Palabras sueltas sobre VVVVVV

el panqueque
Panquecillo electrizado
2 min readApr 12, 2020

Cuando juego a VVVVVV, en una pantalla donde no hay un muro arriba mío, el juego recobra su fuerza poética, la de la unión, plena confianza con el mundo en que el sujeto habita. Lejos de las pantallas que presentan desafíos plenamente visibles, aquí no hay forma de saber a donde iremos, ni hay desafío por el cual pasar, tan solo, quizás, una superficie, o unos pinchos. Un pedazo de tierra con dos lados significa un centenar de direcciones a las cuales ir y la mitad de estas nunca tocaremos, hasta que volvemos esta vez del otro lado, y recordamos que tan irremediablemente imposible era tocar esta tierra. Esta magia no resulta solo de lo invisible, el salto vertiginoso hacia las orillas de la existencia (que es el fin del juego) resulta de la comprensión del espacio, no como algo que se surca a saltos calculados, probables y reprobables: un salto de prueba dará irremediablemente vuelta a tu mundo, lo que te salva es una respuesta(superficie) a tu llamada (a tu salto). El mundo comprendido como un sistema de llamadas y respuestas, si ‘saltamos’ es porque el mundo va a respondernos. Plataformas movibles o efímeras, o el constante ritmo de mi salto son los nuevos únicos guías del sujeto, que solo puede seguir el ritmo que su salto le dicta, que el mundo le dicta, Super Hexagon. Pero Super Hexagon borra al sujeto. Vuelto oreja, la boca le susurra un mundo nuevo, autónomo. Viridian no es solo oreja, la pantalla sin techo nos desafía a saltar, a rozar lo que Super Hexagon nos impone, lo otro, Viridian emprende un viaje a las afueras de si, sin por ende destruir su cuerpo, reducirlo a un triangulo bailarín. Emprende su salto explorando los confines de su mundo, en Super Hexagon subsistimos, estamos ahí, pero queremos ser presentes, presenciar al mundo, a esa cosa, pero en VVVVVV el mundo se revela en nuestros saltos que son pruebas de lo indivisible del sujeto y el mundo, nuestra llamada es llamada porque hay una respuesta, el sujeto siempre habita frente a lo otro, y es otro porque hay sujeto.

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