Periodismo & Universidad: José Luis Rojas Torrijos (Esp.)

Alvaro Liuzzi
Periodismo & Universidad

--

Una colección de entrevistas para explorar relación entre periodismo y universidad, un vínculo fundamental en la formación de futuros profesionales de los medios.

José Luis Rojas Torrijos es periodista con amplia experiencia en medios impresos, radiofónicos y digitales, así como en gabinetes de comunicación. Desde 2007, se ha enfocado en el ámbito académico y es profesor de periodismo en la Universidad de Sevilla. También es profesor en varios másters, incluyendo el de Innovación en Periodismo y el de Comunicación y Periodismo Deportivo, y ha impartido talleres y conferencias en varios programas de capacitación en América Latina. Sus principales líneas de investigación incluyen el periodismo deportivo, la innovación en periodismo y la ética periodística, entre otros temas relacionados.

1 — La tecnología ha cambiado radicalmente los procesos didácticos en la enseñanza del periodismo ¿Qué ventajas y desventajas encuentras en esta transformación?

J.R.T: Si bien la tecnología ha de incorporarse como un elemento fundamental que, como aliada, ha llegado para quedarse y ayudarnos a mejorar las posibilidades de la enseñanza del periodismo para hacerlo más tangible y accesible en todos y cada uno de los procesos, su aplicación no ha de suponer necesariamente un cambio radical en la impartición de conocimientos básicos para el ejercicio de la profesión. El tecnocentrismo en ocasiones comporta el riesgo de obviar la impartición de conocimientos básicos, como los fundamentados en la deontología profesional, o dejar de poner el foco en el desarrollo de capacidades elementales, tanto duras como blandas, para el ejercicio profesional, desde la redacción de textos hasta el análisis de la actualidad o el consumo crítico de todo tipo de medios. La tecnología, que evoluciona y se transforma, no debería ser sustitutiva sino complementaria de los fundamentos, que permanecen y son definitorios de la profesión frente a otros fenómenos comunicativos que vemos que continuamente emergen desde la periferia de los medios.

2 — Comprendiendo estos cambios, ¿cuáles son los mayores desafíos en la enseñanza del periodismo en la actualidad de cara al futuro cercano?

J.R.T: El principal desafío, que al final es siempre lo que nos lleva a debatir continuamente cuál ha de ser el mejor plan de estudios posible que se ofrece en las facultades y escuelas de periodismo y comunicación, es preparar a nuestros estudiantes lo mejor posible para el futuro. Esto supone, por un lado, darles una formación teórica esencial que les proporcione la base del conocimiento y ancle conceptos y técnicas básicas y, por otra, una clara orientación práctica de las materias con vistas a allanarles al máximo el terreno con vistas a dar el salto al mercado laboral. Pero además de la materias que se imparten, esa preparación de los estudiantes ha de extenderse más allá del aula, en tutorías y en actividades extra dentro o fuera de los recintos universitarios, informándoles de eventos de interés, como jornadas, presentaciones o conferencias, que pueden ser oportunidades para conectarles aún más con la realidad del campo laboral en el que quieren estar y en el que se están capacitando.

3 — ¿En qué medida crees que la academia debería estar en sintonía con los cambios en la industria periodística? ¿Puede existir un balance?

J.R.T: Sin duda, esa sintonía con la industria debe existir o, al menos, procurarse siempre. La academia cuenta con herramientas para ello, más allá de la impartición de los estudios de grado, como el desarrollo de proyectos conjuntos en maestrías o diplomados que cuenten con la participación de profesionales o la puesta en marcha de cátedras de estudios de la mano de medios de comunicación que ahonden en una formación más especializada y orientada a las necesidades de la industria. No obstante, la sucesión continua de cambios que vive el sector y el surgimiento de nuevas necesidades en los medios dificulta, sino imposibilita, que esa sintonía sea plena.

De todas formas, en esa aproximación a la industria sí debe guardarse un equilibrio entre lo que demandan las empresas y la misión social de la Universidad. Esta institución debe mantener su autonomía y actuar con responsabilidad cumpliendo con su principal cometido, que es crear y diseminar conocimiento y hacerlo de un modo crítico en la formación de sus estudiantes.

4 — Aplicar procesos de innovación en la Universidad puede ayudar a los estudiantes a aprender de manera más efectiva y eficiente, ¿cómo fomentas la creatividad y la innovación en la enseñanza del periodismo como profesor en la Universidad de Sevilla y en el Máster de Innovación en Periodismo de la Universidad Miguel Hernández de Elche?

J.R.T: Como realmente la modificación de los planes de estudio en las facultades lleva su tiempo y es imposible que se muevan de inmediato para dar respuesta a las nuevas necesidades que no dejan de aparecer en las redacciones periodísticas, tratamos paliar ese desfase desde la microinnovación docente dentro de nuestras asignaturas. Impartir materias sobre las que, además, investigas constituye una gran ventaja para ello, de forma que puedes transferir luego ese conocimiento experto y actualizado en tu enseñanza. Se trata de estar a la última para dar más sentido y especialización a la docencia. Al mismo tiempo, esa transferencia de investigación tiene una orientación social y práctica, lo que permite estrechar contacto con profesionales que luego puedes llevar al aula y abrir continuamente vías para el debate y el desarrollo de tareas que acercan la asignatura a la actualidad. Todo ello suele revestir de más atractivo al contenido que se imparte y servir de incentivo para despertar las capacidades más creativas de los estudiantes.

5 — La Inteligencia Artificial tiene la potencialidad de transformar radicalmente nuestro enfoque para la resolución de problemas y la búsqueda de respuestas, ¿qué impacto creés que tendrá esto en la educación universitaria?

J.R.T: La Inteligencia Artificial ha supuesto una importante disrupción en diferentes ámbitos profesionales, sobre todo por las enormes posibilidades que ofrece para resolver de una manera más rápida y eficiente muchas tareas que antes nos ocupaban mucho más tiempo. Ya pasaba antes con traductores o transcriptores automáticos o el software para la detección de plagio, pero ahora se va a acrecentar muchísimo más con la irrupción de la última generación de lenguaje natural ChatGPT. De todas maneras, como una tecnología que al final depende del factor humano que está detrás, el uso más o menos responsable que se haga de ella dependerá de nosotros mismos.

En lo que respecta a la educación universitaria, la inteligencia artificial ofrece soluciones para agilizar y personalizar tareas, que, en algunos casos, sobre todo en la enseñanza a distancia, puede servir a los profesores para gestionar mejor sus clases. De todas formas, en general en la educación presencial esta tecnología hay que conocerla para aprovechar sus bondades y entenderla como lo que es, un mero asistente que puede ofrecer interesantes ventanas a los estudiantes para la búsqueda de información, que luego habrá de ser verificada, y la resolución de algunos ejercicios, que nos exigirá a los profesores de nuevo estar lo mejor preparados para su supervisión.

--

--

Alvaro Liuzzi
Periodismo & Universidad

Periodista | Consultor en Medios y Proyectos Digitales | Profesor en la UNLP (entre otras) | Editor del newsletter #Redacciones5G