Pablo Picasso y la inspiración

Ivan Barona González
paxkí art gallery
Published in
2 min readApr 20, 2019

“La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”

Este genio malagueño, en tan sólo ocho palabras, nos dejó un consejo que trasciende muchas esferas. Además de la comunidad dedicada de lleno a las artes, estoy seguro que muchos emprendedores y profesionistas asintieron al escucharla.

En mi opinión, va de la mano con la conocida frase, en vez de preocuparte mejor ocúpate.

Ahora bien, este genio que logró revolucionar el mundo del arte — y reinventarse en más de una ocasión — no acuñó esta frase con ligereza.

Recientemente me enteré que Pablo Picasso ostenta el Récord Guinness al pintor más prolífico. Algunos expertos catalogan unas 26,075 piezas originales de este maestro. Tomando estas últimas cifras como ciertas, podríamos resumir que Picasso realizó, en promedio, una obra nueva cada día de su vida desde sus 20 años hasta su muerte a los 91.

Esto sería dar una alta probabilidad de éxito a la inspiración para encontrarlo trabajando.

En el libro Arts and Fear, de David Bayles y Ted Orlando, se comenta la anécdota del profesor de cerámica. En esta, el instructor divide su salón en dos mitades, los de cantidad y los de calidad. A los primeros pupilos, se les encomienda la creación a destajo, la calificación dependerá literalmente de la cantidad de trabajos y kilos de cerámica usada. Los otros alumnos, deberían presentar una sola pieza, y la calificación se basaría en la calidad y perfección de la misma.

Al final del curso, los trabajos de mayor calidad fueron presentados por los alumnos enfocados en cantidad. Pareciera que mientras los otros generaban teorías sobre la perfección, estos alumnos aprendían de sus errores y mejoraban su técnica. ¿Suena familiar?

Por último compartiré otro de los datos curiosos de este genio y figura. Al parecer, tras haber adquirido un renombre internacional, nuestro amigo Pablo solía utilizar, preferentemente cheques, sobre otros medios de pago. Su lógica apuntaba a que en ocasiones, si los montos no eran representativos, la gente solía preferir conservar una rúbrica del maestro, que unos cuantos dólares, o pesetas. En conclusión, un ganar-ganar para este gran artista.

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