Bajo la piel

Luisa Delaespriellab
Pensamiento

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La discriminación como un problema estructural de nuestro tiempo

Escribir acerca de temas que nos han acompañado en el transcurso y estructuración de la vida genera muchas veces agotamiento, tristeza y en cierta medida, desinterés. Sin embargo, puede que haya quienes opinen que la discriminación es una problemática ya históricamente superada y que al respecto solo se puede objetar que está dentro de la realidad que vivimos. Aún con este panorama, a concepto propio es importante abordar desde una mirada global la problemática discriminatoria que ha permeado diferentes contextos y que aún sigue estando presente en muchos espacios de la vida cotidiana. La primera parte del presente ensayo le será útil al lector para poder identificar los tipos de discriminación y su relación con luchas sociales de la sociedad contemporánea. Seguido a esto, se hace mención de diferentes puntos de vista de población víctima de discriminación en Colombia y casos externos a este país. Finalmente, se plantea una reflexión de contribuciones desde la individualidad ante lo mencionado en todo el escrito.

La realidad aprendida: exclusión persistente

Mi interés por indagar acerca de la discriminación partió de conversaciones diarias y en el recorrer de la vida, en donde pude conocer cómo esta afecta entornos cotidianos como el Diosmirna, una lideresa comunitaria de la comuna 13 en Medellín y el de Moisés, un joven emprendedor de 27 años que alquila lavadoras en Apartadó, Antioquia. Ambos me enseñaron lo difícil que es estar donde no te quieren y los diferentes actos de discriminación que han presenciado desde su instancia en Colombia.

“Acá los colombianos son muy…¿cómo lo digo sin que suene feo?, muy exclusivos con lo que es de ellos. No es que me hayan insultado por ser de Venezuela pero obviamente uno siente las dificultades de la vida. Por ejemplo yo ahorita sobrevivo es por lo del negocio, pero nunca me dieron trabajo o si sentí eso como de que yo tenía que cobrar menos en restaurantes que me presentaba solo porque era Venezolano. Yo allá en Venezuela cobraba bien por ser mesero pero acá si no me dio” expresa Moisés.

Entender ese tipo de acciones cotidianas que pueden experimentar multitud de personas en diferentes países por su situación diferente, hace que la discriminación empiece a ser un tema relevante. Según Machado & Pereira (2001), la estructura social está determinada en América Latina por las oportunidades diferenciadas de acceso al poder, que según atributos u origen étnico permiten distinguir entre grupos de alto y bajo estatus al interior de los países de esta región. Al respecto, la evidencia señala que los grupos de alto estatus son generalmente blancos o mestizos, mientras que los de bajo estatus están mayoritariamente conformados por población indígena o afrodescendiente. Tales diferencias generan una dinámica de exclusión social que determina que los grupos de bajo estatus tengan peores condiciones de vivienda, educación, salud, inserción laboral y acceso a la justicia (Chong & Ñopo, 2007)

Sin embargo, el racismo como concepto se le ha venido atribuyendo cierta relación directa con la discriminación y ante esto Restrepo (2008), sugiere hacer diferenciación entre ambos conceptos, partiendo de que para que se produzca una discriminación debe haber un ejercicio de exclusión y un acto de diferenciación.Este tipo de situaciones tienen como consecuencia directa el incremento de una violencia incesante que afecta diferentes espacios. Incluso las instituciones del Estado fomentan el uso a la violencia a través de actos discriminatorios que no dan potestad de hablar a la población vulnerada de sus derechos. El 24 de septiembre de 2021, en un retén del ejército de Colombia fue asesinada Juliana, una mujer trans que iba en un automóvil con su pareja sentimental. Según los comunicados de prensa y del estado colombiano, todo se trató de un acto de discriminación homofóbica por parte del ejército nacional, que provocó una ráfaga de disparos con fusil en contra del carro de la pareja, causando instantáneamente la muerte de Juliana.

Discriminar, es simplemente, un acto de un ideal lleno de estereotipos de una sociedad que ha normalizado por generaciones el racismo, el clasismo, el sexismo, entre otras prácticas de exclusión. Sin embargo, aquí lo verdaderamente interesante son las formas en cómo actualmente hacemos frente a este sin sabor que ha marcado numerosos casos de vida. Aquí aludo a la experiencia de Alexandra, una mujer de 50 años homosexual que aún se está reconciliando consigo misma: “los de las generaciones actuales han ido evolucionando en el trato a todas las personas homosexuales, porque en mi generación fue muy duro, muy difícil salir a la calle con tu pareja o que se dieran cuenta en tu casa, eso era terrorífico. Me acuerdo que yo nunca le afirmé a mi mamá que era lesbiana, ella lo supo pues ya con el pasar del tiempo, pero nunca mi familia normalizó y aún no aceptan que esta es mi condición” expresa Alexandra

Como lo menciona Marin (2021) en su podcast Algo Va Mal, las luchas sociales en contra de estas problemáticas están de pie por los excluidos, por todas esas personas que no son consideradas ciudadanos ni sujetos de derecho. Acorde a esto, es que en estos tiempos vemos que muchos, como el caso de Alexandra, se quedaron atrapados en el sesgo de su época y aún padecen tipos de discriminación, como la comunidad afro y sus luchas en contra de casos de odio con el hashtag #BlackLivesMatter (BLM) en referencia al asesinato de Jorge Floyd y los casos diarios de racismo que se ven en muchos países; o las marchas en contra del sexismo y la lucha para fomentar espacios seguros de trato digno para todas las personas con identidades y orientación sexual diversas LGBTIQ+.

Al respecto Achinte (2013) en su texto Pedagogías de la Re-existencia, plantea que:

“Lo contemporáneo se vuelve problemático por esa coexistencia, lo actual se convierte en un campo de disputas por el re-conocimiento, las auto-afirmaciones étnicas e identitarias y las apuestas políticas de sociedad que apuntan a colocar en el presente, en este hoy, a quienes han estado históricamente confinados a lo pre, estigmatizados y vilipendiados, exotizados y convertidos en piezas de museo inmóviles y sin la oportunidad de cambio a riesgo de perder sus identidades. Lo contemporáneo nos remite a cuestionar la concepción de la historia y los dispositivos con los cuales se han construido sus narrativas excluyentes.”

¿Qué tan vulnerables somos ante la discriminación?

En nuestro tiempo, uno de los problemas estructurales más notables es la discriminación. No es gratuito que haya luchas por otros modos de vida y nuestra conexión con el territorio en sus diferentes presentaciones (espacio, cuerpo, entorno social). ¿Será que aún vivimos y nos sentimos parte del territorio? son algunos casos con los que lucha el feminismo. Hoy, muchas de mis compañeras de Universidad plantean diferentes puntos de vista acerca de lo que consideramos como feminismo, y es sumamente interesante escuchar cómo desde nuestra generación se piensa de manera muy profunda acerca de lo que nos acoge como sociedad. En conversaciones diarias de la vida, mi compañera Maria considera que “estamos viviendo cambios que favorecen a que paren los malos tratos hacia las personas. El feminismo nos acoge a todos por igual, ya sea tu orientación o identidad diferente. Cada persona puede llegar a ser víctima de discriminación en algún punto de su vida, y es ahí en donde puede agravar la forma en cómo se decida vivir, llegando a fines violentos e injustos. Es necesario empezar a hablar de este tema, porque nos ayuda a nosotros como personas jóvenes a difundir un mensaje de igualdad”.

Considero que una notable cantidad de la población global ha sido víctima de algún acto de discriminación. No es solo verlo de manera directa en comunidades sesgadas por el tiempo, sino con actos cotidianos que no reciben la aprobación del estereotipo de la sociedad. El ser víctima de palabras intencionadas con fines de odio por el territorio, o por mi condición de desplazada, refugiada, o simplemente porque me puse una blusa con escote para salir a la calle, o solo porque creo en Buda y no en Jehová, e inclusive, puedo ser víctima al usar en un entorno clasista unos mismos zapatos toda la semana. Este tipo de dinámicas , sin que nos demos cuenta de manera directa, llegan a ser casos de completa discriminación.

Dentro de un sistema que embarga a todos en un devenir de malos tratos, han surgido movimientos sociales de transformación que buscan poder garantizar la incorporación de medidas que ayuden a que diferentes comunidades puedan recibir un buen trato dentro de la justicia a fin a su territorio, ideologías, creencias, raza, entre otros.

Diosmirna, la lideresa venezolana que mencioné anteriormente, apoya a su comunidad para fortalecer la inclusión de las personas venezolanas que llegan a Colombia en estado de vulnerabilidad. Hoy, mujeres como ella son ejemplo de resiliencia e integración que favorece que las personas se sientan seguras si han sido discriminadas.

“Nosotros como migrantes pasamos y sabemos cuales son esas necesidades que tienen las personas. Yo particularmente estuve en un duelo migratorio, y la cuestión es como tener esa empatía y poder identificarnos como iguales. Lo que ellos están pasando, lo pasamos nosotros, por eso es que nosotros los líderes comunitarios nos preparamos día a día para poder ayudarlos un poquito más.” expresa Diosmirna.

Difundir un mensaje de inclusión y no exclusión

“La discriminación racial sistémica trasciende cualquier expresión de odio individual. Deriva de prejuicios en varios sistemas e instituciones de la política pública, que perpetúan y refuerzan por separado y conjuntamente los obstáculos a la igualdad… Todos debemos desafiar y condenar abiertamente los mensajes, especialmente los mensajes o discursos políticos, que difunden ideas basadas en la superioridad o el odio racial, o que incitan al racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia.” Michelle Bachelet, Alta Comisionada De Las Naciones Unidas Para Los Derechos Humanos

Hoy es posible identificar cambios de pensar en diferentes escenarios que conlleva el ser humano a ser diferente al otro, pero merecedor de los mismo derechos y deberes de los demás: tanto de refugiados, desplazados, protección de género y orientación sexual diversa, racismo, vocación religiosa, nivel socioeconómico, entre otros.

Entender que he sido víctima de discriminación y conocer e identificarme con el otro, es una forma de empezar a minimizar casos que perjudiquen la salud y el bienestar de los demás. Además, las narrativas que están alrededor de casos discriminatorios, pueden contribuir a la inclusión, ya sea: entender el espacio y contexto de la situación de una persona, respetar sus derechos como persona, empatizar con sus necesidades y problemas, mejorar y ser sensible ante las palabras que digo, divulgar pensamientos inclusivos y de mayor respeto hacia los demás en diferentes contextos de la vida, tolerar y no ser intolerante, entre otros. Es más que necesario saber que la discriminación es un problema estructural de nuestro tiempo. Es un problema social, político y sistemático, sin embargo están surgiendo espacios seguros para la comunidad y luchas que empieza a sensibilizar acerca de las injusticias que se viven.

REFERENCIAS

Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2021). La lucha contra el racismo y la discriminación: 20 años de la Declaración y el Programa de Acción de Durban

Albán Achinte, Adolfo. (2013). Pedagogías de la Re-existencia. Artistas indígenas y afrocolombianos. En Catherine Walsh. Pedagogías decoloniales. Prácticas insurgentes de resistir, (re)existir y (re)vivir. Tomo I. (pp.443–468) Quito, Ecuador: Ediciones Abya — Yala

Camino, L., da Silva, P., Machado, A. & Pereira, C. (2001). A face oculta do racismo no Brasil: Uma Análise Psicossociológica. Revista de Psicologia Política, 1, 13–36

Peña Montoya, P. /Hacemos Memoria (2021). Por qué el crimen de Juliana, mujer trans asesinada en un control del Ejército, indigna a Colombia.

Restrepo, E. (2008). Racismo y discriminación. A. Rojas, Cátedra de estudios afrocolombianos: aportes para maestros, 192–204.

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