EVELYN ANDREA TABORDA ACHIGUE
Pensamiento
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9 min readOct 24, 2022

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Somos Fantasmas en nuestra misma realidad, y sin darnos cuenta causamos grandes daños a las personas de nuestro entorno en varios ámbitos de la vida.

¿Qué es el ghosting y en qué medida afecta a la responsabilidad afectiva?

Todos y cada uno de los actos que comete una persona, sean estos buenos o malos, tienen repercusiones en la misma y en todos aquellos que habitan a su alrededor. Generalmente lo que se juzga como un acto correcto o incorrecto varía según la región, la época y la forma en que se comete. Sin embargo, existen unas máximas como lo son la empatía, el amor y el respeto que son inmutables entre los comportamientos humanos y que cualquiera estaría de acuerdo en seguir. Esto se ha conocido como valores humanos que como bien menciona García (2015): “(…) abarcan todas aquellas cosas que son buenas para nosotros como seres humanos y que nos mejoran como tales”. Durante mucho tiempo la ética, la sociología, la psicología y demás ciencias se han dedicado buscar un eje central para comprender el comportamiento de los individuos y se han logrado establecer ciertos patrones que cuando alguien los trasciende se puede decir que está causando daño.

Precisamente muy unido a lo que tiene que ver con estas problemáticas es que se fundamenta este ensayo ya que, el propósito del presente escrito es responder la pregunta que se conserva en el título, es decir desarrollar los puntos importantes sobre el ghosting y la responsabilidad afectiva. Para ello ha sido necesario seguir una serie de etapas que aclararán cada uno de los problemas que aquí se tratan y se llegará a una conclusión.

Con las nuevas prácticas tecnológicas, se ha vivido toda una revolución en materia comportamental y humana que antes era imposible que existiera. Situaciones como las relaciones a distancia, el intercambio cultural, la comunicación rápida, han llegado para quedarse y, aunque muchos de estos factores sean positivos para la vida, han causado muchos estragos cuando son mal utilizados. Como bien menciona Fernández (2022): “La generación Z ha reformulado completamente la comunicación y la manera de hacer información en redes sociales. Han nacido en un contexto puramente digital y están acostumbrados a manejarse en los formatos y los lenguajes específicos de las plataformas”. El acoso cibernético, la estafa, el robo de identidades, entre otras, son prácticas que afectan en el día a día y ponen en la mesa nuevos asuntos éticos sobre los que se deben reflexionar. De ahí que sea acertado cuando se afirma que: “El ciberespacio por ser un mundo virtual, intangible y digital, requiere nuevas destrezas y habilidades para manipular herramientas tecnológicas que tienen implicaciones directas (favorables o desfavorables) en la salud, la vida” (Quintero, 2015). En el marco de la sociedad actual y los recursos con los que cuenta, es que surge el tema central de este texto, aquel fenómeno conocido como ghosting.

Corresponde aquí elaborar una definición conceptual a partir de los temas que son la parte primordial del texto, el primero de ellos es el Ghosting. Este concepto que es un término social nuevo, surge de la época actual y los fenómenos que se viven alrededor de ella con el auge de la tecnología. para comenzar a entrar en el tema se pueden tener en cuenta las siguientes palabras: “En una red, conectarse y desconectarse son elecciones igualmente legítimas, gozan del mismo estatus y de igual importancia.” (Bauman, 2005). Estas palabras ilustran las prácticas de las personas que se pueden evaluar a lo largo de este escrito, ya que la brecha de comunicación que se abre es precisamente perpetuar por la red.

La comunicación instantánea puede ser de bastante utilidad en diferentes situaciones de la vida, ya que permite sentir la constancia y el acompañamiento de los otros incluso si están lejos. Pero también las interacciones digitales pueden producir afectaciones, y ser detonantes de imprudencias. En la actualidad desde cualquier tableta, computador o teléfono portable se puede entablar una conversación sana o, en contraste, causar toda una serie de estragos psicológicos mediante el ciberacoso, entendido como“(…) el uso de información electrónica y medios de comunicación (correo electrónico, redes sociales, blogs, mensajería instantánea, mensajes de texto, teléfonos móviles…) para acosar a un individuo o grupo, mediante ataques personales u otros medios”. (Navas, 2012).

Como bien se puede apreciar en el párrafo anterior, en el ciberacoso se siguen tomando acciones contra la otra persona, es decir que hay una serie de actos que determinan el daño, situación que no se da en el ghosting, ya que en este caso precisamente el hecho de dejar de hacer cualquier tipo de acción es lo que se considera violencia. Gracias a la tecnología, las personas pueden tener una comunicación permanente con otras y los lazos afectivos se pueden fortalecer o en su defecto, se pueden deteriorar y con ello afectar la salud emocional. Este es el caso del tema que se trabaja, es una práctica nueva, ya que solo afecta a: “(…) jóvenes que han aprendido a construir su identidad en múltiples pantallas y a comunicarse interpersonalmente por múltiples dispositivos tecnológicos (Morduchowicz, 2012). Es decir que su aparición es actual y en una comunidad determinada. En este fenómeno, es posible que en cualquier vínculo, una de las personas desaparezca sin dar explicación alguna, sin permitir el diálogo para cerrar de una manera sana un ciclo, esto se da especialmente en las relaciones amorosas demostrando precisamente la necesidad que sintió por esta época el sociólogo Bauman:

(…) entender esa extraña fragilidad de los vínculos humanos, el sentimiento de inseguridad que esa fragilidad inspira y los deseos conflictivos que ese sentimiento despierta, provocando el impulso de estrechar los lazos, pero manteniéndolos al mismo tiempo flojos para poder desanudarlos (Bauman, 2003).

Es en esta línea de reflexión que se instala el pensador, pone en entredicho las prácticas actuales, ya que precisamente la vida rápida y las faltas de compromiso son su principal eje. Si hubiese un diálogo claro y un compromiso fuerte, los casos de abandono no serían tan frecuentes y situaciones como el ghosting no se llevarían a cabo. Según la siguiente entrada:

El ghosting se conceptualiza como una estrategia para terminar una relación amorosa o de noviazgo que surge en la era digital como un método para evitar la confrontación directa y discutir el estado de la relación con la pareja. Específicamente, el fantasma se refiere a “casos en los que el desenganchador (la pareja que inicia una ruptura) disuelve unilateralmente una relación romántica al evitar el contacto en línea y fuera de línea con el destinatario (la pareja con la que se rompe). (Navarro, 2020).

Esto deja un vacío en el otro que no sabe cómo reaccionar ante tal situación, causando sentimientos de culpabilidad, enojo y baja autoestima. Este fenómeno puede destruir la estabilidad mental del compañero, amigo o familiar al que se somete esta práctica. Esto se puede comprender desde lo que la psicología llama responsabilidad afectiva, que es comprender que todos los seres humanos piensan y sienten y que les afecta todo aquello que ocurra, bueno o malo, es decir que los comportamientos de los otros también influyen en el propio carácter y pueden desencadenar episodios de tristeza o de completa alegría. Cuando se tiene esta característica se dialoga, existe la preocupación por el otro y se abordan los problemas con el fin de no causar daño, así como bien menciona la autora: “La responsabilidad afectiva hace referencia a que nuestros actos tienen consecuencias en otras personas y, por lo tanto, debemos prestar atención a cómo nos relacionamos, aplicando el respeto, la comunicación, la empatía y el cuidado que cada vínculo requiere.” (Poch, 2022).

Es evidente que cada persona se ve en la necesidad de entablar una conversación para aclarar sus ideas, independientemente de la situación en la que se encuentre, lo que se realiza con el ghosting es impedir la comunicación efectiva y dejar todo a la merced de las circunstancias, en pocas palabras es huir sin responsabilidad alguna por el otro. Debido a que la confrontación puede suscitar algunos desacuerdos y en muchos casos se siente la incapacidad de hablar sobre los sentimientos propios, desaparecer sin razón alguna se convierte en una opción egoísta que no tiene en cuenta a la otra persona. La comunicación por medios tecnológicos tiene dos caras, según Pinzón:

“(…) teniendo en cuenta que a partir del uso social que se le da al Internet, las personas siguen comunicándose por notas de voz, videollamadas o textos como la mensajería instantánea; es posible considerar que la acción de no recibir un mensaje a través de la interacción virtual, continúa siendo una parte del proceso de comunicación y se le añade un significado. (2019). Este significado es por supuesto de molestia e incomodidad y va unido a toda una serie de emociones de rabia y de abandono. Afortunadamente la psicología ha acuñado un término a esto que es conocido como ghosting y ella misma elabora bases de cómo se debe enfrentarlo.

Ya que se dieron los puntos estratégicos para comprender en qué consiste el ghosting, se va estudiar a fondo su contraposición, la responsabilidad afectiva… implica una responsabilidad y un compromiso hacia el otro, donde se busca un cuidado con las personas que están alrededor y se crean lazos sanos de cualquier índole. Cuando salen a resurgir problemas, el diálogo, la entereza y por supuesto el amor son los vehículos para terminar relaciones interpersonales de forma sana, de ahí se desprende nuestro segundo tema: “La responsabilidad afectiva se basa en el consenso, cuidado y diálogo sobre los sentimientos y emociones que surgen en una relación de cualquier naturaleza. Cuidar implica escuchar al otro y acompañarlo teniendo en cuenta sus emociones.” (Universidad de la Salle, 2021). Cuando esta es utilizada cada persona tiene la oportunidad de expresar lo que siente y escuchar en la misma medida al otro.

Esto quiere decir que este comportamiento es algo que ha estado presente durante la creación misma de las sociedades y el trabajo en equipo, donde se considera al otro merecedor de respeto y estabilidad emocional. Este último concepto mencionado, tiene que ver directamente con el que se analiza en este apartado, ya que una persona que es escuchada y querida por parte de sus círculos sociales y familiares, tendrá salud y paz mental. Como bien menciona el autor Barbosa, (2010) las personas con alto nivel de responsabilidad afectiva, son personas persistentes, empáticas, que mantienen la motivación propia y la del grupo a pesar de las dificultades, son estables emocionalmente, aceptan favorablemente las críticas, son flexibles en sus posturas, tienen en cuenta la opinión de otros, se adaptan mejor a situaciones de incertidumbre y toleran mejor la frustración, ya que son capaces de hacer un uso adecuado de sus recursos emocionales. Cuando los ambientes familiares, laborales y sociales están permeados por el odio y el resentimiento sin presencia alguna de responsabilidad afectiva así no se hable directamente del tema, esta situación causa cargas emocionales negativas donde priman los daños entre los miembros de la comunidad respectiva.

Ahora bien, como se puede apreciar el ghosting tiene una parte de irresponsabilidad, ya que no ser capaz de enfrentar al otro y comunicarle la decisión y la explicación de lo que se hace, no se tiene en cuenta su estabilidad se elimina su derecho a estar estable y sentirse bien. Esto quiere decir que las prácticas del ghosting no caben en una relación basada en la responsabilidad, la formación del carácter y el crecimiento personal. Hay que recordar que, un vínculo sano se construye amando y aceptando al otro como es. Construyendo la relación desde el diálogo de las emociones. Esto quiere decir que cuando alguien se desaparece sin dar cabida al diálogo, no está haciendo las cosas como en realidad las debe hacer, debería replantear su actuar y empezar a tener una mirada más humanas y responsables sobre su actos.

Referencias

Barbosa, D. (2010). Personalidad e inteligencia emocional. Bogotá: Perspectiva en psicología.

Bauman, Z. (2005). Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Madrid, España: Fondo de Cultura Económica.

Garcia, I. (2020). Valores universales. México: Revista de salud.

Morduchowicz, R. (2012). Los adolescentes y las redes sociales. La construcción de la identidad juvenil en Internet. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica

Navarro, R. (2020). Ghosting y breadcrumbing: prevalencia y asociación con el comportamiento de citas en línea entre adultos jóvenes. España: Escritos de psicología.

Navas, A. (2012). Ciberbullying en redes sociales. España: Psicología evolutiva.

Pinzón, E. (2019). El ghosting como fenómeno de ruptura virtual en relaciones de pareja. Bogotá: Los libertadores.

Poch, A. (05 de octubre de 2022). La responsabilidad afectiva en la era del ‘ghosting’ o por qué hay que tener en cuenta las emociones del otro. Consultado en: https://elpais.com/estilo-de-vida/2022-10-06/la-responsabilidad-afectiva-en-la-era-del-ghosting-o-por-que-hay-que-tener-en-cuenta-las-emociones-del-otro.html

Quintero, J. (2015). Nuevas tecnologías nuevas enfermedades. Buenos Aires: Promoción de la salud.

Universidad de la Salle. (2021). La responsabilidad afectiva. Proyectos estudiantiles.

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