Inseguridad y Democracia

La alta percepción de inseguridad, no solo afecta en las esferas micro-sociales, también tiene consecuencias en las altas esferas de gobierno, alterando las reacciones políticas por parte de la ciudadanía, comprometiendo sobretodo a las democracias y las libertades individuales.

La sensación de vulnerabilidad genera en la ciudadanía el respaldo a políticas autoritarias y represivas para combatir el crimen. El informe del 2012 de la Latin America Public Opinion Proyect ubica a Chile en los primeros lugares, donde los encuestados señalan apoyar la mano dura por parte de los gobiernos para enfrentar la delincuencia.

Sondeo hecho por el LAPOP | Extraído desde el Informe regional de desarrollo humano 2013-2014

El temor al delito tiene efectos en la legitimidad de las instituciones y los regímenes políticos, sumando más factores que explican la actual crisis de representación en el país.

Memoria Histórica

La historia reciente de Chile esta marcada por la violencia, la tortura y la represión de los años de dictadura. Es en estos años donde es posible encontrar el origen y las razones de estas cifras, similares en el resto de América Latina debido a la similitud en el desarrollo histórico, donde la forma de lidiar con la delincuencia era la represión extrema y la violación de los derechos humanos.

Este aprendizaje social remite también a los medios. Los cambios en las agendas han generado un presente inseguro, que se diferencia de la construcción de un pasado represivo y controlado, donde el periodismo se utilizó como herramienta de control social.

Cabe destacar que la centralidad que adquiere el tema de la violencia en la prensa nacional en el periodo de “normalización democratica’ coincide con otro proceso: la relativa perdida de centralidad de los temas políticos | La inseguridad ciudadana y la participación, Luis Vial.

Luego de la dictadura, inició la doctrina de la “seguridad ciudadana”, al fin el enemigo dejaba de ser interno y podía empezar a diferenciarse de la “seguridad nacional”.

La concepción de “seguridad ciudadana” esta asociada a la democracia, y al respeto de los derechos y las libertades individuales de los sujetos garantizados por el Estado. Es este el giro paradigmatico que aún no logra concretarse, los ciudadanos siguen exigiendo políticas duras, y las promesas de gobierno solo han servido como reforzadoras del imaginario de la violencia.

El erosionado tejido social, impide resolver esta problemática, la poca participación que debilita la democracia, también debilita el capital social. La distorsión en la percepción de seguridad obedece a esta desconexión por parte de la ciudadanía, y por parte de los gobiernos que no han sabido resolver sus problemas de representatividad.

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