Periodismo & Universidad: Alejandro Rost (Arg.)

Alvaro Liuzzi
Periodismo & Universidad
5 min readFeb 28, 2023

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Nuevo año, nueva colección de entrevistas. Durante el 2023, exploraremos la relación entre periodismo y universidad, un vínculo fundamental en la formación de futuros profesionales.

Inauguramos este espacio con el querido profesor Alejandro Rost, profesor asociado de Periodismo Digital en la Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) y Doctor en Periodismo y Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona (España).

Entre otras cosas, Alejandro es Coautor de cinco libros, autor de 16 capítulos de diferentes libros y de varias ponencias y artículos en revistas académicas internacionales sobre interactividad, hipertexto, redes sociales y periodismo digital. Ha dado conferencias y ha sido profesor invitado para posgrados en comunicación y periodismo digital en distintas universidades de Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil, España y Argentina.

1 — La tecnología ha cambiado radicalmente los procesos didácticos en la enseñanza del periodismo ¿Qué ventajas y desventajas encuentras en esta transformación?

A.R: La ventaja de internet es que nos permite tener el aula abierta, con una interacción que trasciende las cuatro paredes del edificio. Por un lado, para que en ciertas clases participen otros docentes y estudiantes de otras universidades e incluso de otros países, así como también periodistas que cuenten sus experiencias. El uso extendido de plataformas de videoconferencias ha abierto mucho más esa puerta, que enriquece y diversifica la enseñanza.

Por otro lado, las producciones periodísticas de los estudiantes se publican en internet y eso hace que el trabajo ya no se dirija sólo a docentes sino a un público lector. Esa exposición genera mayor compromiso por parte del estudiantado, despierta mayor interés y exige mayor responsabilidad. El cambio es notable. Es el trabajo práctico hecho público. Un periodismo en tiempo real, sobre escenarios reales y para públicos reales. Y es una producción que perdura más allá de la materia y permite construir currículum.

Las desventajas son las brechas (de acceso a la tecnología, de conectividad, de equipos) así como la falta de equipamiento actualizado en la universidad. Durante la pandemia, comprobamos también que las clases remotas son un excelente complemento pero no reemplazan la calidez y la profundidad de la interacción de los encuentros presenciales, sobre todo con nuevos estudiantes.

2 — Comprendiendo estos cambios, ¿cuáles son los mayores desafíos en la enseñanza del periodismo en la actualidad de cara al futuro cercano?

A.R: Estar al día con las permanentes innovaciones tecnológicas que afectan al periodismo es uno de los retos. Estas innovaciones repercuten: en las maneras de obtener la información, chequearla y procesarla; en las posibilidades narrativas; en las opciones de participación de los usuarios y las maneras de gestionarla; en las tareas, las formas de trabajo y los perfiles profesionales de las redacciones.

Se plantean desafíos en el uso creativo de redes sociales, la gestión de la participación de los usuarios, el análisis de la audiencia, el periodismo de datos, la realidad virtual y aumentada, los crecientes usos de la Inteligencia Artificial y la diversidad de formatos y narrativas emergentes.

Más allá de la tecnología, el periodismo y su enseñanza tienen otro desafío muy importante que es recuperar el interés en las noticias y la confianza perdida (ver por ejemplo datos del último Digital News Report del Reuters Institute). Lejos de los títulos engañosos, el periodismo de guerra y la dictadura del clic, se necesita promover un periodismo de calidad, honesto y transparente, que aporte valor informativo, ayude a reflexionar y donde la ética sea un valor fundamental.

3 — ¿En qué medida crees que la academia debería estar en sintonía con los cambios en la
industria periodística? ¿Puede existir un balance?

A.R: La universidad tiene que estar claramente atenta y en sintonía permanente con esos cambios. Pero no para adoptarlos acríticamente, sino para debatirlos, experimentarlos y llevarlos a la práctica en el aula cuando permitan mejorar la calidad del periodismo y el trabajo de quienes lo realizan.

4 — Aplicar procesos de innovación en la Universidad puede ayudar a los estudiantes a aprender de manera más efectiva y eficiente, ¿cómo fomentas la creatividad y la innovación en la enseñanza del periodismo junto a tu equipo en la Universidad del COMAHUE?

A.R: Concebimos al aula como un laboratorio de experimentación, sobre todo a partir del tercer año cuando ya tienen una base de estudio. Docentes y estudiantes trabajamos como grupo en forma colaborativa, buscando innovar, compartir información, hallar nuevos recursos y difundir contenidos. Generamos una producción abierta, disponible al público. Alentamos a que los y las estudiantes creen sus producciones periodísticas y sus propios medios, con temáticas, diseño y enfoque de su elección. Les proponemos como objetivos: 1) generar información propia de calidad, con buenas fuentes, bien producida; 2) aprovechar las narrativas específicas de cada plataforma que usamos y 3) generar comunidad con nuestros lectores. Tendemos puentes con la investigación, con proyectos que, en el marco del Laboratorio Transmedia de la Patagonia, analizan, categorizan, nutren y amplían las posibilidades narrativas.

5 — La Inteligencia Artificial tiene la potencialidad de transformar radicalmente nuestro enfoque para la resolución de problemas y la búsqueda de respuestas, ¿qué impacto creés que tendrá esto en la educación universitaria?

A.R: La Inteligencia Artificial seguramente tendrá un impacto importante en la universidad. Tanto docentes como estudiantes tenemos que aprender a sacarle provecho, aunque con cautela y prudente escepticismo. Si bien estamos en una etapa temprana, creo que puede ser de utilidad como complemento para una búsqueda inicial de información, para obtener un primer bosquejo de ideas, para ayudar a elaboración de ciertos trabajos y para colaborar en el procesamiento y gestión de ciertas tareas rutinarias, entre muchas otras cosas.

No obstante, por lo pronto y en el caso de chatGPT, me preocupa la falta de transparencia sobre los orígenes de cada información, la ausencia total de fuentes en los resultados, los sesgos que se van descubriendo en su uso y los errores que se ocultan detrás de la contundencia de muchas de sus respuestas.

Por eso, es muy necesario leer críticamente sus resultados, chequear cuidadosamente la información que ofrece, ampliar la búsqueda a otras fuentes, utilizar otros recursos y que la resolución y elaboración final quede en manos de las personas. La Inteligencia Artificial puede ser un apoyo, un puntapié inicial, pero de ninguna manera el resultado final.

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Alvaro Liuzzi
Periodismo & Universidad

Periodista | Consultor en Medios y Proyectos Digitales | Profesor en la UNLP (entre otras) | Editor del newsletter #Redacciones5G