Descartes, el siglo xxi y la tragedia de la razón pura.
“Pienso luego existo”-”Cogito ergo sum”
Rene Descartes un joven, vivió 54 años, filósofo con una personalidad curiosa y a la vez escéptica frente a las concepciones de su época en relación a la filosofía tomista y promovió su filosofía cartesiana y el Statu quo eclesiástico característico de la época. Rene, un pensador de ascendencia pudiente, miembro de una familia con dinero y buenas relaciones sociales en Francia del siglo XVII.
Nuestro personaje un alternativo de pelo largo escéptico del statu quo y fiel creyente de la razón humana o lo que él denominó “res cogitans” y que a través de ella hizo su crítica a esas instituciones de la inquisición.
Realizando un viaje (evidentemente sin psicotrópicos) a través del tiempo en este “yo imaginario” (la imaginación), al mejor estilo del “escuadrón del tiempo”- Cartoon Network, me tele transporte a la Europa del siglo XVII, en el momento exacto en que Rene terminó su tratado “El discurso del método para conducir la razón y buscar la verdad en las ciencias.”.
El encuentro con Descartes fue pragmático cruzamos algunas palabras, en un francés que para mi asombro era perfecto. Con Descartes hablamos de sus planes (aunque yo ya los conocía todos ) y entonces, palabras más , palabras menos, lo invité a ver el mundo moderno.
Una vez volvimos a la actualidad, al estilo “Escuadrón del Tiempo”Cartoon Network, el curioso Descartes comenzó a averiguar todo, pues, como podrán imaginarse, todo era nuevo para él; recorriendo, averiguando y mostrándole a nuestro amigo de viaje los recientes sucesos, avances, progresos de la humanidad y el desplazamiento de habilidades razónales a la tecnología mostrando algunas nuevas realidades.
En el viaje “rex imaginatium” le mostré al curioso Descartes el recinto del conocimiento en el siglo XXI, el internet y sobre todo el “todo poderoso” Google más conocido como “Godgle” debido a la creencia absoluta en sus resultados de búsqueda.
Descartes pasmado por la infinidad de conocimiento que podía estar albergado en el “espejo sin reflejo” u “oráculo de cristal” (Computador) y maravillado pero a la vez consternado porque no pudo comprender como el intelecto humano, el cogens, es reducido a la simple búsqueda de respuestas aleatorias en un “espejo sin reflejo” que habla y expide toneladas de información a la velocidad de la luz o del rayo como lo intento explicar Descartes.
Descartes en ese desconcierto trágico y casi mesiánico del internet se preguntó: ¿Es acaso la modernidad y la instantaneidad la causa de la extinción de la razón pura? ¿Es acaso la instantaneidad la perdida de nuestra existencia? y ¿Está todo dicho en la modernidad?
Dado el viaje extenso y duradero con Descartes para facilitarle el trabajo filosófico sobre la realidad moderna, colabore como intérprete del internet y el tomó nuevamente el encargó de dudar de todo aquello que el internet le formulaba que para la especie humana modera son verdades absolutas, del mismo modo que en su época se tomaba la palabra de la iglesia.
Su nuevo tratado lo denominó “ El discurso del método para la supervivencia de la razón y del ser.”
De manera introductoria a su nuevo tratado Descartes explico cómo él entendía el funcionamiento del internet definiéndolo como un “oráculo griego” de intercambio de preguntas y de respuestas que se recopilan a solicitud del interlocutor por medio de un “espejo sin reflejo”(computador) o tableta o Ipad.
Descartas encontró la reducción de la capacidad intelectual de descartar o dudar de aquello que el “oráculo” recopila criticando de forma vehemente que cualquier contenido de internet es tomado como cierto sin cuestionamiento alguno a pesar de la existencia de su método formulado en 1637. De ahí que su nuevo tratado no solo dirigiría al buen ejercicio de la razón sino a la supervivencia misma porque como lo había afirmado en 1637: “cogito ergo sum” y sin cogito no existimos.
Capitulo I. La evidencia, el análisis, la síntesis y la comprobación.
Descartes concluyó que no basta con el método científico moderno de 1637 fundamentado en las 4 reglas fundadas por él. Igualmente, no pierde relevancia la primera regla o regla de la evidencia o intuición, refiere a la inmediata percepción racional de lo que la mente capta o ve sobre lo cual en un primer momento se realizan juicios de valor sobre su veracidad o falsedad. El segundo postulado, el análisis, descomponer lo complejo en ideas claras y distintas a lo simple.
Posteriormente, el tercer postulado, la síntesis, orientar el razonamiento de las principales ideas y derivarlas a otras a partir de elementos simples que nos permitan llegar a las primeras causas y cuarto, ultimo postulado, la comprobación descartar los errores del proceso analítico y sintético que nos permite tener certeza sobre lo que hasta el momento antes del oráculo tenemos como cierto.
Capitulo II. El “dios” tecnología.
Fundamentado en su método anterior y que uso como postulado inicial y base de esta segunda obra para rescatar la razón humana. Descartes, igual como lo hizo años atrás, busco empíricamente detallar el comportamiento humano frente a la tecnología analizó cuantos aparatos tecnológicos usábamos a diario: la tableta, el celular y el computador o como lo describiría en su obra, diversas formas de “oráculos” o “espejos sin reflejo” de los cuales la humanidad es co-dependiente. Igual de dependiente, resalto el filósofo, que los designios de salvación o no del párroco local de su Francia natal del siglo XVII.
Resaltó, particularmente, el éxtasis del uso de los “oráculos” que propiciaban según él una serie de culto a los “oráculos” y la creencia absoluta ciega de lo que allí se arrojaba por lo que llamo “virtualidad divina”. En ese momento le explique a Descartes que el internet fue creado y no descubierto, creado por la humanidad en un desarrollo de la informática y la transmisión de datos binarios que llego a la creación del “world wide web” conocido como el triple w (www). La cara de asombro y el desparpajo eran evidentes en la cara del maestro de la razón pura y junto con él investigamos el misterio del internet y el dodecálogo del “dios” tecnología y su razonamiento de informática.
Atónito y enmudecido de lo que la humanidad estaba haciendo con su propio cogito y con el conocimiento,. Descartes dicto que era el mismo hombre el que estaba exterminado la razón y limitando la razón a un simple y básico menú de encomiendas de consulta al “todopoderoso” y “omnisapiente” internet y que la humanidad se estaba perdiendo en su misma obra por la satisfacción de creer incuestionablemente en los resultados del “oráculo” llamado internet.
Decepcionado de los despojos que ha hecho la humanidad con su tratado del “Discurso del Método” en este acápite de su última obra concluyó: “Lamentablemente no tuve el placer de conocer, por nuestra extemporaneidad en este “rex imaginatium”, al físico, matemático y científico afamado en esta modernidad Albert Einstein, En definitiva concuerdo con él en que: “El día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas” a lo cual nuestro filosofo agrego: “El día en que la tecnología sobrepase la humanidad, la humanidad habrá perdido su propia humanidad”. Luego “La humanidad sin su razón deja de ser humanidad”
Capitulo III. Quinto postulado “la crítica”.
Descartes después de dictarme y escribir una serie de líneas más profundas sobre la perdida de la humanidad y de la existencia de nuestra propia existencia, la razón pura por el nefasto desarrollo tecnológico y de los “oráculos” por los “sacerdotes del mal”, los ingenieros informáticos, que para Descartes eran seres oscuros y creadores del intelecto binario del “dios tecnología” denominado “inteligencia artificial” y que por obra de esta el “dios del siglo xxi” poseía toda verdad, indiscutible e incuestionable para la humanidad incauta y poco preocupada de su deshumanización.
Descartes nuevamente indica que el sentido común desarrollado por la humanidad hasta esta instancia, siglo XXI, es el menos común de los sentidos por asignar a la tecnología un papel casi co-dependiente y que sin lugar a dudas esa “devoción” debía ser corregida.
Descartes en un giro positivista y con una mirada escéptica sobre los designios de este “nuevo dios creado” a lo único que le teme es la crítica de sus propios contenidos y por tanto el maestro defensor de la razón ordenó en este acápite que lo único que puede salvar a la razón humana y a la propia humanidad de su deshumanización es la herramienta racionalista de la crítica.
Descartes indicó, por tanto, que el sentido común usado hasta el momento por la humanidad debe guiarse en primer lugar por su método y por los pasos anteriormente mencionados en el primer capítulo de esta obra y que son los supuestos base del siguiente paso, el desarrollo de la crítica para dudar de esos postulados emanados de los “oráculos” del “nuevo dios”.
Descartes finalizo en este acápite que: “La duda y la crítica son el origen de la libertad.”