguridad y justicia dejen de quejarse. La idea es que los negros se matan entre ellos y que no hay ninguna razón para culpar a la policía, ni a los blancos, por ello. El problema es que ninguno de los porcentajes que aquí se representan es correcto. El porcentaje de negros asesinados por blancos es cuatro veces mayor, con un 8%; el de negros asesinados por negros es del 90% y no del 97%; el de blancos asesinados por blancos es de 82% y no de 16%; y, finalmente, el de blancos asesinados por negros es del 15% y no del 81%.

También, las cifras de asesinatos en manos de la policía (que son complicadísimas de estimar por la secrecía de las instituciones policiales) están infladas al doble. Como se puede ver, los números de Trump son absolutamente tendenciosos y buscan señalar el peligro que representan los negros para los blancos. Éste es un discurso de odio bastante directo. Y la cosa se pone mucho peor. Cuando Politifact.com fue a verificar la fuente de estos números averiguó que el Crime Statistics Bureau de San Francisco no existe y que esta imagen se puede rastrear a una publicación del Reino Unido con una suástica modificada y una la leyenda que reza: “debieron hacerle caso al hombre austriaco con el bigotito”. El miedo siempre ha sido un arma peligrosa del autoritarismo.

(AP Photo/Mark Lennihan)

Economía

Finalmente, parte esencial de la política de miedo de Trump está en el pánico financiero. El candidato republicano ha centrado gran parte de su campaña en el hecho de ser millonario. Claro, éste es un gran logro para alguien que heredó millones. Pero su apariencia extravagante, su gusto por el vistoso dorado con el que decora departamentos, edificios y campos de golf, ha servido para generar la idea de que la marca “Trump” es un sinónimo del éxito. La campaña de Trump se ha volcado entonces en decir que, si creó una compañía millonaria, puede llevar a Estados Unidos a la gloria financiera.

En el discurso en el que anunció, el 16 de junio de 2015, su candidatura oficial a la presidencia, Trump habló largo y tendido sobre la economía del país. Por ejemplo, en un momento dijo que el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos estuvo bajo cero en el último trimestre. ¿Pero qué quiere decir eso? Al parecer nada. La idea de que el PIB de Estados Unidos esté bajo cero es una absoluta locura: en ese trimestre superó el trillón de dólares. Entonces, tal vez, como especuló Politifact.com, Trump se estaba refiriendo al crecimiento del PIB. Pero ahí tampoco tiene mucho sentido su declaración. Porque un PIB que tiene un crecimiento inferior al 0% es una de las marcas distintivas de una recesión. Y sí, ese trimestre no fue, en lo absoluto positivo. Pero eso no quiere decir, en ningún momento, que Estados Unidos esté entrando en una recesión seria o que el PIB esté cayendo bajo cero.

(AP Photo/Markus Schreiber)

Este tipo de mentiras sobre la economía han caracterizado la campaña de Trump. Cuando ganó las primarias en New Hampshire, el 11 de febrero de este año, el candidato republicano habló de unas cifras totalmente delirantes que continuó repitiendo durante buen tiempo. Trump dijo que el porcentaje de desempleo no rondaba el 5% oficial sino que podía llegar hasta un 42% de la población. Así, según la idea de Trump, la mitad de la población de Estados Unidos está desempleada. Esta cifra se basa en el cálculo de un economista de la era Reagan que no considera la posibilidad de que parte de la población en edad de trabajar sólo trabaje medio tiempo, que existen estudiantes, amas de casa, gente que está empezando a jubilarse, personas que reciben manutención por discapacidad, etc.

Es fácil, entonces, considerar esta cifra y soltarla en medio de un mitin para crear pánico sobre la situación económica de Estados Unidos cuando, en realidad, la tasa de desempleo, incluso si se calcula mucho más allá de los números oficiales, está en su mejor momento desde hace casi diez años. La mentira grosera de Trump muestra que las intenciones del candidato son, de nuevo, claras: está intentando crear un problema que no existe para presentarse él mismo como la solución. Este tipo de mentiras en cuestiones económicas muestran exactamente el mismo tipo de exageración que observamos en los dos apartados anteriores.

Trump pinta un panorama apocalíptico para vestirse de salvador: él es el hombre empresa, el hombre dinero, el hombre éxito y, por ende, él es el único que puede arreglar el desastre económico de su país. El problema es que este desastre es absolutamente ficticio y que, a pesar de la crisis del 2008, la economía norteamericana no está amenazada con el colapso inminente con el que parece soñar Trump. Tampoco va a ser devorada de un bocado por el gigante creciente de China, que es otra obsesión del candidato republicano. Miedo ridículo y montajes de oro, Trump, aquí como en todo, es pura fachada.

(AP Photo/ Evan Vucci)

Decir que Trump es un mentiroso es decir el lugar común más evidente de los últimos años. No hay nadie que haya sido tan escandalosamente deshonesto, tan absolutamente falso, tan enormemente hipócrita como este personaje desangelado de la cultura estadounidense. Porque sí, antes de entrar en la política, Trump era un personaje de cultura popular: programas de televisión, apariciones ostentosas en público, divorcios escandalosos y, hasta en un ring de lucha libre se llegó a subir para mostrar su petulante rostro.

Trump siempre se sintió en la cima del mundo y nunca ocultó sus pretensiones de grandeza. No todo millonario pone su nombre en letras doradas encima de un rascacielos (dime qué oro muestras y te diré de qué careces). Pero, mientras su desagradable presencia pasaba por los reality shows y las pataletas de la WWE, se podía decir que la falsedad de queso amarillo de Trump no le hacía gran daño a nadie. Digo, a nadie fuera de los colaboradores que estafaba, los trabajadores a los que no les pagaba y todos los americanos que sí cumplen con sus obligaciones fiscales.

(AP Photo/John Minchillo)

Por eso ahora, cuando digo que Trump es un mentiroso quiero decir también otra cosa. Este candidato nunca necesitó decir la verdad porque la verdad estaba en sus billetes y la creación exagerada de una imagen de grandeza absolutamente fantoche. Sin embargo, una vez que entras en la arena política las cosas cambian. A pesar del circo mediático, la hipocresía y la demagogia habitual de los políticos, competir por la presidencia del país más poderoso del mundo no es un juego de apariencias: aquí no hay cortes comerciales, aquí lo que se dice importa, aquí las decisiones de una nación van a afectar a todo el mundo, a ti, a mí, a la humanidad como pobre especie y a la terrible historia que no para su curso.

Trump es un peligro porque pasó del ojo público a intentar ganar un cargo de elección popular sin cambiar radicalmente su desigual carácter. Lo mentiroso nadie se lo quita, este tipo dice lo que quiere, cuando quiere y como quiere. La diferencia es que, ahora, sus mentiras importan. Y no hay actitud más miserable, no hay mayor irresponsabilidad y absoluta ceguera frente a sí mismo y el mundo que todos habitamos, que actuar como el mentiroso que siempre fue en una contienda por la oficina más poderosa del planeta.

Por: Nicolás Ruiz

--

--

Noticieros Televisa
Panorama Noticieros

Profundizamos en todos los ángulos de la información a través de formatos panorámicos, accesibles y abarcadores mediante el uso eficiente del lenguaje digital