¿Qué es el amor en todas partes, todo el tiempo y a la misma vez?

Juliana Andrea González García
Pensamiento
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13 min readJul 30, 2022

Tengo una cicatriz muy pequeña en mi rodilla derecha, está ahí porque cuando tenía 9 años me caí a la calle mientras daba vueltas y sonreía mirando al cielo, una niña de unos años mayor que yo me ayudó a levantarme ese día y entre risas me preguntó que porqué tenía esa cara antes de caerme, que si era que estaba enamorada, mi pequeño y tímido yo solo lo negó rápidamente y salió a correr aún con la rodilla sangrando. Y la verdad es que no le mentí del todo ese día a aquella niña, yo no estaba enamorada, pero mi mente en ese momento se encontraba fantaseando sobre cómo sería cuando lo estuviera en el futuro, cómo se sentiría o de quién sería. Me gustaría decir que este fue un hecho aislado, pero realmente fue más una constante, mientras crecía me bombardee de todo tipo de contenido romántico, películas, series, libros, webtoons, incluso las historias de las personas que conocía, me encantaban, estaba fascinada con la idea del amor, lo consumía –aún lo hago– como una adicta. Llore en el cine escuchando a Hazel Grace despedirse de Augustus Waters, me compre unas medias amarillas con rayas negras apenas salí del cine después de ver “Yo antes de ti”, y cuando descubrí que la mamá de mi mejor amiga se casaría de negro, le rogué para que me dejara ir con un vestido blanco y así fingir por un momento que esa boda era la mía. Antes de siquiera tener edad para beber yo ya andaba ebria, embriagada en contenido romántico.

Frecuentemente me preguntaba qué tipo de romance literario llegaría primero a mi vida, sería tal vez una enemies to lovers, un amor a primera vista o quizás sería un triángulo amoroso, no importaba realmente, yo solo estaba ansiosa de dejar de ser una espectadora y convertirme al fin en la protagonista, –léase esta parte con people watching de Conan Gray de fondo para un sentimiento más real– la cosa es que con eso en mente, me senté pacientemente y espere, espere y espere…y luego espere un poco más. Pero realmente nada pasó, y para ser justos realmente tampoco espere tanto, soy una persona bastante joven, sin embargo en esa larga, no tan larga espera, comencé a preguntarme, qué tanto de ese amor que esperaba con tanto anhelo realmente existía afuera, afuera de las pantallas, de las páginas de los libros y de las notas musicales de una canción, ¿de verdad existe un sentimiento tan poderoso? uno capaz de empezar guerras, de cruzar multiversos e incluso de vencer a la muerte, o simplemente como sociedad hemos caído en una espiral de hipérboles de las cuales ya no sabemos cómo escapar.

La manera de descubrirlo más fácilmente es experimentando, pero como ya dejé claro más arriba, he sido incapaz. Así que pasaremos a un plano investigativo en el cual nuestra herramienta principal será una revisión documental. Pensemos este ensayo como una trilogía: en la primera parte buscó recopilar diferentes perspectivas del amor, únicamente del amor romántico, basándome en diferentes áreas, como: la filosofía, la ciencia, la cultura pop, la literatura e incluso la mitología; esto intentando plasmar las diferente visiones con las que se ha abordado un tema tan complejo en diferentes áreas y cómo éstas se conectan; en la segunda parte, a través de historias de la vida cotidiana, intentaré vislumbrar cuáles perspectivas del amor le pertenecen más a lo ideal que a lo real; y para finalizar, hablaré un poco sobre los factores actuales que a su vez pueden estar influyendo en las percepciones del amor romántico, el porqué se explicará un poco más adelante.

Capítulo #1: ¿Y si todo ha sido una conspiración del gobierno?

Para comenzar me pregunté si estar enamorado era lo mismo que amar, y al parecer no lo es, John Gottman, filósofo estadounidense, nos dirá que el amor se divide en tres etapas, la primera: Limercia; es el enamoramiento y la lujuria inicial, la segunda: El amor romántico; la construcción de la confianza y, por último, la tercera etapa: El amor maduro; caracterizada por el compromiso y la lealtad. Dicho esto, en este capítulo hablaremos de las tres etapas.

Etapa I: Eros escribió Don´t blame me de Taylor Swift

Empecemos por el inicio de todo, en la mitología griega se ubica a Eros como el dios del amor y el deseo, hijo de la diosa de la belleza Afrodita y de Ares el dios de la guerra. Al nacer tuvo que ser ocultado en los bosques de Chipre, pues Zeus deseaba acabar con él, estaba seguro de que con la llegada de Eros también nacía un nuevo mal para el universo pues este poseía un poder capaz de doblegar la voluntad tanto de mortales como de los mismos dioses. Eros representa un amor que no necesita ser bilateral, abrumador, apasionado y ciego. Este estado limercico podemos encontrarlo representado en un sin número de productos de la cultura pop, un gran ejemplo sería la canción Don´t blame me de Taylor Swift, en esta ella dice:

“No me culpes, el amor me enloqueció

Si no es así, no lo estás haciendo bien

Dios, sálvame, mi droga es mi amado

La usare por el resto de mi vida”

Esta metáfora del amor como una droga es bastante interesante, puesto que a un nivel fisiológico eso es más o menos lo que le está pasando a nuestro cerebro en esta etapa. Al enamorarnos nuestro cuerpo segrega todo un cóctel de compuestos químicos como la dopamina, la norepinefrina, la feniletilamina, la oxitocina y la serotonina; estos nos producen descargas de adrenalina, nos hacen sentir euforia y placer, también, intensifica todas nuestras emociones y a su vez nos ayuda a generar lazos y a asociar nuestras parejas con un sentimiento de felicidad, de hecho, estos compuestos generan algunas respuestas similares a las que producen la cocaína, los opiáceos y los trastornos obsesivos. (ZSCHIMMER & SCHWARZ, 2022). Respecto a esto, el filósofo Artur Schipenhaver diría que el objetivo de estas reacciones químicas es engañarnos para procrear, puesto que detrás de nuestros deseos individuales se esconde la voluntad de prevalecer como especie. De esta manera, la naturaleza nos engaña haciéndonos creer que seremos felices junto a alguien, lo que no es cierto, y esta fantasía se genera únicamente para satisfacer nuestros deseos sexuales y continuar con el ciclo de la reproducción humana (Saliche, 2018).

Capítulo II: Anteros y la maldición del hijo del medio

Menos reconocido que su hermano Eros, Anteros es el Dios del amor correspondido, este representa un tipo de amor diferente al de su hermano mayor, uno mutuo y duradero. Platón en su diálogo del Banquete plantearía su idea del amor a través de un mito: contaría como en inicio los humanos estaban hechos de dos cabezas, cuatro brazos y cuatro piernas, estos seres se sentían completos y satisfechos, sin embargo, un día al hacer enojar al Dios Zeus, éste decidió partirlos a la mitad, volviéndolos físicamente débiles y condenándolos a buscar su otra mitad. De esta forma, se plantea la línea sobre la cual se ve el amor como algo que necesitamos para sentirnos completos como personas y un proceso que no se puede llevar a cabo de manera unilateral. Esta etapa del amor se caracteriza por el fortalecimiento de los lazos como pareja y la construcción de confianza mutua, aquí, con muchos menos compuestos químicos en la cabeza se hace presente el sentimiento en una manera más racional. La autora Montse Barderi inicia su libro El amor no duele citando al escritor Julio Cortázar “Me atormenta tu amor que no me sirve de puente, un puente no se sostiene de un solo lado”, en esta trata las relaciones amorosas problemáticas y menciona el amor como un tipo de felicidad que solo se consigue con la ayuda de quien amas (Barderi, 2018), si no es de esta manera simplemente se convierte en un amor que te hace vivir sin vivir en ti.

El idioma coreano no está compuesto por letras sino que se compone por caracteres llamados hangeul, en este podemos observar similitudes en sus palabras como 사람 (saram) que significa persona y 사랑 (sarang) que significa amor, una similitud que no es coincidencial, la relación entre ambas es explicada por el cantante RM en su canción Trivia 承: Love, en esta menciona como alguien logra erosionar los bordes y convertirlos en un círculo (ㅁ- ㅇ), siendo esto lo que consigue transformar a las personas y a la vez las personas las que logran transformar el amor.

Capítulo III: No hay un Dios griego para esto solo hay amor del bueno.

Llamado amor maduro o amor compañero en este punto finalmente reina en su totalidad la racionalidad, y la continuación o finalización de la relación romántica suele depender de lo construido en la etapa anterior. El psicoterapeuta Luis Muiño dice en el podcast Entiende tu mente que antes de esta etapa desprenderse de una pareja da casi los mismos síntomas que daría el síndrome de abstinencia, sin embargo, en este punto se vive un cambio completo del sistema hormonal y con la ausencia de estos componentes químicos, según Muiño, podemos empezar a hablar del verdadero amor. También, podemos referenciar la visión de la filósofa francesa Simone Beauvoir, que veía el amor como algo que nos permite ir más allá de nosotros mismos, un deseo de unirnos con alguien más de manera consciente para descubrir quienes somos, a la vez que nos enriquecemos mutuamente en este proceso. Beauvoir mencionaba que uno de los problemas del amor romántico era lo cautivador que podría llegar a ser, al punto de hacernos depender del otro para justificar nuestra existencia y desencadenaba juegos de poder, por lo que ella recomendaba amar de una manera libre, algo más parecido a una amistad (Coordinador, 2021).

Una de las referencias audiovisuales en esta etapa del amor podría ser la relación entre Marge y Homero de la serie Los Simpson, un matrimonio constituido con un sin fin de altos y bajos, que vive en un proceso de construcción constante que no es muy claro en la serie pues este no es su foco, aquí parece presentarse una de nuestras primeras respuestas: los contenidos audiovisuales no suelen enfocarse en todas las etapas del amor ni en el desarrollo de estas, si no solo en una o dos, incluso tal vez decidan mezclar todas. Gran cantidad del contenido, sobre todo el que se llega a viralizar, suele concentrarse en la fase del enamoramiento, si pensamos en una canción romántica posiblemente la primera que se nos venga a la cabeza, lo más probable es que pertenezca a esta etapa, como All of me de John Legend, y las series o películas no son la excepción, por ejemplo: Heartstopper, Your name; clásicos como Titanic o como las historias de Disney que después del primer beso para cortar camino nos dejan con un simple “y vivieron felices para siempre”. Sin embargo, también hay contenido que abarca la segunda etapa y la tercera e incluso las tres, canciones como No te necesito de Santiago cruz o Te amaré mejor de Tontxu, comics como Here you are, series como Modern Family, Malcolm en el medio e incluso series infantiles como El increíble mundo de Gumball.

La verdad mentí un poco en la introducción al ensayo, desde el inicio sabía que el amor en la vida real no se presenta de la misma forma que en el contenido audiovisual, pero aun así me atraía la idea de comparar este con lo dicho por los filósofos y el enmarcarlos en una etapa del amor, sin embargo, aún creo que los conceptos están un poco lejanos, así que con el afán de aterrizarlos decidí adquirir también fuente de primera mano, era hora de preguntar.

Capítulo #2: Má ¿Qué es el amor?

De las personas con las que conversé sobre el tema puedo sacar algunas visiones reiteradas y con ello hacer una especie de concepción general. Aunque al inicio la mayoría expresó lo difícil que era darle una definición con sus palabras, pude concluir que el amor se ve como una conexión que nos lleva a acoplarnos a un otro y nos ayuda a conocernos a nosotros mismos en función de la otra persona, nos hace sentir alegría, emoción, cariño, pero también ansiedad, miedo y vulnerabilidad. Nos hace compartir las preocupaciones del otro, pero también aliviana la carga de las propias, es un lazo que se forja desde la confianza, la sinceridad y la comunicación, finalmente genera un sentido de pertenencia, de seguridad y una razón de ser.

Entre todas las historias que escuche la que más me gusto y la que me gustaría compartir es, dándole justicia al título de esta parte, la de mi mamá. Ella expresó que uno se enamora es de momentos. Me contó que ella se enamoró de mi papá tres veces, la primera vez que lo vio esperándola con flores, la segunda fue cuando recién se habían mudado a una nueva ciudad y él la ayudó a no sentirse sola, y la última fue cuando ella decidió verse una maratón de ocho horas de El Padrino, y aunque a él no le gustaban esas películas, se recostó en sus piernas y la acompañó todo el tiempo que duró la maratón. Fueron momentos pequeños pero significativos cargados de sentimientos de seguridad, acompañamiento y cariño. Tres elementos que a su vez podemos encontrar en la narrativa general pero que también están presentes en las canciones, en el contenido audiovisual y en las narrativas extendidas.

Entonces si realmente los medios no nos están vendiendo algo totalmente ajeno a nosotros, por qué aun así no se siente del todo cercano, por qué se siente tan inalcanzable y de dónde nace esa vibra que nos dice que hay algo en la relación del contenido y el amor que no está del todo bien. Si, es verdad que la mayoría de este contenido está hecho para entretener, por lo que no necesita ser una representación precisa de la realidad, es más bien un recorte de partes que se exageran o minimizan tanto como sea conveniente para la trama que se trata. La cosa es que todo esto nosotros ya lo sabemos, ni siquiera llega a ser un secreto a voces, es una información de dominio público, entonces, cómo es que igualmente caemos en este engaño. Para mí la respuesta final se encuentra en la raíz de muchos de los males ya existentes, el exceso.

Capítulo #3: En todas partes, todo el tiempo y a la misma vez.

El filósofo inglés Bertrand Russell planteaba el amor como un alivio a la soledad humana y a la necesidad de aislarnos de este mundo frío, el éxtasis del amor y el gozo que este produce nos ayuda a escapar del miedo y nos permite disfrutar de la vida. Russel falleció en 1970 así que la siguiente pregunta no tendrá una respuesta, pero qué pensaría este filósofo inglés si le dijera que todo ese éxtasis y gozo ahora lo podemos obtener, más rápido, más fácil y en más cantidades sin salir necesariamente de nuestro aislamiento (Ortega, 1995).

Estamos en la era digital, lo que significa que tenemos un acceso fácil y rápido a todo tipo de contenido que nos guste, pero ya no es necesario que lo busquemos, la red se encarga de hacérnoslo llegar. La Big Data contiene información sobre todo lo que nos gusta y las plataformas al tener acceso a esta información nos lo entregan, pero lo hacen en cantidades industriales.

Después de terminar de ver Love Alarm en Netflix voy a saltar a TikTok y veré ediciones de escenas de películas, parejas de extraños bailando con Lover de Taylor de fondo y finalmente me topare con una recomendación de alguna historia romántica de Wattpad, así que iré allí y la leeré mientras en mis audífonos tengo de fondo Stay with me de Sam Smith, y todo eso me encanta. Lo que hace que mi cerebro segregue sustancias químicas, entre ellas la dopamina, lo que genera una gratificación instantánea, este término antes usado en la crianza infantil y en el tratamiento de adicciones, ha migrado en los últimos años al plano de las redes sociales, y es que sin duda esto es de lo que están cargadas, de recompensas inmediatas las cuales se traducen en golpes de dopamina continuos, y como cualquier droga, entre más tenemos, más necesitamos y más rápido. En un momento no terminaré un capítulo completo de Love Alarm sin tener que saltar a TikTok, pero en mitad del noveno video de 15 segundos, voy a ir a Wattpad, sin embargo, después de solo un par de párrafos y de saltar Stay with me después del primer coro, voy a ir a buscar más, más recompensas, más dopamina y más sensaciones. Nos encontramos sobre estimulados y estamos siendo bombardeados por todos los frentes, recibimos ese éxtasis y gozo del que habla Russel sin la necesidad de levantarnos de nuestra cama, tal vez no con la misma intensidad, pero sí en más cantidad, más rápido y mucho más fácil. Dicho esto, no sería natural sentir decepción cuando nos enfrentamos a los complejos procesos de establecer una relación romántica, nuestro ya sobre estimulado cerebro estaría igual de dispuesto a segregar esas sustancias y nuestra mente ya un poco acostumbrada a sentirlas no caería en la comparación de los procesos.

Lo que quiero plantear en esta última parte es que tal vez el problema de la comparación y aceptación del amor real frente al ideal no se encuentra únicamente en los contenidos que presenta este último, puesto que estos no difieren en su totalidad de los comportamientos reales, sino también en las cantidades excesivas en las que lo consumimos y en la gratificación instantánea que lentamente deja divisar una alternativa para vivir los placeres del amor sin salir de nuestro pequeño aislamiento.

Revista digital:

Bibliografía

Barderi, M. (2018). El amor no duele. Alfa Audiolibros.

Coordinador, A. R. (2021). Francia y América latina: Imágenes, visiones e influencias. México DC: Editorial de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Entiende tu mente. (30 de Enero de 2019). La química del amor . España.

Sáliche, L. (22 de Febrero de 2018). INFOBAE. Obtenido de https://www.infobae.com/america/cultura-america/2018/02/22/schopenhauer-y-esa-extrana-voluntad-que-llamamos-amor/

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