De aquí venimos todos

Angela Henao
Pensamiento
Published in
11 min readJul 28, 2022

La desigualdad social.

El otro, lo otro, nos“otros”.

El espacio, el lugar, el tiempo.

Las personas, las calles, las luchas.

Las cosas, las necesidades, los problemas.

El conjunto de todo lo otro.

El conjunto de todo lo otro que hace parte de nosotros.

La desigualdad social y el capital.

Con el paso del tiempo la brecha de la desigualdad social sigue en constante aumento, sin embargo, con las nuevas necesidades, ideologías y conciencias de las personas se ha buscado la manera de que cada uno contribuya a volver el mundo un lugar más habitable a partir de las condiciones y las capacidades que nos rodean.

María José Álvarez Rivadulla, coordinadora de la Maestría en Sociología de la Universidad de los Andes se refiere a la desigualdad social a partir del siguiente enunciado:

“La diferenciación social implica la existencia de cualidades y roles diversos. Todos los grupos y sociedades tienen alguna forma de diferenciación que suele aumentar con el tamaño de los mismos. La desigualdad social es la jerarquización de esas diferencias. Es la condición por la cual las personas tienen un acceso inequitativo a recursos valorados.”

La desigualdad social implica inequidad en diferentes ámbitos como lo económico, lo social, lo educativo, etc, y de esta manera afirma la importancia y obligación que tienen los entes gubernamentales, institucionales, sociales e incluso cualquier persona para aportar desde su cotidianidad a la deconstrucción de esta problemática, pues genera grandes brechas entre la población ya que no todos tienen acceso a la igualdad de condiciones y oportunidades.

La desigualdad tiene muchas caras, incluso, la mayoría de veces no es tan notoria en la vida de las personas por la apariencia de las mismas, pero, si entablamos una conversación con ellos nos damos cuenta que la desigualdad habita desde los derechos básicos para la vida como es la salud, o el acceso a la educación.

Aunque la igualdad de condiciones reúne todas las características y necesidades básicas de las personas, todo esto se define gracias al capital, pues este es el que tiene mayor importancia para el poder adquisitivo, formando así los mercados capitalistas que según Pérez (2014) “son instituciones socioeconómicas en las que se articulan relaciones de poder que privilegian a sujetos concretos”(p. 25) y que comienzan a desdibujar la facilidad en la consecución de los recursos.

El capital se encarga de beneficiar un lado de la balanza, el que ha estado siempre entre los privilegios, sin embargo, ¿qué pasa con las personas que les cuesta llegar a fin de mes? ¿o con las que no llegan? ¿Qué pasa con el acceso limitado a la educación? ¿Qué pasa con la figura del Estado en la regulación económica? Para nada de esto tenemos una respuesta, tenemos un ideal, de cómo deberían ser o cómo nos gustaría que fueran las cosas, lastimosamente es un camino con pocas esperanzas y con mucho trabajo de por medio.

La desigualdad como creadora de contexto.

El contexto del país también ha influido en que la desigualdad social acarree otros problemas como la prostitución, el tráfico de drogas u órganos, el sicariato, el trabajo infantil, la indigencia, entre otros. Estos problemas son la consecuencia de la privatización de lo público y de la alza en los precios constantemente, ante estas situaciones una familia de estratos bajos de la ciudad debe elegir entre darle educación a sus hijos o cubrir los gastos necesarios para el desarrollo medianamente bueno de la vida de cada integrante.

El problema con la desigualdad social es que es algo que está latente en el aire y en la vida de cada persona, es un problema de la mayoría de los ciudadanos del país, pero no se erradica solamente desde el pensamiento y la acción que está inmersa en ella, el ataque a la problemática debe ser algo incluyente, que nos una como país y un problema en el que todos tengamos responsabilidad.

La desigualdad ha traído grandes retos para el país, pues las transformaciones de vida también crean un nuevo contexto.

Según el informe ‘Hacia la construcción de una sociedad equitativa en Colombia’ presentado por el Banco Mundial en 2019, previo a la pandemia, el nivel de desigualdad de Colombia medido por el coeficiente de Gini (0,53), fue el más alto de los países de la Ocde, y además, se ubica también como el segundo más alto en la región, solo superado por Brasil.

Otras dimensiones que nos permite observar este análisis son las comparaciones de las oportunidades de vida que tienen las personas que viven en diferentes regiones del país:

“Un colombiano nacido en Chocó tiene cinco veces más probabilidades de nacer en la pobreza que uno nacido en Bogotá. De manera similar, una mujer en Colombia tiene 1,7 veces más probabilidades de estar desempleada que un hombre. Un colombiano indígena alcanza en promedio dos años menos de escolaridad que uno no indígena.”

Desde que los índices de pobreza aumentaron abismalmente en Colombia el país se ha convertido en un lugar más inseguro, controlado territorialmente, con tasas más altas de hurtos, asesinatos y estafas. Todos libran una lucha desesperada por sobrevivir de una manera más digna.

Según los resultados de las encuestas realizadas entre entre el 8 de marzo y el 7 de abril del 2022 por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) el 53,1% de los colombianos se siente inseguro (36,8%) o muy inseguro (16,3%) caminando solo en su barrio por la noche. El 23,6% refirió que prefiere no salir solo de noche por la inseguridad.

Sin embargo, esta no es una problemática que solamente se da en las noches, pues en los resultados de dichas encuestas también se evidenció que el 46,6% de los encuestados se siente inseguro (36,3%) o muy inseguro (10,3%) caminando solo por su barrio en el día. El 3,1% afirmó que nunca sale solo de día en su barrio.

Esta es también la manera de mostrar la cara de la desigualdad social de una manera más cercana, que finalmente termina siendo diferente para cada colombiano según sus capacidades y su contexto.

La desigualdad y la movilización social.

Gracias a las nuevas conciencias que emergen desde los más jóvenes se movilizan luchas sociales que permitan generar ruido y resaltar la inconformidad con las maneras de desvalorización de la vida. Así lo percibe Klein en reclamemos los bienes comunales (2001)

Se trata de una causa que trasciende la nacionalidad y las fronteras estatales. La auténtica novedad … es que los activistas de todo el mundo están comenzando a ver sus luchas locales y nacionales a través de una lente global. Éste es el cambio más significativo al que hemos asistido en años. (p. 157)

Ante las carencias, solamente nos queda la gran duda de cómo un país y sus habitantes pueden permitir esto, cómo es posible que tantas familias pasen los días sin nada que comer, no tenemos muchas respuestas, pero hemos intentado solventarlo desde iniciativas que nos unen y reconocen como una comunidad con carencias, como los comedores comunitarios, las donaciones de alimentos y artículos necesarios para la vida.

Aunque ahora las luchas sociales buscan visibilizar esta problemática no siempre fue así, la desigualdad ha sido invisibilizada durante mucho tiempo, porque era vista y juzgada desde los privilegios. Desde niños la mayoría de veces que pasábamos por el lado de un indigente nos decían que estaban así porque querían, o cuando una familia se acercaba a las casas pidiendo mercado, les regalaban, pero después concluían en que habían muchos trabajos disponibles, que en lugar de pedir por qué no buscaban. La desigualdad nos llega a todos de maneras diferentes y es complejo, porque solamente nos damos cuenta cuando ya crecimos y estamos delante de las carencias, las necesidades y la falta de oportunidades.

La desigualdad, una mirada desde lo común.

Aunque el panorama que nos brinda la desigualdad parece irremediable, hay varias maneras de contrarrestar incluso desde las acciones más pequeñas; debemos comenzar por entender que esta problemática no es ajena a nuestras vivencias ni al futuro que queremos, porque se ha convertido en algo configurador de contexto, debemos entender al otro como alguien que no creció y no vive en los mismos privilegios nuestros (por mínimos que estos puedan llegar a ser), así nos será más fácil ayudar a través de la empatía y del reconocimiento de la problemática.

Los colectivos han luchado incansablemente durante este tiempo centrando su razón de ser en temas específicos que ayudan y educan a la sociedad, por ejemplo @somosjacarandas es una fundación de mujeres que lucha por el derecho al aborto libre, a una vida sin acoso sexual y por todas las mujeres, ellas además de brindar acompañamiento y asesoría en estos casos están dispuestas a realizar charlas abiertas sin costo alguno para educar a las personas en estos temas, también abren las puertas de su colectivo para que este sea amplio e incluyente.

@everydayhomeless es un colectivo periodista que reivindica la existencia de los habitantes de calle ante las demás personas por medio de redes sociales, también hacen un trabajo de empoderamiento ante estas situaciones por medio del arte y de las ciencias sociales.

Otro colectivo que ha transformado la visión de las demás personas ante las problemáticas que acarrea la desigualdad social es @putamentepoderosas quienes son un puente entre las trabajadores sexuales el Estado y la sociedad para lograr una transformación social y política. El colectivo lucha para que estas trabajadoras tengan una vida digna y reconozcan sus derechos, en la pandemia desatada por la COVID-19 hicieron recolectas de dinero y de alimentos no perecederos para ayudar a las trabajadoras sexuales y sus familiares en ese momento de carencia.

Así, los grupos de donaciones de alimentos y cosas, los colectivos que tienen como finalidad devolver al territorio luces de esperanza, la ayuda a los habitantes de calle, la conciencia de los educadores en su proceso de formación a las personas vulnerables, el apoyo psicológico, las ofertas laborales en las que puedan aplicar personas con niveles de estudio bajos, entre otras, han sido y serán algunas de las acciones que se pueden crear, mantener y potenciar desde los afectados hasta los privilegiados como los dueños de empresas.

La tarea más importante en la reconstrucción de una vida digna e igual para todos la tiene el Estado como ente protector y regulador de procesos, para ellos también es la tarea de repensar el contexto y las posibilidades de las personas. En la reseña de Común que hace Lina Marín se cita a Vandana Shiva quien afirma que “recuperar los comunes es el deber político, económico y ecológico de nuestra época” (p. 110); pero con nuestra época también hace referencia a la necesidad de que el Estado reconozca su poder, influencia y disposición ante las mejoras para la vida.

El Estado podría implementar subsidios de rentas para las personas que pagan arriendo, así, se posibilitará el acceso a una vivienda digna y cómoda para los integrantes de la familia , también se podrían implementar los subsidios de alimentación o comedores comunitarios para los habitantes de calle o personas en situaciones de absoluta pobreza; a las personas también les cuesta llegar a sus trabajos o a los establecimientos educativos, incluso con la cantidad de opciones de movilidad vial que hay en la ciudad, puesto que a veces se carece de dinero para pagar los pasajes, ante esto se pueden implementar más categorías poblacionales para acceder a bonos en los sistemas de transporte como trabajadores, estudiantes, adultos mayores, población vulnerable, etc.

Teniendo un conocimiento de las maneras de vida en el país, es posible proponer que los servicios como el agua potable, la luz y el gas sean públicos y se regulen a partir de las mismas poblaciones y no por medio de un ente que las privatice y limite el acceso a ellas. Ya se ha demostrado gracias a diferentes comunidades que tienen este modelo de regulación que sí es posible y beneficioso para todos. También se cita a Elinor Ostrom, quien marcó un hito en la reflexión sobre lo común con su publicación Governing the Commons en 1990 “[…] Sus investigaciones evidenciaron que estos bienes comunes pueden ser gestionados de forma exitosa por comunidades que coproducen juntas las reglas de uso, para lo que retomó teorías de acción colectiva y de autogobierno.”

Con los avances tecnológicos el servicio de internet se ha convertido en una necesidad, para esto se podrían implementar espacios con redes Wi — Fi abiertas, así la población tendría conexión con la web para desarrollar actividades de su vida académica o laboral.

Es momento del cambio.

La desigualdad ha significado una barrera en la que de un lado se posicionan los “privilegios” y desde la otra se posiciona la “pobreza”, visto como algo separado es un escenario atroz que nos divide y categoriza a partir de la posibilidad de adquisición y no como personas, ante esto la población ha comenzado a tener un rechazo por cómo se desarrollan actualmente las actividades de vida.

Las nuevas generaciones han decidido conocer el contexto social que enmarca el país, de esta manera han disminuido el sesgo de la indiferencia y de los privilegios, desde el paro nacional del 2018 se reconoce al otro como un reflejo nuestro que vive en medio de unas condiciones que no son óptimas y que no se merecen. Trasladar todo ese dolor, las carencias, las preocupaciones y las ganas de contribuir al cambio a la sociedad fue un hecho histórico en el país. Ahora las personas están más informadas sobre la desigualdad, las problemáticas que trae, la normalización de una vida a medias, entre otras cosas que la conforman y han tomado el compromiso de ayudar a que las oportunidades en todos los ámbitos crezcan en el país.

Flamarique (2016) afirma que: “La supremacía social de una diferencia -y con ella la desigualdad que introduce- sería aceptable si la actividad en cuestión está socialmente justificada por el bien común y si las restantes actividades reciben el adecuado reconocimiento social, en la medida en que también contribuyen al bien común.”

Con esto podemos concluir que hay otras maneras de apostarle al cambio, no es necesario terminar con lo privado en su totalidad, también se trata de cambiar el modelo de privatización para que este beneficie a todas las partes y no a intereses particulares. Para que la sociedad exista el sector privado se debe mantener, sin embargo, replantearse su participación en la sociedad es necesario para contribuir al crecimiento económico y social del país.

El Estado debe entrar a regular todos estos nuevos procesos y está en la obligación de establecer qué es lo que realmente beneficia a la sociedad en términos de innovación y transformación.

Si algo hemos aprendido con la desigualdad social y la falta de oportunidades es que todas las personas están buscando su momento para brillar y mejorar sus realidades de vida, que ha costado construir un realidad justa, tanto que se sigue dirigiendo bajo la corrupción, pero debemos depositar nuestra esperanza en los demás y unir fuerzas para reclamar lo que por derecho nos pertenece y merecemos para que nosotros y los nuestros tengamos una vida digna, con oportunidades, educación, empleos y salarios justos, para que así desde nuestros conocimientos y visión de país sigamos aportando todos los días al cambio en sociedad para disminuir la desigualdad social.

Referencias.

Rivadulla, M. (2013). Desigualdades en Colombia.[Archivo PDF]. https://journals.iai.spk-berlin.de/index.php/iberoamericana/article/view/381/65

Orozco, A. P. (2014). Subversión feminista de la economía: aportes para un debate sobre el conflicto capital-vida. Traficantes de sueños. https://traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Subversi%c3%b3n%20feminista%20de%20la%20econom%c3%ada_Traficantes%20de%20Sue%c3%b1os.pdf

Portafolio. (2021). Colombia, el segundo país más desigual en América Latina. Portafolio. Revista de economía, negocios y actualidad. https://www.portafolio.co/economia/gobierno/colombia-es-el-segundo-pais-mas-desigual-de-america-latina-segun-el-banco-mundial-557830

Portafolio. (2022). Aumentó la percepción de inseguridad en Colombia. Portafolio. Revista de economía, negocios y actualidad. https://www.portafolio.co/tendencias/aumento-la-percepcion-de-inseguridad-en-colombia-564748

Klein, N. (2001). Reclamemos los bienes comunales.[Archivo PDF]. http://maytemunoz.net/wp-content/uploads/2020/04/klein-reclamemos-los-bienes-comunes.pdf

Jacarandas. [@somosjacarandas]. https://www.instagram.com/somosjacarandas/

Jacarandas. (SF). Somos Jacarandas. https://somosjacarandas.com/

Everyday Homeless. [@everydayhomeless]. https://www.instagram.com/everydayhomeless/

Derecho a la Calle. [@corporacioneverydayhomeless]. https://www.instagram.com/corporacioneverydayhomeless/

Putamente Poderosas. [@putamentepoderosas]. https://www.instagram.com/putamentepoderosas/

Moreno, L. M. M. (2018). Christian Laval y Pierre Dardot, Común. Ensayo sobre la revolución en el siglo xxi, Barcelona, Gedisa, 2015, 672 pp. Perfiles Latinoamericanos, 26(51). https://perfilesla.flacso.edu.mx/index.php/perfilesla/article/view/803

Flamarique, L. (30 de abril de 2016). Modernidad y cambio social: una perspectiva integradora, o el más acá de los estudios de género. Arbor. 192(778), a301. https://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/2104/2738

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