3 lecciones de hacer radio

O más bien, de no morir en el intento

Feliz Día Mundial de la Radio, aunque haya sido ayer. Tanto a quienes estamos tratando de hacer cosas y pues algo logramos, como a quienes nos escuchan. La radio fue una inquietud que surgió mucho después de estudiar cine, en la que me pregunté si podría hacer algo que no tuviera nada que ver con imágenes. Fue solo una pregunta, algo que dejé en el olvido y que la respuesta se dio años después cuando estuve en México. Tuve la oportunidad de trabajar en radio de forma profesional y vivir de ello.

Ahora que ando haciendo mis propios podcast y cápsulas, he llegado a varias conclusiones. Pero la principal es esta:

Hacer radio, buena radio, es igual de difícil que hacer cine.

Sé que muchos pueden no estar de acuerdo conmigo, en especial por lo del cine. El asunto es que tengo experiencia en el área y hacer cine es todo un arte que requiere no solo de una alta inversión de dinero, es un asunto de coordinación y el arduo trabajo. He encontrado que el nivel de dificultad entre el cine y la radio es muy similar. En realidad hacer radio es igual de difícil que hacer cualquier tipo de contenido, porque el asunto es que uno quiere que quede bien hecho.

Estas conclusiones provienen de la experiencia, del trabajo con personas maravillosas y de lo que algunos oyentes me han dicho. Solo que antes… Quiero decirles que hacer radio es muy retador. Hay dos retos que se deben asumir al hacer radio:

Si se está en un proyecto con alguien…

El reto es ponerse de acuerdo. Creo que esto es válido hasta si se tiene un programa de controversia o contrapunteo. Lo más difícil de hacer Happy Pop Talk es llegar a puntos medios. Esto ha sido maravilloso porque me ha hecho pensar en otras personas, salir de mi universo y tratar de entender que lo que quiere tu equipo es importante, porque todos van por los mismos objetivos. Solo que seamos honestos, uno está muy acostumbrado a creer que tiene la razón.

Si se está en un proyecto en solitario…

El reto es no sentir miedo. En lo que estoy haciendo ahora en los Video Stories con Bamm Radio me he dado cuenta que lo difícil es que está uno solo contra el mundo y aunque haya preparado los temas, siempre da temor. Aclaro, no es que esté sola, de entrada el equipo de Bamm es maravilloso. A lo que me refiero es que hay que tener valentía para ponerse frente al micrófono, solito, así sean 10 minutos. Aunque fue la razón por la que quise hacerlo, igual siempre me estoy diciendo: “relájate… a la gente le va a gustar” o eso espero al menos.

Ahora sí, acá están con las lecciones.

1. Hay que investigar y mucho

Hace poco le explicaba a mi hermano cómo era el proceso con Happy Pop Talk. Hacemos consejos editoriales, eso es, nos reunimos a hablar de lo que queremos hacer en el programa. Para eso ya hay una pequeña investigación previa, pues los temas no salen de la nada. Después de escoger los temas, cada quien investiga por su cuenta y ahí sí, nos reunimos a armar la estructura del programa para después grabar. Esto es trabajo y es una buena cantidad de tiempo.

Con todo y que somos dos personas y que definimos bien el enfoque que cada una va a tener, hay que tener ciertos conocimientos para poder hablar. En radio profesional le pagan a alguien para que investigue y escriba libretos, lo digo porque era exactamente lo que yo hacía en México y aún así, mi jefe que era el host del programa, leía mucho.

No se puede hablar de lo que no se sabe, eso es irresponsable. He aprendido mucho haciendo radio o podcast. He conocido temas de los cuales no tenía idea solo porque se nos ha ocurrido que sería interesante hablar de ellos. Creo que la lección acá es que hay que leer, investigar, invertir tiempo e informarse. Entonces no es solo llegar, grabar e irse, así no funciona.

2. No es lo mismo ser amateur que ser profesional

Habiendo trabajado en radio de forma profesional y también conociendo profesionales puedo decir que se nota la diferencia. Amo lo que hago con los podcast y no estoy menospreciando el trabajo, que como acabo de decirles tiene mucho, pero hay una diferencia entre los que están en emisoras grandes y profesionales: la experiencia.

Lo que más me gustaba de mi trabajo en radio en México era el nivel profesional del equipo de trabajo. Muchos de ellos llevaban más de una década en el asunto y aprendí mucho de ellos. El orden y la estructura que se necesita para hacer un programa diario de dos horas es enorme, además de la habilidad para sortear problemas, en vivo.

Además, quiero rescatar el manejo de voz que tienen los locutores profesionales. Cuando grabo Happy Pop Talk, casi siempre en la última sección del último programa me siento sin aire. Con todo lo que me gusta hablar, ese ejercicio de estar hablando por algo más de tres horas no es sencillo. Mi respeto y admiración a quienes estudian, se preparan y aprenden la técnica necesaria para ser locutores.

3. Es un ejercicio comunitario

No se puede hacer radio solo. Creo que es la razón por la que creo que la radio se parece mucho al cine, porque hacer cine es algo que no puedes hacer por tu cuenta. Hay muchas cosas en las que la radio es un poco más simple sí, pero muchas personas creen que porque no se está mostrando el rostro es más sencillo y no se necesita ayuda.

Con quienes siempre voy a estar agradecida es con quienes nos ayudan en la parte técnica y de grabación de los podcast y las cápsulas. Es algo que he hecho algunas veces por mi cuenta y requiere un gran esfuerzo. Esa es la otra parte de lo que nadie ve cuando se hace radio y que es una buena parte del trabajo.

Pero también hablo de tener aliados, de compartir espacios. Siempre me siento agradecida por poder hacer Happy Pop Talk con Natalia. Y agradezco el apoyo de Bamm en la locura que es empezar a hablar de videos. Todos nos necesitamos.

La radio es una gran comunidad en la que también hacen parte quienes nos escuchan: sin ellos no hay programas.

Gracias a todos los que nos están oyendo, los que producen buen contenido y los que quieren que la radio siga. Haremos lo mejor posible.