¿Cómo y quién financia al Gobierno?

Como el próximo año hay elecciones presidenciales no se presenta ni debate la Proforma Presupuestaria 2017, por ley se trabajará con la misma de este año. Eso nos permite ver las cosas un poco más “transparentes”. Veamos algunos resultados del 2016 y lo que prepara el Gobierno para el 2017.

Plan V
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7 min readDec 6, 2016

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Por Francisco Briones

Llegamos a diciembre, el ejercicio fiscal del 2016 está prácticamente cerrado y seguramente en el Ministerio de Finanzas todos los esfuerzos se dirigen a identificar el financiamiento para el 2017. Ya se ven algunos movimientos.

Como el próximo año hay elecciones presidenciales no se presenta ni debate la Proforma Presupuestaria 2017, por ley se trabajará con la misma de este año. Eso nos permite ver las cosas un poco más “transparentes”. Veamos algunos resultados del 2016 y lo que prepara el Gobierno para el 2017.

Al mes de noviembre el financiamiento que ha requerido el Gobierno supera los $9.800 millones. Esto es el total entre los $4.230 millones de déficit fiscal y los $5.560 millones del pago de deudas (sin incluir intereses). Tomando en cuenta la contracción que ha tenido la economía este año eso equivaldría a un 4,4% y 5,8% del Producto Interno Bruto (PIB) respectivamente. Y si consideramos que aún falta diciembre (mes con bono navideño y gasto masivo) fácilmente el total del financiamiento alcanzaría los $11.000 millones, cercano al 11,5% del PIB. Tome nota, todos estos números serán similares en el 2017.

Esos $11.000 millones de nuevas deudas representan aproximadamente el 35% del total de ingresos. Imagine eso en un negocio o familia. No solo que el ingreso no alcanza (lo que es normal), sino que gasta tanto que tiene que endeudarse por un monto equivalente al 50% de lo que ya gana. Y de esa nueva deuda, la mitad es para pagarle al otro financista que le prestó. Me explico mejor: gana $1.000 pero gasta $1.500, pide prestado los $500 que le hacen falta y con la mitad de eso paga $250 de la deuda del mes pasado. Así está el Gobierno.

Puertas afuera el Gobierno consigue préstamos fundamentalmente del Gobierno y bancos chinos e inversionistas de alto riesgo, puertas adentro el Banco Central del Ecuador funge como un banco comercial exclusivo para el Estado.

Veamos ahora de donde salió ese dinero. Esto nos permitirá entender algunas medidas de la Junta Monetaria posteriormente. La deuda tiene dos orígenes, externa e interna. Puertas afuera el Gobierno consigue préstamos fundamentalmente del Gobierno y bancos chinos e inversionistas de alto riesgo, puertas adentro el Banco Central del Ecuador funge como un banco comercial exclusivo para el Estado. La siguiente tabla muestra las cifras.

Como se podrá dar cuenta los financistas de Ecuador no son muchos. Y considerando los valores adquiridos en el exterior podemos suponer que el próximo año será más difícil conseguir el dinero. En primer lugar el Gobierno ha colocado bonos soberanos los últimos 3 años desde el 2014 y la tendencia es clara: los plazos se reducen y los costos se elevan. Esto refleja las bajas expectativas que el mercado externo posee sobre Ecuador. Por consiguiente, una posible nueva emisión en el 2017 involucraría costos financieros aún más altos y muy corto plazo[1]. Así que es altamente probable (pero no imposible) que esta no sea una opción el próximo año y que “el sombrero pase de largo”.

En el caso del financiamiento proveniente de la China, que atraviesa un periodo de desaceleración económica, las negociaciones se dan año a año. Todo depende de su disponibilidad de recursos y las facilidades que ofrezca Ecuador para asegurarle provisión de petróleo, negocios y entrada de productos al país. Pero aunque esta vía es incierta podría representar una opción importante para el Gobierno que recientemente recibió la visita del presidente chino. ¿Regresará lleno el sombrero? También es incierto.

En el caso de China, todo depende de su disponibilidad de recursos y las facilidades que ofrezca Ecuador para asegurarle provisión de petróleo, negocios y entrada de productos al país.

En este entorno de reputación financiera internacional deteriorada, elevado y constante desequilibrio fiscal, y dificultades para conseguir financiamiento externo el Gobierno ha creado un gran aliado local: el Banco Central del Ecuador (BCE). Digo creado porque ha sido él mismo, a través del Código Monetario Financiero y regulaciones de la Junta Monetaria, que ha establecido mecanismos para acceder a los recursos almacenados por el Banco Central.

El gráfico a continuación muestra cómo desde el 2014, año de aprobación del Código Monetario y Financiero, los créditos del BCE al Gobierno Central se disparan hasta alcanzar los $4.214 millones en octubre de 2016. En concreto, la deuda del Gobierno con el BCE a octubre del 2016 es 68 veces más que en septiembre del 2014.

¿Pero de dónde saca dinero el Banco Central? Los depositantes del BCE son el Gobierno, las instituciones públicas, los gobiernos seccionales, y las instituciones financieras. En condiciones de fuerte institucionalidad y seguridad financiera el banco central debería ser un banco de reserva independiente del Gobierno. Es decir, dedicarse a almacenar los recursos de sus depositantes y no utilizarlo para operaciones de crédito. Sin embargo, hasta el momento el BCE ha utilizado el dinero de las reservas de todo el sector público y de la Corporación Financiera Nacional para realizar préstamos al Gobierno.

El Banco Central del Ecuador ha utilizado el dinero de las reservas de todo el sector público y de la Corporación Financiera Nacional para realizar préstamos al Gobierno.

Lo siguiente sería utilizar las reservas del sistema financiero privado. Pero las cuentas del Banco Central muestran que efectivamente el Gobierno ya las utilizó en los meses de marzo, abril y mayo del 2016, los más críticos de este año. Y la situación hubiese continuado de no ser porque en mayo y junio ingresaron al presupuesto del Estado $820 y $400 millones respectivamente por preventas petroleras, y en los meses posteriores los $2.000 millones de la colocación de bonos externos. Estas operaciones de crédito externo mejoraron el saldo de la Cuenta del Tesoro y de las Reservas Internacionales, evitando que las reservas bancarias privadas queden descubiertas.

Con todo este antecedente queda claro por qué el Gobierno decidió repentinamente subir el encaje bancario del 2% al 5% a los bancos grandes a pesar de que el sistema financiero se encuentra saludable y el Ecuador no tiene problemas inflacionarios. Si aquella política tuviera alguna motivación técnica se debió haber hecho exactamente lo contrario, tomando en cuenta que lo que necesita una economía en recesión es “activar” la inflación y expandir la masa monetaria (aunque Ecuador no lo necesita ahora).[2]

Con el financiamiento obtenido hasta el momento, el 2016 está cubierto y no es un problema. Lo preocupante es qué pasará los primeros meses del 2017 mientras el Gobierno negocie más préstamos en el exterior y el país se sumerge en el ambiente electoral. Si no tiene éxito, el arma está lista para dispararse.

El 2016 está cubierto y no es un problema. Lo preocupante es qué pasará los primeros meses del 2017 mientras el Gobierno negocie más préstamos en el exterior y el país se sumerge en el ambiente electoral.

Esta situación de “créditos vinculados” la advertí en este mismo espacio hace ya casi un año en el artículo “Travesuras del Banco Central en dolarización”.

La situación fiscal del Ecuador es crítica. El déficit fiscal ya no es un hueco sino un abismo muy difícil de cubrir considerando también el pago de deudas. El actual Gobierno no hace los ajustes necesarios simplemente por las implicaciones políticas y electorales que significarían. Tendría costos económicos y sociales sí, pero serían “baratos” y con mejores resultados a largo plazo comparados a los que podría causar un contagio (o traslado) de la crisis fiscal al sistema financiero. Situación que podría desencadenar en una decisión política y más caótica como la desdolarización.

Una cosa sí es segura, cuando el sombrero pasa por el Banco Central no regresa vacío.

[1] Con obligaciones cada vez a más corto plazo las posibilidades de pago del Ecuador se reducen. Al mismo tiempo, sin una mejora en las condiciones económicas y fiscales las posibilidades de obtener crédito a largo plazo caen.

[2] Al respecto la Asociación de Banco Privados del Ecuador ya emitió un comunicado advirtiendo las implicaciones y posibles consecuencias de esta decisión a toda vista antitécnica. https://twitter.com/pradojj/status/804807134533849088.

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