Calm Technology, un nuevo paradigma

Yolanda del Olmo
PildorasUX
Published in
4 min readFeb 25, 2018

Llegas a casa. Mientras estás calentando algo para cenar, decides que es un buen momento de ver el último capítulo de tu serie favorita gracias a la notificación de Netflix. Cuando te dispones a ello: un whatsapp, una mención en Twitter, nuevos correos sin leer y alguien quiere contactar contigo. Oyes el sonido del microondas, con la tontería se te ha enfriado la cena. Vuelves a poner 30 segundos más. Ahora es el sensor de la TV, estás en casa y te muestra un resumen de lo que te perdiste. Y el aire acondicionado se apaga (sonidito incluido). Cuando quieres darte cuenta, estás comiendo la cena fría de nuevo y solo quieres irte a dormir. Eso sí, una vez en la cama, tu pulsera te muestra los pasos caminados a lo largo del día como forma de buenas noches. Menos mal que el despertador del móvil no sonará hasta dentro de 7 horas.

Nuestros dispositivos nos reclaman interacciones continuas con ellos, en respuesta a esta complejidad surgió por primera vez en 1995 el concepto de “Calm Technology” (Tecnología tranquila), sus creadores fueron los investigadores Mark Weiser y John Seely Brown.

La antropóloga y miembro del Centro Berkman Klein para Internet de la Universidad de Havard, Amber Case recupera este concepto para aplicarlo como una alternativa al paradigma actual: en lugar de una lucha constante por la atención del usuario, acompañarle en su día a día sin distraerle.

En su libro, Calm Technology, Principles and Patterns for non-intrusive design, ha desarrollado los principios de diseño que caracterizan a la tecnología tranquila. Estos son los principios más importantes de la Calm Technology:

  1. Debe requerir la menor cantidad posible de información

Cuanto mayor sea la información que necesitemos para interactuar con un dispositivo, mayor será el esfuerzo cognitivo que requerirá hacer otras tareas y, por tanto, mayor estrés mental a la hora de realizarlas.

2. Debe informar y aportar calma

La tecnologías tranquilas deben informar al usuario de forma no intrusiva y en el momento que sea necesario que interactúe. De esta forma, transmitimos al usuario que únicamente tiene que prestar atención cuando el sistema se lo comunique.

3. Debe emplear la información periférica

Una experiencia calmada no hace solo uso de la información que encuentra en el foco de atención, si no también de lo que ocurre más allá del objeto inmediato de su atención. Hay que tener en cuenta las otras formas que tiene el ser humano para obtener información, por ejemplo, a través de otros sentidos como el olfato.

4. Debe potenciar lo mejor de la tecnología y de las personas

Diseñamos para personas lo que implica emociones, errores, aprendizaje y navegar entre todo ello. Una persona no actúa como una máquina ni una máquina como una persona y ahondar en las diferencias o buscar sinergias para encontrar espacios comunes (la computación afectiva es nuestra amiga) nos permitirá sacar el máximo potencial de una experiencia calmada.

5. Debe comunicar pero no tiene por qué “hablar”

La interacción por voz no siempre es idónea para todos los dispositivos o experiencias. Debemos tener en cuenta el contexto y estudiar hasta qué punto está aportando valor al usuario.

6. Debe funcionar incluso cuando falle

Las escaleras mecánicas aunque se encuentren paradas siguen permitiendo a las personas acceder al piso superior. Con este enfoque, es recomendable prestar atención a los casos límite y diseñar cómo sería la experiencia de estos de forma eficaz.

7. La cantidad de tecnología correcta a emplear es la mínima necesaria

“Lo bueno, si breve, dos veces bueno” ya lo decía Baltasar Gracián en el s.XVII. Aquellos productos que emplean la tecnología equilibrada tanto en tamaño como en cantidad tiende a ser invisible (seña de identidad de la tecnología tranquila ;) ) con más facilidad.

8. La tecnología debe respetar las normas sociales

Todos los dispositivos o herramientas llevan asociadas unas expectativas que nos indican cuándo o cómo es aceptable usarlo y un aprendizaje de cómo emplearlo. Este proceso no ocurre de la noche a la mañana, toma su tiempo, por lo que a la hora de introducir nuevas tecnologías o características hay que saber medir el contexto para que las personas se acostumbren a su uso o presencia.

Nos acercamos a un entorno donde las interacciones se dará en multitud de formas. La computación ubicua nos permitirá acceder a todo tipo de información desde todo tipo de interfaces y con todo tipo de respuestas . ¿Cómo enfocar el diseño de experiencias en este contexto? ¿Cómo priorizaremos las interrupciones? ¿Y las emociones? ¿Cómo involucramos el resto de los sentidos ?

En dos años se estiman que existirán 50.000 millones de dispositivos móviles en el mundo, en nuestra mano está que se convierta en un río caudaloso de notificaciones con un “hazme casito” como marca o transformar esta ingente cantidad de información en una fuente que nos permita crecer.

Fuente: Calm Technology, Principles and Patterns for non-intrusive design, Amber Case.

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