El lugar y momento para ser diferente es ahora
Cuando se encuentran lugares de verdadera libertad
Unos se adaptan más rápido que otros. El sueño de la vida de tener carro, casa, familia, viajar por el mundo e ir de fiesta es general. Se ve en el timeline de Instagram con cada foto en la que parece que las personas viven una vida feliz y se siente muy bien en este mundo, tal y como está.
Pero mi experiencia me ha llevado a darme cuenta que cada vez tenemos más problemas con la diferencia. Hay momentos en que puedo entenderlo, porque puedo entender el por qué de los conflictos. La mayoría le tiene miedo a lo diferente, más si no tiene explicación o si se necesita de demasiado conocimiento, contexto o esfuerzo para entenderlo.
Pero también, cada vez más estoy conociendo la diferencia. Siempre he sido una exploradora y debo reconocer que siento una atracción por lo diferente. Lo que he descubierto, a parte de personas maravillosas con historias asombrosas detrás, es que en este mundo en el que parece que progresamos, que hablamos de miles de cosas, que estamos conectados, es difícil encontrar lugares seguros para la diferencia.
El poder del ‘halle-loo’ y el ‘freak’em out’
La idea de este artículo vino el pasado 30 de junio en el que tuve la oportunidad de ver a Shangela y Sharon Needles en el show de Oh My Drag! acá en mi ciudad. Para quienes no las relacionan, son dos de las más reconocidas drags que participaron en RuPaul Drag Race. El show fue maravilloso, no solo porque Sharon Needles cantó en vivo y dio un discurso muy inspiracional y adecuado para el momento y Shangela hizo una mezcla de ‘spanglish’ con Beyoncé que nos mató a todos, fue increíble por las personas que estaban.
Es evidente que la comunidad LGBTI ha abierto sus propios espacios y esto ha sido a partir de esfuerzo y educación. Nunca me hubiese imaginado que un show de este tipo, con artistas de esa categoría y reconocimiento, fuese posible en Bogotá. Pero lo que más me agradó, fue la libertad y la aceptación de la diferencia que se respiraba en el lugar.
No estoy hablando solo de la aceptación que la comunidad tiene ya. Hablo de la diversidad de personas que pude ver en el lugar. Después que el show se terminó, varios grupos nos quedamos bailando en el sitio y pude ver la diferencia reunida, simplemente disfrutando la música. Me animó encontrar un espacio de aceptación en el lugar.
El espíritu de la creatividad
Al día siguiente -literalmente sucedió así-, una amiga me había invitado a que fuéramos a Cine Canadá 2018, en particular a ver dos películas en las que aparecía la actriz Évelyne Brochu. Vimos dos películas maravillosas, Les Loups de Sophie Deraspe y Tom à la Ferme de Xavier Dolan y en medio de ellas, sentí que me había trasladado a un mundo diferente.
Es más, un pequeño spoiler: en medio del cine viendo Tom à la Ferme estaba pensando también en este post y en un momento sucedió esta escena…
Recordé todo, recordé como Gotan Project también habla de la diferencia y como en ese momento, en ese teatro, en ese universo, sentí que se había vuelto a abrir un espacio para lo poco convencional.
Para quienes amamos el cine, para quienes lo estudiamos hace un tiempo, encontrar espacios en los que se puedan ver historias no convencionales es un tesoro que no queremos dejar ir. Al principio de mi carrera no había cómo ver determinadas películas, ni siquiera piratas. Ahora están los festivales trayendo dramas y comedias maravillosas a las salas de cine. Estas dos películas tocaban temas profundos, complejos, de personas diferentes que no saben qué hacer. Es maravilloso.
El principio y el fin
Siempre he estado interesado en la gente que es diferente. Creo que la diferencia es el principio de todo en la sociedad. Estoy interesado en la gente que es diferente, la que gente que es un poco diferente o la gente que es muy diferente. Estoy muy interesado en cómo reaccionan otros personajes ante estos temperamentos.
Esta es una cita de Dolan en una entrevista que hizo para El País. Ahora viene la percepción personal. Si bien estamos en un momento en el que se habla de la diferencia y sí, hay más espacios para aquello que no es lo convencional, también estamos en un punto en el que el radicalismo está convirtiendo todo más difícil. Hay demasiada polarización, hay demasiadas ganas de pelear para decir: “este, mi lado, es el correcto”.
El encanto de lo que descubrí en ambas experiencia es que no sentí esa falsa libertad que rodea todo lo que hay ahora. Puede que esté muy contaminada de las redes sociales, y admito que paso demasiado tiempo en ellas porque hacen parte de mi trabajo, pero es ahí donde más intolerancia veo, intolerancia mezclada con ganas de exigirle al mundo respeto. Es extraño.
A algunos les puede parecer exagerado, pero seguramente es porque no viven en la diferencia, o no son curiosos y andan detrás de la diferencia. Cuando empecé a oír Kpop y a hablar con algunas personas de ello, me di cuenta que varias chicas no querían decir que les gusta el género, pues no quieren ser tildadas de superficiales.
Hay algo de vergüenza en que a uno le guste lo diferente. Hay algo de vergüenza (?) en decir que les gustan las boy bands, porque creen que está relacionado con la inmadurez, como si les fueran a decir que tienen 15 años... Lo cual ni siquiera está tan mal si eso lo hace feliz a uno.
Aún así, hay personas que quieren crear los espacios para la diferencia. Pensé en uno de los cantantes que admiro y es David Bowie. Ese hombre marcó la diferencia y fue reconocido por ello. ¿Fue fácil? Supongo que no y que debió tener momentos difíciles, pero también tenía mucho empuje y personalidad para avanzar.
Para todos los que crean los espacios de diferencia, desde el tener celebraciones a las que puede ir cualquiera sin importar su orientación sexual, hasta festivales en los que se pueden ver historias de cualquier parte del mundo: a ellos gracias.
Gracias porque me han dado el espacio no solo de seguir siendo curiosa desde la diferencia, me han dado el espacio de aceptar mi propia diferencia y decir, todo, todo está bien.
