Sobre el apego desorganizado

Algunas características interesantes sobre este tipo de vínculo.

Pep Pérez Castelló
2 min readJun 28, 2014

“La primera teorización acerca del apego desorganizado vinculaba éste a un miedo sin solución, a la existencia de un dilema insoluble al que se estaría enfrentando el niño; en efecto, su conducta no sería incoherente o bizarra, sino indicadores de que vive una experiencia de angustia que no puede resolver porque el cuidador es la fuente de miedo al mismo tiempo que constituye el único puerto potencial de seguridad. Esto explicaría su frecuente aparición en familias con un padre maltratador (casi 80% de los niños de estas familias). Lyons-Ruth amplió esta visión original, sugiriendo que el apego desorganizado también puede ser el producto de un padre extremadamente insensible o alterado que falla continuamente en tranquilizar y confortar la activación en el niño de las necesidades de apego; por tanto, el niño quedaría expuesto a la disregulación emocional sin contar con la ayuda de su cuidador. Main resumía estas situaciones hablando de cuidadores aterrorizados, aterrorizantes, y disociativos”.

“Esta propuesta de apego desorganizado merece atención, tanto por las posibles interpretaciones mal dirigidas, como por el potencial que está mostrando a la hora de aportar luz sobre algunos ámbitos de intervención. Empezando por las primeras, debemos volver a mencionar el peligro de considerar un tipo de apego como un rasgo de personalidad. De hecho, es posible que con el apego desorganizado ni tan siquiera pueda hablarse de una forma de apego, en cuanto que podría ser más propiamente el resultado del colapso en las estrategias de apego; es decir, que cuando el niño no es capaz de regular sus emociones vinculadas al apego usando las estrategias habituales, aparecería la desorganización. Esto explicaría su aparición breve y transitoria, que obliga a contar con un buen entrenamiento para identificarlo y nos permite entender por qué transcurrió tanto tiempo hasta que pudo ser descrito por los investigadores. No obstante, también es cierto que a veces la desorganización es tan predominante, que no puede detectarse una estrategia secundaria organizada, de manera que el niño mantiene de forma persistente una conducta de apego seriamente alterada”.

Galán Rodríguez (2010:584)

Galán Rodríguez, A. (2010) El apego. Más allá de un concepto inspirador. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 30 (108), 581-595.

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Pep Pérez Castelló

Profesor de psicología en la Universitat de les Illes Balears y autor del blog http://psicologiadeldesarrollo.es