La Guerra Comercial: ¿la gran oportunidad de la comunidad internacional?

Camila Gdb
PIES EN LA TIERRA
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4 min readNov 14, 2018
Foto: IKO

Donald Trump ha elegido conducir una política exterior hostil, precipitada e inmadura ante los ojos del sistema internacional. Su característico discurso retórico lleno de odio- disfrazado de nacionalismo- ha generado una creciente tensión con algunos de sus socios estratégicos.

El término del Pacto Nuclear con Irán, la suspensión de la instalación de la embajada estadounidense en Jerusalén y la incesante amenaza de deportación de inmigrantes latinoamericanos son algunas de las intervenciones más recientes de su criticada administración. El gobierno de Estados Unidos marcó el comienzo de un esquema agresivo de política comercial a nivel internacional, matizado de proteccionismo.

En consecuencia, la Unión Europea (UE), China, México y Canadá recibieron el golpe a pesar de ser algunas de las economías más comprometidas con EUA. Pero, contrario al temor que ha ocasionado ¿podría tratarse de la gran oportunidad de la comunidad internacional?

Historial de explotación

Desde 1944 con la creación del sistema de Bretton Woods, la arena internacional se ha moldeado ante el interés nacional de Estados Unidos. Bajo un esquema de cooperación a nivel global, nuestro vecino del norte ha ido tomando control mediante el dominio institucional, sacando provecho de distintas coyunturas históricas.

Así, con la promesa de lograr estabilidad financiera, ha endeudado a un país tras otro, condicionado la asistencia al estricto cumplimiento de las agresivas medidas de austeridad.

Con la promesa de traer paz y seguridad, ha intervenido militarmente incontables veces financiando la oposición de gobiernos latinoamericanos percibidos como ‘amenazas antidemocráticas’. Basta recordar la esencia de la Doctrina Monroe (1823) misma que declaró a América Latina esfera de influencia, para comprender la huella histórica de una política meramente imperialista.

Finalmente, con la promesa de impulsar el comercio internacional evitando el proteccionismo, ha llevado la batuta de décadas de evolución institucional (GATT 1947 — OMC 1995) sometiendo a cientos de Estados a una reglamentación comercial unilateral.

Sin embargo, hoy más que nunca Estados Unidos cae en completa contradicción.

Hoy más que nunca, el mundo es testigo de un régimen estadounidense impulsivo, fragmentado y por demás antidiplomático. Una vez más, se ha convertido en víctima de un régimen opresor con la diferencia de que ahora se esconde detrás del ‘pluralismo mediático’ para luego emplearlo como un instrumento de política exterior.

Y entonces, lo que hace unos años sería impensable, hoy se traduce en una amenaza tangible: Twitter ha tomado las riendas de la intervención estadounidense en el ámbito global. Y lamentablemente, un método tan frágil para conducir el posicionamiento del país más poderoso del mundo, es tomado con seriedad por el resto de la comunidad internacional.

No obstante, en víspera de una guerra comercial declarada, los afectados se pronunciaron bajo el son del rechazo, la desaprobación y condena de la actuación de Washington. Pero esta vez algo es distinto: se registró una respuesta recíproca por parte de las principales economías afectadas.

Y así, con las piernas temblorosas, México se paró ‘firme’, hombro con hombro de Canadá, China y la UE.

Ojo por ojo

A pesar de las incesantes negociaciones trilaterales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) México y Canadá no se libraron del intervencionismo comercial estadounidense. Al ser víctimas del mismo porcentaje arancelario que recibió la UE (al acero y aluminio 25% y 10% respectivamente), ambos reprobaron la acción por parte de la administración de Trump, escudada en la defensa a la seguridad nacional.

De este modo respondieron de manera proporcional en términos comerciales, sin dejar a un lado el reconocimiento de la importancia del diálogo constructivo dada la creciente dependencia trilateral.

Por otro lado, la región con el índice más alto de integración a nivel internacional respondió con la misma moneda. Bajo la defensa a los intereses de la Unión, y en apego “al pleno cumplimiento de la ley de comercio internacional”, la Comisión Ejecutiva de la UE estableció una serie de aranceles de ‘reequilibrio’ en aras de compensar la balanza comercial bilateral. En este sentido, logró que el cúmulo de productos estadounidenses afectados sumara alrededor de 3 mil 400 millones de dólares en juego.

Finalmente China efectuó un contraataque mediante la imposición de aranceles a los sectores agricultor y ganaderos, sumando 3 mil millones de dólares. Esto luego de ser acusado de una violación a su obligación como sujeto del derecho internacional, mediante el robo de propiedad intelectual y tecnología.

Aunque era de esperarse en el caso de China, otro tipo de respuestas como la mexicana o la canadiense fueron una sorpresa hasta para su propia población. Si la dependencia ante Estados Unidos en términos económicos, políticos y comerciales sigue rebasando pronósticos, ¿qué ha cambiado en el posicionamiento geopolítico de estas potencias?

En un marco de acción colectiva ante el histórico dominio de Estados Unidos, no queda más que evaluar la posibilidad de unión. Si bien en una guerra comercial no existen vencedores, no se debe desaprovechar la la posibilidad del comienzo de la redefinición del orden internacional: oportunidad que la administración de Trump ahora ofrece en bandeja de plata.

Después de todo, en las palabras de Simón Bolívar: “en la unión está la fuerza”.

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Camila Gdb
PIES EN LA TIERRA

Mis letras y yo te damos la mejor de las bienvenidas.